El Alcoyano tiró de casta para al menos traerse un punto del estadio Alcoraz de Huesca. Los primeros veinte minutos del encuentro sacaron a relucir todas las vergüenzas defensivas del equipo entrenado por David Porras, que pudo haberse ido al descanso con un bagaje claramente desfavorable.

El conjunto oscense, a priori más presionado por la necesidad de sumar la primera victoria delante de su afición, se encontró con un rival blando, distante en los marcajes y vulnerable en el uno contra uno. La maquinaria oscense se puso a funcionar por la banda de Gilvan, que trajo en jaque a Juan Pedro Pina en diversos lances. El futbolista pretendido en su día por el Hércules sacó a relucir su calidad a los 7 minutos. Llegó hasta la línea de fondo centró buscando a Camacho dentro del área pequeña pero Maestro, en su primera gran intervención, evitó el remate del capitán del conjunto aragonés.

En la acción posterior un centro del lateral Sastre, esta vez por la derecha, no encontró por un palmo el remate de cabeza del punta Roberto, que incomprensiblemente se encontraba solo dentro del área.

Roberto abandonó por unos segundos su espacio natural y fabricó por la banda izquierda la jugada del primer gol. Esquivó primero la entrada de Jorge Morcillo, dribló después a Fernando Martín en el lateral del área y sacó un pase raso al segundo palo en donde Javi Martínez, libre de marca, estableció a placer el 1 a 0.

En pleno desaguisado defensivo el propio Javi Martínez enganchó una volea desde la frontal que Maestro se encargó de envíar a córner.

Con el centro del campo perdido las ocasiones se sucedían para el conjunto oscense. Camacho lo intentó desde lejos pero se topó de nuevo con un inspirado Fernando Maestro. El Huesca amplió la ventaja con una acción a balón parado, la asignatura pendiente de los blanquiazules esta temporada. Un córner rechazado por la defensa a la frontal del área le cayó a Manu Molina que engatilló un potente disparo que tras rebotar en Jorge Morcillo se coló en el fondo de la portería.

El reguero de oportunidades para el equipo de casa finalizó con un remate de Ochoa que, por suerte, acabó en el cuerpo del portero.

Por el contrario, el primer remate a portería del Alcoyano no llegó hasta el minuto 26 obra de Álvaro. El interior de La Romana recortó por dos veces a su par pero el disparo, con mucha intención, dio en el cuerpo de Ochoa.

No obstante, cuando más tocado parecía el equipo de David Porras emergió la esperada reacción visitante. Como no podía ser de otra manera, Álvaro García se echó el equipo a la espalda y volvió a recurrir a su enorme calidad para guisarse y comerse el primer tanto de los suyos, que suponía aire fresco para el Alcoyano. Hizo un caño al lateral Toni, se perfiló hacia el área y tiró con pierna izquierda junto al poste de la portería de Cabrero. Un gran tanto que, sin duda, sembró las dudas en el Huesca e incrementó el nivel de confianza del Alcoyano que comenzó a sentirse más cómodo sobre el césped del Alcoraz.

Tras un mano a mano de Roberto Batres con el portero, bien resuelto por éste, llegó la jugada del tanto del empate. Miki vio algo adelantado a Cabrero y le sorprendió con un disparo lejano que besó la escuadra izquierda.

La segunda parte se inició con un esperanzador empate y, lo más importante, con un Alcoyano mucho más concentrado, con las líneas más juntas y sin dejar pensar con tanta facilidad a la zona de creación de Huesca. Pasó a controlar el partido con Miki y Fran Miranda mucho más contundentes y resolutivos en la medular.

Los minutos iban cayendo y el empate persistía en el marcador, un buen resultado a tenor del desarrollo del primer acto.

Otro córner resultó ser fatídico para los alcoyanistas. Manu Molina puso el balón dentro del área justo a la cabeza de Helguera que se anticipó a Fernando Martín y marcó de cabeza el 3 a 2.

Porras había movido el banquillo con anterioridad y por descontado la entrada de Rafa Gómez acabó por ser determinante. El ex del Elche asistió primero a Álvaro, que lanzó el balón por encima del travesaño y acto seguido se dio la misma jugada a la inversa. Rafa Gómez recibió el balón de Álvaro se adentró en el área y tocó lo justo el balón con la bota derecha y lo alojó pegado al palo largo. Rafa no celebró el tanto con efusividad, pese a tratarse del empate definitivo. Simplemente se dirigió al banquillo y se abrazó a Carrión.