Holly Butcher tenía 27 años cuando murió el pasado 3 de enero. Esta joven de Nueva Gales del Sur, en Australia, padecía el sarcoma de Ewing, un tipo de cáncer que crece en los huesos y alrededor de ellos. Su familia ha querido compartir en Facebook la carta que escribió Holly antes de morir, en la que aconseja apreciar cada minuto de la vida.

"Es algo extraño darse cuenta y aceptar tu mortalidad a los 26 años de edad. Es solo una de esas cosas que ignoras. Los días pasan y esperas que sigan llegando, hasta que ocurre lo inesperado", comenzaba narrando la joven australiana.

Holly se imaginaba envejeciendo, llena de arrugas, canas y con muchos hijos, pero los médicos le detectaron el cáncer a una temprana edad rompiéndole ese sueño. "La vida es frágil, preciosa, impredecible y cada día es un regalo, no un derecho dado", señalaba en la nota.

"Tengo 27 años. No me quiero ir. Me encanta mi vida. Soy feliz. Se lo debo a mis seres queridos. Pero el control está fuera de mis manos", lamentaba Holly. Los últimos meses de su vida ha tenido tiempo para reflexionar y, por ello, escribió la carta en la que ahora comparte sus pensamientos.

Entre otros, la australiana pide a la gente que deje de preocuparse por las cosas insignificantes, como un atasco de coche o una mala noche: "Está bien reconocer que algo es molesto, pero trata de que no tenga consecuencias negativas en los días de las otras personas".

Sobre ello, la joven expresaba que había que agradecer ese pequeño problema y superarlo porque había personas que se enfrentan a problemas mucho más difíciles. "Dejemos que todo se vaya. Te juro que no pensarás en esas cosas cuando sea el turno de marcharte. Es tan insignificante cuando se mira la vida como un todo", señalaba Holly, añadiendo que la gente es afortunada de poder respirar.

Por otro lado, la joven de 27 años aconsejaba a todo el mundo que valorará más su tiempo. En la carta escribió que todo la gente debería "compartir su tiempo" con amigos y familiares y emplear el dinero en experiencias en lugar de comprar cosas materiales. Además, criticaba el auge de la telefonía móvil, que impide a muchas personas disfrutar del momento. "La vida no está destinada a ser vivida a través de una pantalla ni tampoco se trata de obtener la foto perfecta", indicaba Holly.

La joven también tenía algo que decirles a las personas que se quejan de su trabajo. Les pide que agradezcan que son físicamente capaces de hacerlo. "No solo el físico es importante", recuerda la joven, hay que "trabajar igual de duro para encontrar tu felicidad mental, emocional y espiritual". Eso sí, alentaba a la gente a "trabajar para vivir, no vivir para el trabajo".

Holly Butcher finalizaba la carta pidiendo un favor, "una buena acción para la humanidad": la donación de sangre. Lo hace contando su experiencia. A ella, recibir sangre de otra persona la mantuvo viva durante un año, en el que tuvo "algunos de los mejores momentos de su vida".