orquesta de valencia

DIRECTOR YARON TRAUB

piano solista ELISSO VIRSALADZE

organiza sociedad de conciertos

lugar TEATRO PRINCIPAL de alicante

Algo no funciona como debiera en una formación orquestal que lleva 65 años de andadura artística, con crisis y altibajos pero que nadie puede negar que está formada por excelentes profesionales, pero una actuación como la del pasado jueves evidencia de forma notable que no funciona como sería de desear. Ignoro si es falta de ensayo, problema de dirección o estar viviendo de las rentas... Esta orquesta debería ser un modelo del buen hacer musical en la Comunidad Valenciana pero lo cierto es que del concierto del día 7 solo podemos salvar la impecable calidad interpretativa de la pianista Elisso Virsaladze. La solista georgiana que nos ha visitado varias veces demostró una vez más su perfecta técnica y su gran virtuosismo en un concierto, el n 1 del polaco Chopin cuyo romanticismo supo plasmar en una magistral versión. No podemos decir lo mismo de la Orquesta cuyos desajustes fueron notables y siempre frenando el correcto tempo que la solista quería imprimir, los ataques imprecisos de los metales y la también imprecisa afinación hicieron que por culpa del acompañamiento orquestal la solista no luciera como era de esperar.

Patética también fue la interpretación de la Sinfonía de Tchaikovski. No concebimos que el fagot solista que nos introduce en el primer tema de la sinfonía y en cuya partitura indica Tchaikovski un pianíssimo (pp);, atacara con una sonoridad potente quitandole todo el sentimiento, toda la expresividad del tempo. Los ataques del tutti de la cuerda eran escalonados, como una traca. Se escuchaba al concertino y detrás de él entraba el resto, una verdadera pena. Solo salvaríamos al clarinete solista y al timbalero por su buen hacer. El excesivo pesimismo que se le atribuye a este músico seguramente hizo mella en el director y los músicos que definitivamente no tuvieron su mejor tarde. Una obra rica por la invención temática, original y convincente en su arquitectura que contribuye a la evolución de las formas musicales, con su movimiento adagio al final, abandonando con ello la senda tradicional para abrir nuevos horizontes al arte. Este "adagio" que suena a marcha fúnebre ha sido motivo de extensas discusiones, llegando incluso a proponerse, aunque parezca increíble, la alteración del orden de los tiempos en la ejecución de la sinfonía.

Como bis para agradecer los aplausos, a mi modo de ver inmerecidos, la Orquesta nos regaló el vals de la Bella Durmiente de Tchaikovsky. Hago votos para que simplemente haya sido una mala tarde de la Orquesta de Valencia.