Lo que no han podido las fuerzas de la naturaleza ni los más poderosos imperios en miles de años, lo ha conseguido la barbarie humana en unos segundos: los edificios más destacados de Palmira, conocida como “la Novia del Desierto”, han sido dinamitados y arrasados. Desaparece así, de una forma tan ignominiosa, una de las ciudades del mundo antiguo mejor conservadas y patrimonio Mundial de la Humanidad.

Vista parcial de las ruinas de Palmira antes de los atentados

A cuentagotas, como queriendo recrearse en su crueldad, miembros del Estado Islámico (EI) están procediendo a destruir las edificaciones más emblemáticas de Palmira: primero fue un templo, luego torres funerarias, siguió el mayor de los edificios religiosos y ahora le ha tocado el turno al arco del triunfo, volado el pasado domingo. Lo más sobresaliente ya ha sido eliminado, incluyendo al arqueólogo encargado de su protección y, por tanto, la legendaria ciudad de Palmira que en el siglo III constituyó el mayor imperio de Oriente Medio, ha sido devastada. ¿Causas? La intolerancia del fanatismo religioso.

Momento de la explosión para destruir el templo de Bel

Tuve la fortuna de visitar Palmira el 31 de marzo de 1994, una fecha que he tenido que verificar pero que a la vista de los acontecimientos acaecidos ya nunca olvidaré. Ese día pude recorrer con recreación y detenimiento una de las mejor conservadas ruinas de la época romana. Palmira tuvo su apogeo a partir del año 268 de esta era, cuando a la muerte de su marido, el gobernador romano de la ciudad, su esposa Zenobia se hace con el poder y rompe sus vínculos con Roma. En apenas cuatro años, el poder de Palmira se extiende hasta Anatolia y Egipto. Sin embargo, Roma no perdona y consigue doblegar a la ciudad rebelde en el año 272, causando graves daños a la misma. Desde entonces Palmira no ha recuperado su esplendor aunque fue un punto importante en el trasiego de las rutas caravaneras. Su final definitivo se fija en el año 1089, cuando fue devastada por un terremoto.

El recorrido de las ruinas se podía hacer en camello

Hago memoria, con la ayuda de las fotografías de entonces, y recuerdo mi llegada, al anochecer, al Palmyra Cham Palace, un hotel de buenas prestaciones en pleno desierto, aunque le sobraba alguna de las cinco estrellas que ostentaba. Es uno de mis últimos viajes en grupo, a través de una agencia de viajes, aunque afortunadamente somos sólo nueve, todos españoles. Pernoctamos en el hotel y tras el temprano desayuno nos dirigimos a las ruinas, situadas en las cercanías. No hay multitudes de visitantes pero sí los suficientes para evidenciar que este sitio, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1980 por la Unesco, es posiblemente el mayor atractivo turístico de Siria.

Alrededor de 700 columnas se contabilizaron en Palmira

No se me ha olvidado todavía el impacto que me produce la gigantesca construcción del templo de Bel, que conserva gran parte de su edificación delimitada por una hilera de gigantescas columnas corintias enlazadas por el friso. Es, sin duda, la joya del lugar y con una grandiosidad sólo equiparable, posiblemente, al templo de Baalbek, en El Líbano. 24 de agosto de 2015, miembros de EI proceden a sembrar de explosivos el templo de Bel y los hacen estallar arrasándolo por completo. El pretexto es que hay que acabar con los templos paganos.

El templo de Bel antes de su destrucción total

Sigo mi visita de 1994 por Palmira y en las cercanías del templo de Bel diviso otro, mucho más pequeño pero que se encuentra prácticamente íntegro, como consecuencia de haber sido adaptado para el uso por otras religiones a lo largo del tiempo. Es el templo de Baalshamin. Agosto de 2015. Las tropas de EI, con el mismo argumento de ser un templo pagano, proceden a dinamitarlo y lo destruyen en apenas unos segundos.

El templo de Baalshamin también ha sido arrasado

Volvemos a 1994. El punto de partida para la visita de Palmira, y donde se concentran desde camelleros para ofrecerte una visita en camello al recinto, a recalcitrantes vendedores de postales o libros ilustrados de las ruinas, es el arco del triunfo. Una bella estructura, pese a su deteriorado estado, con un gran arco central y dos menores a ambos lados. Mientras lo contemplo tengo que porfiar con un niño con la indumentaria de los adultos lugareños, que no deja de rebajarme el precio de una tira de postales hasta conseguir que, finalmente, se la compre. Tras cruzar el arco penetro en la avenida principal, que recorre Palmira de un extremo al otro, con más de un kilómetro de longitud y flanqueada por alrededor de 700 columnas. 4 de octubre de 2015. El arco de triunfo sigue la misma suerte que los templos citados y sucumbe bajo el efecto de las bombas. Al parecer, a las autoridades islámicas radicales que ahora controlan la zona les molestaban las inscripciones geométricas y de especies vegetales que adornaban la parte superior del arco.

El arco de triunfo fue dinamitado el pasado domingo

Uno de los puntos culminantes de mi visita es el teatro romano, una instalación que ha sido fielmente restaurada para la representación de espectáculos y obras teatrales. No exagero si digo que es posiblemente la construcción de este tipo más bella que he visto. 5 de julio de 2015. El grupo terrorista publica un vídeo en internet en el que se recogen las imágenes del asesinato de 25 soldados sirios por jóvenes del EI mediante un tiro en la nuca, en el recinto del teatro romano. Tal acción demuestra que la crueldad de sus autores no tiene límites.

En el teatro romano EI asesino a 25 soldados sirios

Me paso varias horas recorriendo las abundantes ruinas de Palmira, no hay que olvidar que la ciudad llegó a contar con 200.000 habitantes, lo que para aquél entonces, hace casi 2.000 años, era una enormidad. Al terminar convenzo al conductor para que nos lleve a una visita que inicialmente no está incluida en el programa. Se trata de las torres funerarias situadas en las cercanías de Palmira y más antiguas que la propia ciudad, ya que se remontan al siglo II y I antes de Cristo. En total visito tres de estas edificaciones, todas de solidos muros de sillares y una de ellas, la torre de Elahbel, en muy buen estado de conservación. Tiene cuatro alturas y un sótano, y en su interior se encuentran restos de tumbas. Son unas construcciones únicas en el mundo. Agosto de 2015. En una fecha de ese mes que no se ha podido concretar, el fanatismo religioso ordena la destrucción de las torres funerarias. Hoy sólo queda de ellas un montón de escombros.

Esta torre funeraria, con 2 milenios de historia, ha sido volada

Esta es la somera relación, hasta ahora, de las atrocidades cometidas en Palmira por los terroristas de EI. Todo apunta, por desgracia, a que lo poco que resta seguirá el mismo destino y a que, en poco tiempo, de la histórica ciudad, la que en su día fue la joya de Oriente Medio y capital del imperio de la reina Zenobia, no quede absolutamente nada.

Tanto insistió que al final tuve que comprarle las postales

TODAS LAS IMÁGENES DE MANUEL DOPAZO SALVO LA DE LA EXPLOSIÓN (internet)