"Estoy intentando tomármelo con sentido del humor, pero sí es verdad que me siento un poco apabullada por tan buena crítica; no es la primera vez que se habla bien de mí en un trabajo, pero sí la primera que tiene tanta proyección. Es fantástico, pero no hay que dejar de lado la realidad", afirma en una entrevista con Efe.

Eva Rufo protagoniza en estos momentos "Las bizarrías de Belisa", el montaje con el que se ha presentado la "división joven" de la Compañía Nacional de Teatro Clásico que dirige Eduardo Vasco.

Después de convertirse en la revelación de los festivales veraniegos y de hacer gira por algunas ciudades españolas, este espectáculo, a partir de una postrera obra de Lope de Vega, hace temporada en el Teatro Pavón -hasta el 24 de febrero- con toda la maquinaría de una gran formación artística: dirección de Eduardo Vasco y vestuario de Lorenzo Caprile.

"Desde que empezamos hace un año el taller de selección -del que surgió este elenco de 14 actores y actrices menores de 30 años-, todo va bien; u00A1estamos tan contentos con el proyecto!", prosigue esta madrileña, una de los muchos integrantes de la compañía que se ha formado en la Real Escuela Superior de Arte Contemporáneo (RESAD);.

"El teatro clásico era una meta fija para mí. Soy muy cuadriculada, porque desde que terminé el cole sabía que tenía que estudiar en la RESAD. Era el referente. Siempre he tenido claro que para dedicarte a algo toda tu vida tienes que formarte bien, aunque vayas más despacio", comenta la actriz, quien, no obstante, por recomendación familiar, cursó primero otra carrera, Educación Especial.

Atribuye su elección de los clásicos a su preocupación por la formación: "es la mejor base para un actor, es donde las emociones aparecen de manera más pura, donde utilizas más registros, donde trabajas con el lenguaje es más fino...".

Con 29 años casi recién cumplidos, Eva Rufo sólo puede permanecer en la compañía un año más. "Pretendo exprimirlo. No quiero dar ningún pelotazo, ni salir de la nada, quiero hacerme una carrera seria y eso lleva tiempo. Tengo que hacer muchas funciones con este montaje para descubrirme como actriz".

Belisa, su personaje, es una joven acostumbrada a hacer siempre lo que quiere y que se puede permitir el lujo de llevar las cosas al infinito, algo que es del agrado de Eva Rufo.

"Es muy pura y se sabe escuchar muy bien a sí misma; yo no", bromea una actriz de cercana, afable y serena conversación, quien resalta: "me gustaría que este proyecto sirviera para que la gente de la profesión se diera cuenta de que los jóvenes tienen buena formación y se puede apostar por ellos".

Su pasión por los clásicos no la impide pensar en todo tipo de papeles y trabajos -teatro contemporáneo, cine...-, mientras tiene como referente a actrices como Adriana Ozores y Blanca Portillo, y disfruta con directores de teatro capaces de crear espacios mágicos, como Robert Lepage, y con cineastas que inventan su propio mundo, como Pedro Almodóvar.