El susto que se dio este matrimonio de Kansas se vio recompensado de una manera que nunca hubieran imaginado. Laura dejó que Bo, el labrador protagonista de esta historia con final feliz, saliera a hacer sus necesidades y tras ver que su perro no volvía a casa, comenzó a buscarlo sin éxito por lo que ella y su marido decidieron esperar en casa a ver si regresaba.

Después de haber perdido casi toda la esperanza de encontrarlo, escucharon unos ladridos a unos nueve kilómetros de la casa de la familia, era Bo y sus nuevos amigos, otro labrador blanco y una cabra que parece ansiosa por unirse a la familia.