Da igual que esté o no Singler. El Lucentum sabe de memoria el camino de la victoria y ya acaricia su clasificación para la Copa del Rey tras una nueva exhibición en Manresa. El trabajo del conjunto lucentino en los últimos 15 minutos del partido fue grandioso, pero el de Ivanov se queda sin calificativos. El pívot búlgaro comenzó el partido muy bien defendido pero enseguida acabó con la paciencia de su rival y destrozó todos los esquemas de un Manresa peleón que tuvo que rendirse ante un Lucentum sobresaliente que cosechó su octava victoria de la temporada.

El trabajo de Ivanov fue inconmensurable, pero el triunfo se fraguó en equipo, comenzando por Vidorreta, un maestro, que movió el banquillo con enorme destreza. Supo jugar el Lucentum sin Singler y sin su recambio. Urtasun cumplió con creces en el perímetro y Stojic se reencontró con sus mejores sensaciones. Por supuesto, Barnes continúa con su "resurrección" y Luz es letal en los momentos más calientes de los partidos. Si en la primera parte el Lucentum sólo había anotado dos triples, en la segunda rompió a su rival con ocho y un trabajo defensivo que colapsó las ideas de los manresanos.

El choque fue extraño, pero el conjunto alicantino dominó prácticamente los 40 minutos. Fue a partir del minuto 25 de partido cuando el Lucentum se desmelenó por completo con cuatro triples consecutivos que silenciaron el Nou Congost y dejaban prácticamente sentenciado el encuentro. El rebote era dominio del Lucentum. Acabó con 45 capturas por 24 del Manresa. 15 de ellas tienen el nombre de Ivanov, dueño y señor de los tableros.

El Lucentum tuvo un brillante puesta en escena ante un Manresa que, en su objetivo de anular a Ivanov, dejó muy solo a Barnes, el mejor del conjunto alicantino en los primeros 10 minutos con 10 puntos. El conjunto de Vidorreta saludó a su rival con un 0-7. Barnes y los triples de Dewar e Ivanov llevaron al primer parcial. Reaccionó con velocidad el Manresa de la mano de Doellman y Montáñez para igualar el marcador y partir de cero. Asselin y Barnes toman el mando en sus respectivos equipos, pero el pívot lucentino estaba más entonado y marcaba la diferencias. Bien el equipo de Vidorreta en la zona, mal por fuera en esos momentos. El cierre del cuarto fue más que correcto por parte del Lucentum (1-6) ante un Manresa con excesivas precipitaciones en ataque. Con un esperanzador 12-19 se finiquitan los primeros diez minutos.

Buena inercia

Como en el primer cuarto, el Lucentum comenzó con fuerza el segundo acto. Primero fue Kone, después un triple de Luz y el marcador en 12-24. Fantástico. El Lucentum abría una importante vía en el arranque, pero su ansía se frenó en seco pese a mandar en el rebote con autoridad (al descanso 13 a 22). El Manresa reaccionó con energía pese a anotar su primera canasta a los 4 minutos del segundo cuarto. Doellman se exhibe, Tyrone Ellis resta y la ventaja del Lucentum se escurre por momentos. Ivanov era el dueño del rebote, pero Barnes desapareció unos minutos. Mientras tanto, triple de Gladyr, canasta más tiro adicional de Parsson y un Manresa cargado de moral. Finalmente, parcial de 11-1 y 23-25 para un Lucentum que necesitaba algo más para volver por el buen camino.

Llega el recital

Tras el descanso, el Lucentum recuperó la inercia positiva. Tras empatar Doellman el encuentro, llegaron los bienaventurados triples de Dewar y Urtasun para establecer el 27-35. Brillante reacción pero sin continuidad. Asselin hacía verdadero daño por dentro y el Lucentum no evitaba los contraataques siempre vitales del Manresa, que de nuevo endosa un parcial de 7-0 con un Montáñez siempre inspirado cuando se enfrenta al equipo lucentino. El marcador se estrecha (33-35).

El conjunto catalán apretaba pero no ahogaba. Los mejores minutos del Manresa no asustaron al Lucentum y el festival no tardó en empezar. A falta de 5 minutos, el marcador reflejaba un impredecible 35-38. Enseguida se supo el camino que iba a tomar el partido. Los triples de Stojic, Luz, uno increíble de Ivanov y Ellis llevaron al conjunto lucentino directos hacia la gloria. No faltó antes el tapón de Kone sobre Asselin. Sólo era la señal. El parcial era de 10-21 y el Manresa se rendía ante el impresionante recital del Lucentum en general y de Ivanov en particular. (29 de valoración al final del tercer cuarto). Con un 43-56 finalizó un magistral tercer cuarto.

La ventaja siguió creciendo en el último cuarto hasta llegar a una máxima de 21 (43-64). El choque ya tenía ganador. El Manresa lo intenta a la desesperada pero lucha contra un muro perfecto. Con esta octava victoria, la Copa del Rey está más cerca que nunca.