Lisboa a dos horas de Alicante con vuelo directo a diario. Una oportunidad única para conocer o volver a esta encantadora ciudad del país vecino. Recorre sus barrios altos o la mítica plaza de la Revolución de los Claveles, sube a sus singulares tranvías, visita la Torre de Belém o contempla sus típicos azulejos por unos 750 euros durante cinco días este verano, o menos de 500 el próximo otoño, incluyendo vuelo, hotel y comidas.

Atardecer sobre la Torre de Belém

Lisboa es una visita imprescindible que no te puedes perder ya que aparte del encanto propio de la ciudad, los españoles nos sentimos en Portugal como en casa y aunque no tengas ni idea de portugués seguro que te endientes con los lisboetas. La iniciativa de TAP Portugal, la compañía oficial del país vecino, de comunicar Alicante con Lisboa todos los días durante este verano y otoño, posibilita meterte desde El Altet a Lisboa en apenas dos horas. Las tarifas aéreas oscilan entre los alrededor de 300 euros en verano, con maleta incluida, o apenas 100 euros en algunas fechas de otoño con solo equipaje de mano o 30 euros más con una maleta.

Panorámica del centro de Lisboa

Aunque Portugal ya no es el país barato de antaño el presupuesto de un alicantino para pasar cinco días en la capital, que es un tiempo adecuado para conocerla, rondaría los 750 euros este verano, incluyendo el vuelo, hotel céntrico de tres estrellas y dos comidas diarias, una copiosa y otra ligera. No obstante, puedes abaratarlo drásticamente si viajas el próximo otoño, siempre que no coincida con un puente, ya que el coste de hoteles y vuelos se reduce sensiblemente. Así, el vuelo se puede obtener por 105 euros con sólo equipaje de mano y 30 euros más si facturas una maleta. En los hoteles también se aprecian los ahorros, ya que una habitación doble de un tres estrellas decente y céntrico se puede obtener por entre 60 y 70 euros. Sumando vuelo, hotel y comidas, el viaje de cinco días te puede salir por no más de 500 euros.

El tranvía sube pendientes de Lisboa

Lisboa es una ciudad que combina la monumentalidad con el encanto. Yo tengo especial debilidad por ella ya que fue allí, en la Semana Santa de 1975, cuando conocí por primera vez la libertad, unos meses después de las Revolución del 25 de abril de 1974, y con España todavía sumida en la dictadura franquista. Es por eso que en la relación de los 10 atractivos más relevantes de la ciudad que se citan a continuación incluyo en primer lugar a la conocida como la plaza de la “Revolución de los Claveles”, la del Rossío.

La plaza del Rossío y su entorno

LOS 10 HITOS DE LISBOA: 1. LA PLAZA DEL ROSSÍO. Situada en pleno corazón de la ciudad, fue en ella donde empezaron a repartirse claveles de las floristerías cercanas a los soldados que los colocaron en los cañones de sus fusiles aquel 25 de abril de 1974, cuando el ejército salió a las calles para acabar con la dictadura sin disparar un solo tiro. Era el comienzo de la “Revolución de los Claveles”. Nunca olvidaré cuando al año siguiente viajé con varios amigos alicantinos hasta Lisboa y acudí al palacio de los deportes a un mitin de los partidos que habían estado prohibidos. Era Semana Santa y había en el recinto, abarrotado, más españoles que lisboetas, hasta el punto de que los gritos más unánimes fueron contra el régimen franquista.

Fuente de la plaza del Rossío

Al margen de la singularidad política, la plaza del Rossio es muy agradable y monumental, presidida por el edificio neoclásico del teatro de Doña María y por una gran fuente de estilo francés, así como el monumento al rey Pedro IV. El pavimento de la plaza tiene el mismo dibujo que la Explanada alicantina, y no es el único sitio de estas características en la capital portuguesa.

El dibujo del pavimento de la plaza del Rossío como la Explanada

2. LA PLAZA DE COMERCIO. Frente a la desembocadura del río Tajo se alza esta plaza, rodeada de edificios con soportales, con el muelle de las columnas y presidida en el centro por la estatua ecuestre del monarca don José I. Los edificios que la rodean integraron antaño la Corte Real y hoy son sedes de ministerios.

La plaza de Comercio

La plaza de Comercio se comunica con el centro de la ciudad a través del imponente arco de la Rúa Augusta, del siglo XVIII, que tardó casi 20 años en completarse. A partir del arco se entra por la rúa Augusta a la Baixa, el barrio más céntrico y conocido de Lisboa.

La plaza de Comercio

3. LA TORRE DE BELÉM Y EL MONUMENTO DE LOS DESCUBRIMIENTOS. Alejado del centro pero muy bien comunicado con el tranvía número 15 desde la plaza del Comercio, se encuentra el barrio de Belém, que destaca por su famosa torre y por el monumento a los Descubrimientos, enlazados por un bello y ajardinado paseo que bordea el río Tajo. Aconsejo visitar esta zona al atardecer para poder contemplar, si el tiempo acompaña, un precioso atardecer con el sol en su crepúsculo bañando de luz dorada toda esta zona monumental.

