La fiebre del running cuenta cada vez con más adeptos. Correr es salud, libera la mente y permite encontrar amigos con los que se comparte esfuerzo y sufrimiento, pero también diversión. Y cuando se hace por un entorno como las calles de Elche, rodeado de sus huertos de palmeras, con la línea de meta junto a un Patrimonio de la Humanidad, como es el Palmeral ilicitano, y con las calles que recorren el circuito repletas de público se encuentra una recompensa especial.

La fiesta del running de la provincia de Alicante, de buena parte de la Comunidad Valenciana y de otros lugares limítrofes como Murcia o Albacete inundó el pasado 3 de abril las calles de Elche de corredores, familiares y acompañantes.

La 44 edición del medio maratón más antiguo del mundo fue todo un éxito. Las ganas que ponen todos los componentes del Club Atletismo Decatlón, los voluntarios y la colaboración del Ayuntamiento están permitiendo que la prueba ilicitana se haya convertido en los últimos años en una carrera de referencia para todos los amantes del atletismo de larga distancia.

Poco importa la coincidencia con otro medio maratón multitudinario como es el de Madrid, que también se disputó el pasado 3 de abril.

Manolo Jaén, el pionero de esta prueba que fue concebida para todos aquellos que los 42 kilómetros de un maratón les resultaba excesivo, seguro que estaba tremendamente satisfecho. Pocos podían pensar que esta idea que tuvo este amante del atletismo iba a ser una moda sin límites que como ocurre en la actualidad.

A las diez en punto de la mañana, el alcalde de la ciudad, Carlos González, aficionado también a los medios maratones, dio el pistoletazo de salida a un enorme pelotón de cerca de 2.500 atletas de los que 2.277 cumplieron con su objetivo de llegar a la línea de meta. Cada uno buscaba retos diferentes: rebajar sus marcas personales, cumplimentar por primera ve 21 kilómetros y 97 metros y disfrutar de una mañana divertida de deporte.

Aplausos para los últimos

Nada importa la diferencia que hubo entre el ganador, Hasanne Ahouchar, que tardó una hora, cuatro minutos y 41 segundos, con el grupo de los tres últimos clasificados, formado por Antonio Andrés Jiménez, Salvador Ramón López y Julia Torrente Ballesteros, que empleó dos horas y 36 minutos en completar la prueba. Porque, como dijo uno de los speeker, fueron más valientes que las miles de personas que estaban mirando la carrera. Los tres recibieron una enorme ovación del público.

Temperatura ideal

La mañana amaneció ideal para correr: 13 grados de temperatura, cielo nublado y apenas viento. Poco a poco, el sol también quiso ser partícipe del espectáculo y los últimos corredores sufrieron algo más de calor.

Desde los primeros metros, Hasanne Ahouchar demostró que quería y no iba a tener rivales para ganar, por tercer año consecutivo, el Medio Maratón de Elche. El marroquí afincado en Valencia fue poniendo tierra de por medio con sus más inmediatos seguidores, completó el recorrido en solitario y se plantó en la meta con un tiempo de una hora, cuatro minutos y 41 segundos, mejorando el anterior récord de circuito.

A pesar de ser veterano B, el atleta del Club Apolana de Alicante mostró una superioridad casi insultante, aventajando en casi dos minutos al segundo clasificado, Víctor Calvo, y en casi cinco a Raúl Guevara, que en los últimos kilómetros superó a Lasri Abdelghaforur, que fue casi toda la carrera en tercera posición.

Emoción en féminas

En féminas también hubo victoria marroquí, pero, en este caso, la lucha estuvo más reñida. Fátima Ayachi se distanció en los primeros kilómetros, pero su compatriota Wafiya Benalli le siguió siempre de cerca y a punto estuvo de sorprenderle. Ayachi llegó a meta con una marca de una hora, 17 minutos y 28 segundos, con el aliento de Benalli casi llegándole porque la corredora afincada en Cartagena sólo empleó nueve segundos menos que la vencedora. Completó el podio la veterana B Patricia Montalvo.

Un colorido especial

Los atletas pudieron comprobar el colorido especial que el pasado 3 de abril se vivió en las calles ilicitanas. No sólo la línea de meta del Paseo de La Estación. Todo el circuito estuvo repleto de público que no paró de aplaudir y animar a los corredores.

Diferente puntos de animación con música y bailarinas. El coche escoba repartiendo chucherías entre los niños. Los últimos metros que unían la Glorieta con la meta fue un auténtico espectáculo y no cabía ni un alfiler. La grada, los arcos, la música, los speeker...Este año el Medio Maratón de Elche merece un sobresaliente.

Además, los atletas se fueron encantados por la atención recibida, con su camiseta con la clásica huella de la prueba ilicitana que recorre todo el circuito, la medalla con el tiempo de cada uno... Fue una mañana inolvidable de deporte y atletismo.