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barrotado. No podía presentar otra cara el Teatro Principal para la despedida de una de las figuras más importantes de la música alicantina. Representantes de la fiesta de la tierra (Hogueras, Moros y Cristianos y Semana Santa);, políticos, músicos y amantes del sonido que durante tantos años ha destilado la Banda Sinfónica Municipal de Alicante no quisieron perder la oportunidad de decir adiós a uno de sus directores más destacables, Bernabé Sanchís, que durante 26 años, con su batuta, ha convertido a esta agrupación musical en una de las tres más importantes de España y en un sinónimo de calidad.

Junto a él también quisieron estar algunos de los referentes musicales más importantes de Alicante como el Orfeón Cantábile, el cantaor Antonio Santiago y la Colla de Dolçaina i Tabalet de Sant Antoni d'Alacant. Esta última agrupación fue la encargada de dar comienzo al concierto y arrancar los primeros aplausos. Tres piezas después llegaría la Banda Municipal de Alicante para interpretar cuatro pasodobles, aunque la presencia de Bernabé Sanchís todavía se haría esperar, ya que, de momento, la batuta la llevarían en estas composiciones el director ahora en funciones Francisco Amat y el compositor Manuel Berna. Sería el cantaor Antonio Santiago el encargado de acompañar a Sanchís en el principio de su última puesta en escena como director de la banda. Santiago y la bailarina Fefa Gómez, con los que consiguió demostrar su valentía como director al enraizar el sonido alicantino con otros estilos. Después llegaría el momento de los discursos y la entrega de placas, como la que le dio el concejal de Cultura, Miguel Valor. También le regalaron una réplica de la delegación del Consell en Alicante. Tras estos dos presentes, Bernabé Sanchís aseguró que "Miguel Valor se ha volcado" y añadió que "es un homenaje inmerecido ya que yo no hice otra cosa que mi trabajo".

El director hasta ahora de la Banda Municipal tuvo palabras de agradecimiento para todos: instituciones, festeros, músicos... A pesar de ser un día clave para él no perdió el sentido del humor ni al principio ni al final de su discurso. Lo abrió con "yo a estas horas debería decir de irnos a cenar" y lo cerró, parafraseando al presentador de la gala, el locutor Vicente Hipólito, con un simple: "Háganme el favor de ser felices".