Ahora o nunca. Viena está al alcance de casi todos los bolsillos alicantinos. Puedes pasar un largo fin de semana con 230 euros por persona en habitación doble, e incluso 200 si sólo viajas con el equipaje de mano, desde mediados de septiembre a finales de octubre, incluyendo hotel y avión. Durante tu visita a la ciudad de la música hay una docena de atracciones que no te puedes perder.

La escultural "Iglesia Votiva" de Viena

Viena nos remite a los valses de Strauss, al Danubio Azul y a los suntuarios palacios de la extinguida monarquía. Es una de las capitales de Europa de imprescindible visita y ahora está más alcance de la mano que nunca para los alicantinos. Dos compañías aéreas, Eurowings, filial de Lufthansa, y Austrian, tienen vuelos directos hasta finales de octubre con tarifas, la primera de ellas, de 100 euros con sólo equipaje de mano, o 130 con una maleta. Si a los vuelos añadimos el hotel de tres noches, volando de jueves a domingo, la escapada nos sale por entre 200 y 230 euros seleccionando un hotel céntrico y cómodo. Por ejemplo un hotel de la garantía del Ibis sale por 68 euros por noche la habitación doble. Durante los tres días de estancia tienes un apretado programa cuyos doce puntos fundamentales son los siguientes:

La sala de exposiciones Kunstlerhaus oculta su restauración con llamativos carteles

1.La Ringstrasse o avenida del Anillo es la gran vía circulatoria que rodea todo el centro de Viena y que está dividida en distintos sectores cada uno con un nombre. En la Ringstrasse se encuentra una parte importante de los grandes edificios de la ciudad, tales como el Ayuntamiento, el Parlamento, la Universidad y destacados museos e iglesias. El Parlamento se construyó a finales del siglo XIX y recuerda al de la ciudad de Atenas. El exterior es magnífico pero el interior no desmerece. Se puede visitar por 4 euros, con una reducción del 50 por ciento para menores de 25 años y jubilados.

Fachada del Parlamento

Otra de las grandes edificaciones de la Ringstrasse es la Iglesia Votiva. Cuando yo la visité estaba en fase de restauración. Me llamó la atención lo liberal que es la autoridad religiosa austriaca porque para ocultar los andamios que cubrían el templo no pusieron el más mínimo reparo a un gigantesco anuncio con una escultural joven en bikini. En otras latitudes hubiera sido motivo de escándalo. Y no era el único, ya que en los andamios de la parte trasera de la iglesia había otro cartel aún más insinuante, como se puede constatar al comienzo de este escrito . En fin, el que paga manda, me imagino que dirían los religiosos austriacos. La iglesia Votiva es un edificio neogótico imponente con dos torres gemelas de 100 metros de altura.

Un gran cartel publicitario cubre los andamios de la Iglesia Votiva

2. Grabenstrasse: es la calle peatonal y comercial por excelencia del centro de Viena. El elemento distintivo más conocido de esta calle es la Columna de la Peste, un monumento que a mí me recuerda mismamente a una hoguera de las fiestas alicantinas aunque esta sea de piedra. Se construyó para conmemorar el fin de la peste que asoló a Europa a finales del siglo XVII. La calle también destaca por sus elegantes y destacados establecimientos comerciales.

La "Hoguera" del centro de Viena

3. Catedral de Viena: dedicada a San Esteban, es la mayor y más destacada edificación religiosa de Viena. El único pero es el escaso espacio existente con el resto de edificios que la rodean, lo que impide contemplarla con una amplia perspectiva. Del exterior destacan algunas puertas, su gran torre gótica de 139 metros con un mirador desde el que se contempla toda la ciudad, y su cubierta de tejas multicolores.

La catedral de Viena

El interior de la catedral también merece la pena visitarse y además, es gratis. Hay partes góticas y otras barrocas de gran relieve. Para visitar determinados puntos, como las torres, las catacumbas y la parte central hay que pagar entre 3,5 y 4,5 euros por sector, con una entrada conjunta de 14,5 euros. Para mi gusto la única entrada de pago que merece la pena es la del mirador de la torre.

Interior de la Catedral de San Esteban

4. El Palacio de Schonbrunn: es el más famoso de los tres grandes palacios de Viena. Fue la residencia de verano de la familia imperial desde el siglo XVII y muestra la opulencia y fasto de los que se rodeaban los miembros de la corte. Bordeado de unos extensos y cuidados jardines, es la visita más popular de Viena.

El Palacio y jardines de Schonbrunn

La visita del palacio Schonbrunn cuesta por internet 11,5 euros aunque existe una tarifa de 14,5 que incluye algunas dependencias más. Para los menores de 18 años hay tarifa reducida de 8,50 euros. La entrada da acceso al interior del palacio ya que la visita de los bellos jardines es gratis. Para visitarlo hay que reservar medio día, incluyendo el desplazamiento, que se puede hacer en metro, línea U4, bajando en la parada de Schonbrunn, y también en tranvía, con las líneas 10 y 58. Lamentablemente, en el interior no se permiten las fotografías incluso aunque no utilices el flash.

Los imponentes jardines del Palacio de Schonbrunn

5. El Palacio Hofburg: situado cerca del centro de la ciudad, es un complejo de edificios que fueron la residencia de la dinastía real de los Habsburgo durante seis siglos y que hoy acoge numerosas dependencias oficiales, incluyendo museos, biblioteca, iglesia y despacho del presidente austriaco. Es la mayor construcción de Viena.

