En plena lucha por seguir con vida en alguna categoría nacional, el Lucentum recibió el pasado día 19 una dura carta de la Generalitat que invita al club alicantino a abandonar el Centro de Tecnificación en el plazo de un mes.

El comunicado, firmado por Mateo Castellà, director general de Deportes, aduce que en la nueva temporada se va a instaurar "un nuevo modelo de gestión" en el pabellón para solicitar a la entidad alicantina que retiren "todo el material que disponen en el Centro, tanto en las oficinas como en los almacenes y otras dependencias". Además, dejan claro que también "los elementos publicitarios deberán ser retirados".

Para sorpresa de los dirigentes lucentinos, el Consell amenaza: "De no ser así, el propio personal del Centro de Tecnificación procederá a su almacenaje a la espera de que sean retirados de la instalación por personal de ese club, en un tiempo no superior a un mes desde esta comunicación (19 de junio).

La Generalitat, propietaria del Centro de Tecnificación, prosigue con sus intenciones en el pabellón alicantino: "Ponemos en su conocimiento que durante el próximo mes de julio se va a proceder al desmontaje de las gradas de pista, por lo que no estarán montadas para la próxima temporada 2013-2013". El motivo de esta acción es el de "poder explotar el espacio de la pista central para otras actividades que requieren unas mayores dimensiones".

Por último, el Consell exige al Lucentum el pago de una deuda de alrededor de 22.000 euros para poder usar el Centro de Tecnificación la próxima temporada. La carta remitida al club alicantino expone que el club no ha pagado por el uso de la instalación desde el pasado mes de noviembre "a razón de 2,799 euros al mes". "No se podrá autorizar el uso de las mismas para la próxima temporada hasta que se pongan al corriente de los pagos y que se cumpla la normativa".

El Lucentum se quedó atónito al recibir una carta en la que el Consell aprovechó para felicitar al club por el ascenso tres semanas después de haber conseguido el objetivo en Andorra.

Ante ese panorama, el club no descarta jugar la próxima temporada en otro pabellón. El equipo ya tuvo que entrenar la pasada temporada en Babel al tener cerrado el Centro de Tecnificación todas las mañanas.

El club, en estado crítico

El problema del pabellón se une al momento crítico que está atravesando la entidad, en plena lucha por su supervivencia. El club celebra mañana un consejo de administración en el que se abordará el futuro de la entidad. La ausencia de apoyos convierte la existencia del club en una auténtica agonía.

Ahora mismo, el consejo apura las posibilidades de militar la próxima temporada en la Adecco Oro, aunque no se descarta que finalmente no haya otro remedio que descender alguna categoría más. Lo cierto es que las perspectivas no son nada buenas y ni siquiera está asegurada la presencia de Luis Castillo al frente. El club seguirá vivo con el objetivo de poder seguir pagando deudas con la aportación del Ayuntamiento, principalmente. La disolución obligaría a los consejeros a tener responsabilidades patrimoniales.