La euforia se va rebajando. El Lucentum de ayer ofreció una imagen muy distinta a la acostumbrada y acabó siendo vapuleado por un inmenso Unicaja. Vidorreta se quejó amargamente de la actuación arbitral, pero lo cierto es que el equipo alicantino no dio la talla ante uno de los grandes de la competición en un partido que supone la segunda derrota consecutiva. Singler se ha difuminado. No es el mismo de su debut y el equipo lo acusa de manera directa. Sus últimas actuaciones dejan un halo de preocupación en el entorno lucentino. Tampoco Tyronne Ellis está demostrando ser un jugador determinante en sus dos primeros partidos. El Unicaja barrió desde el inicio a un Lucentum que aprovechó la desconexión del conjunto malagueño en los tres últimos minutos para maquillar un resultado que pudo ser, siendo justos, mucho más abultado.

Sólo Ivanov tuvo la fuerza para mirar a los ojos a su rival. A base de casta, el pívot búlgaro evitó una sangría mayor. Sólo pudo ser frenado a base de faltas (recibió 10) y sus 19 puntos y 8 rebotes fueron lo único positivo de un Lucentum triste y gris que dejó para otro día su mejor arma, la defensa. Delante estuvo un rival enorme y peligroso desde todas las posiciones. Valters ametralló desde el perímetro (5 de 5 en triples), Fitch hizo lo que quiso en la primera parte, Freeland se permitió el lujo de no anotar hasta el minuto 22 y Garbajosa se reencontró con su mejor juego. Fue un festival malagueño desde el inicio del choque en el Centro de Tecnificación.

Para empezar, 0-9. Fitch y Rowland obligan a Vidorreta a pedir tiempo muerto a los dos minutos. No varió el escenario y rápidamente llegó el 2-15. El Lucentum defendía sin apenas intensidad aunque pareció ver la luz con las canastas consecutivas de Ivanov, Llompart y Stojic (9-15). En ese momento se acabó la resistencia lucentina. Cuatro triples consecutivos del Unicaja dejan el marcador en un contundente 9-26 (0-11). Kone no acertaba ni los mates y Vidorreta comenzaba a observar más a los árbitros que a sus jugadores. Mal síntoma.

El segundo cuarto no ofreció un escenario distinto aunque los triples de Dewar sirvieron para respirar brevemente. Sólo hasta que llegaron los triples de Valters y Garbajosa. También Rowland anotó sin absoluta oposición, acción habitual en el partido de ayer, dejando el partido prácticamente sentenciado (17-38). Rafa Luz se "enchufa" y anota 7 puntos consecutivos (26-40) que no sirvieron de nada porque el Unicaja manejaba a su antojo los designios del encuentro. Las reiteradas protestas de Vidorreta le conducen a la esperada técnica poco antes del descanso y a decir adiós a cualquier esperanza (30-53). El 7 de 8 en triples del Unicaja resultó mortífero.

Tras el descanso, Freeland se suma al festival malagueño mientras el Lucentum echaba en falta los puntos de un apagado Singler. Ivanov se encontraba muy solo en la zona y la desventaja superó los 30 puntos. Débil imagen la que estaba ofreciendo el equipo alicantino, demasiado pendiente de los árbitros, blandos en defensa y sin ideas en ataque.

El último cuarto no sirvió para nada. Unicaja desconectó pensando ya en la Euroliga y el Lucentum trató de maquillar un resultado que pudo ser escandaloso.

Demasiado rival y pocos argumentos para intentar plantar cara. El equipo alicantino olvidó sus señas de identidad y recibió un duro varapalo. Los árbitros no estuvieron gloriosos pero nada tuvieron que ver con la amplia diferencia existente entre ambos conjuntos.

Vidorreta debe recuperar la confianza de sus jugadores después de dos derrotas consecutivas en vísperas de viajar a San Sebastián para jugar el domingo ante el Lagun Aro. Imprescindible que regrese el mejor Singler para albergar esperanzas.