El Palacio Hofburg, en el centro de Viena

La visita del palacio de Hofburg es muy popular especialmente por el museo Sissi, en el que se recogen multitud de objetos y pertenencias de la famosa emperatriz a lo largo de su vida hasta su muerte en Ginebra asesinada por un anarquista italiano. La entrada al palacio cuesta 11,5 euros . Para menores de 18 años la tarifa es de 7 euros.

El Palacio de Hofburg

6. El Palacio Belvedere: recomiendo su visita por sus preciosos jardines y por el exterior del edificio, que se pueden recorrer gratis. Por el contrario, no aconsejo ver el interior del palacio porque no es nada del otro mundo y, además, es muy caro, ya que la abusiva tarifa se eleva a 19 euros, con descuento de 2,5 euros para menores de 25 y mayores de 65 años. La entrada permite el acceso a otras construcciones dentro del recinto del Palacio.

El edificio y jardines del Palacio Belvedere

El Palacio Belvedere se encentra cerca del centro de Viena y se puede llegar a él en un corto paseo o con el tranvía, línea D. Esta edificación fue la residencia de verano del príncipe Eugenio de Saboya, se construyó en el siglo XVIII y es de estilo barroco.

Puerta principal del Palacio Belvedere

7. La Ópera de viena: como ciudad vinculada a la música, la visita de su edificio de conciertos y representaciones más relevante, se ha convertido en casi obligada y ello pese a que la construcción, de estilo renacentista, fue muy criticada en 1869, con motivo de su inauguración. Para recorrer el interior hay que sumarse a visitas guiadas en distinta lenguas y pagar 7,5 euros, con 1,5 euros de descuento para jubilados. Para estudiantes la tarifa es de 3 euros.

Edificio del Teatro de la Ópera

El teatro de la Opera de Viena se inauguró con una obra de Mozart, músico muy vinculado a la ciudad, donde residió durante años y falleció en 1791. Por ello, una visita a Viena parece incompleta sin acercarte al monumento del ilustre compositor, situado muy cerca del Palacio Hofburg.

Monumento a Mozart, el gran mito de Viena

8. El Parque de la Ciudad (stadtpark) y la estatua de Strauss: es un bonito y tranquilo parque situado en el centro de la ciudad y muy visitado por los turistas, especialmente para posar junto a la estatua de Strauss, hasta convertirse en la imagen souvenir de la ciudad. Se trata de una escultura dorada del famoso compositor de valses situada sobre un podio para que pueda ser compartido en una fotografía con los visitantes de Viena.

La estatua de Strauss en el parque principal de la ciudad

9. El Prater: es un famoso parque de atracciones que compite con el Tívoli de Copenhague en ser el más antiguo de Europa. Su elemento más famoso es sin duda la noria, en la que se rodó la inolvidable secuencia de la película El Tercer Hombre. Fue la primera noria que alcanzó una gran popularidad y que ha dado lugar a la fiebre de las norias en otras ciudades, hasta el punto de parecer que a cualquier gran ciudad le falta algo si no tiene su noria.

La famosa noria del parque de atracciones de El Prater

10. Hundertwasserhaus: la Casa Hundertwasser es el edificio de viviendas más original de Viena y uno de los más singulares del mundo hasta el punto de convertirse en uno de los grandes atractivos turísticos de la ciudad. Se construyó entre 1983 y 1985 y destaca por su fachada colorista, sus suelos y paredes ondulados y su arbolado interior.

La Casa de Hundertwasser, convertida en hito turístico

La Casa Hundertwasser tenía como finalidad la construcción de 52 viviendas y otros locales y terrazas. Su nombre responde al autor del proyecto. No es su única obra en Viena. Muy cerca se encuentra otra obra suya, la Kunst Haus, de similar estilo. Para visitar ambas edificaciones hay que coger la línea 1 del tranvía y bajar en la parada Hetzgasse.

La Kunst Haus, otra obra de Hundertwasser

11. El Museo Albertina: Es el museo de pintura más importante de Viena, con una amplia representación de destacados artistas desde el impresionismo hasta la actualidad. Se pueden ver obras de los pintores impresionistas más destacados y de relevantes artistas incluyendo los españoles Miró y Picasso. Además, pude tomar todas las fotografías que quise, sin flash, de los cuadros más destacados. El precio de la entrada es de 11,90 euros. Los jubilados pagan 9,70 y los estudiantes 8,50.

El museo Albertina, el mejor de pintura impresionista y actual

12. La iglesia de San Carlos Borromeo: es un templo que destaca por su gran cúpula y por sus dos grandes columnas exteriores. Fue construida en el siglo XVIII para celebrar el final de la plaga de peste que provocó millones de muertes en Europa en 1713. Se encuentra en la Karlsplatz, cerca del centro. Visitar el interior obliga a pagar 8 euros, cantidad, para mi gusto, excesiva.

La Iglesia de San Carlos Borromeo

Cómo es obvio, con estos doce atractivos se puede tener una idea somera de la ciudad en una visita de tres días, pero si se quiere conocer más a fondo Viena, hay muchos más lugares de interés. En cualquier caso, es una ciudad al alcance de bolsillos modestos y muy bien conectada con Alicante, con vuelos casi diarios. El transporte urbano no es caro, ya que el metro cuesta 2,20 y se pueden conseguir abonos por una semana pagando 16,20 euros. En cuanto a la comida, hay por supuesto para todos los presupuestos, pero el precio de un plato con bebida en un restaurante medio ronda los 10 euros si excluyes los platos caros. En definitiva, se puede viajar a Viena durante tres días desde Alicante sin superar los 500 euros con todos los gastos incluidos.

El Ayuntamiento tras la puesta del sol

TODAS LAS IMÁGENES DE MANUEL DOPAZO