La Torre de Belém, en el cauce del río Tajo

La Torre de Belém es uno de los ejemplos más destacados del estilo más genuinamente portugués como es el manuelino, y su origen se remonta al siglo XVI. Está construida sobre el lecho del río Tajo pero tan próxima a la orilla que está conectada a ella con una corta pasarela. Te puedes ahorrar los seis euros de la entrada ya que lo más relevante de la torre es su trabajado aspecto exterior.

Pavimento del paseo fluvial próximo a la Torre de Belém

A tan solo unos minutos a pie de la Torre de Belém se encuentra el monumento o padrón de los Descubrimientos, levantado el siglo pasado con motivo de una exposición universal como homenaje a los descubridores portugueses, la mayoría de los cuales está reproducida sobre una plataforma que representa la proa de un barco. La construcción tiene 52 metros de altura y desde la cima, a la que se llega en ascensor salvo un último tramo de escalera, se tienen unas vistas excelentes del entorno, incluyendo el monasterio de los Jerónimos y los jardines aledaños, así como a lo lejos, una parte de Lisboa.

Padrón de los Descubrimientos y el puente 25 de Abril

La subida a la cubierta del monumento a los Descubrimientos me parece obligada por las preciosas vistas sobre la Rosa de los Vientos, un pavimento junto al monumento con esta figura, de 50 metros de diámetro, en cuyo centro se ha dibujado el mapa del mundo. Desde las alturas las imágenes que se pueden obtener con una cámara son curiosísimas, especialmente cuando alguna persona transita por la Rosa de los Vientos.

El pavimento con la Rosa de los Vientos

4. MONASTERIO DE LOS JERÓNIMOS. También en el barrio de Belém, es uno de los edificios más destacados no sólo de Lisboa sino de todo Portugal, y está declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Desde la cubierta del monumento a los Descubrimientos se puede apreciar en toda su magnitud este inmenso inmueble de más de 300 metros lineales de fachada incluyendo el monasterio, la iglesia y el museo de Arqueología. Se construyó en el siglo XVI aunque algunas partes se completaron en el XIX y es de estilo manuelino, especialmente la iglesia, mientras el monasterio tiene elementos de estilo gótico renacentista.

Jardines y monasterio de los Jerónimos

Si ya el exterior del monasterio es magnífico, su interior es imponente y vale la pena pagar los diez euros que cobran por la entrada. En el interior de la iglesia se localizan algunas de las tumbas de los personajes más relevantes de Portugal, incluyendo la del navegante Vasco de Gama. La bellísima columnata, las vidrieras y el retablo de la capilla mayor son algunos de los elementos más relevantes de la iglesia.

Iglesia y monasterio de los Jerónimos

No hay que olvidarse de visitar el claustro del monasterio de los Jerónimos, con un patio rodeado de una galería de dos plantas ricamente ornamentada con amplios y artísticos ventanales que lucen en todo su esplendor ya que han sido restaurados hace muy pocos años. Hay quien incluye este claustro entre los más bellos de mundo y creo que no exagera.

El bellísimo claustro del monasterio de los Jerónimos

Tumba de prócer en la iglesia de los Jerónimos

5. CASTILLO DE SAN JORGE. Se encuentra en la cima de la colina más alta de Lisboa y para llegar a él, si lo haces andando, hay que subir una empinada y larga cuesta, por lo que es recomendable visitarlo a primera o última hora si viajas en verano. Hay un elevador que te sube desde la Baixa. Desde sus murallas, con 11 torreones, tienes una bella panorámica de la ciudad.

Murallas y torreones del castillo de San Jorge

Construido sobre un antiguo alcázar musulmán, el Castillo destaca por sus solidas murallas, sus jardines y su patio de armas. La amplitud del recinto es tal que para poder obtener una vista de conjunto debes de acudir a alguno de los miradores situados en otras colinas de Lisboa. La visita del castillo cuesta 8,5 euros.

Murallas iluminadas del Castillo de San Jorge

6. BARRIO DE ALFAMA. Es el barrio situado en la colina dominada por el Castillo y es el más representativo de la Lisboa histórica y tradicional. Su mayor inconveniente es que se encuentra en una larga pendiente por lo que lo más aconsejable es subir en el tranvía número 28 hasta el Panteón Nacional, un edificio de tal magnitud que resulta inconfundible, y desde allí ir recorriendo el barrio cuesta abajo por el dédalo de calles y callejones que lo surcan. También se puede emprender la visita desde el Castillo.

Un rincón del barrio de Alfama

En la caminata por Alfama veremos casas antiguas, algunas muy deterioradas y humildes, otras con fachadas cubiertas de azulejos y también las hay adornadas con geranios. Hay sectores que reclaman una restauración a gritos, pero en cualquier caso, la visita muestra la Lisboa más genuina.

Detalle del barrio de Alfama

7. LA CATEDRAL. En la parte baja del barrio de Alfama se encuentra la Catedral de Lisboa o Sé. Con su aspecto austero y torres almenadas tiene aspecto de fortaleza más que de edificación religiosa. El edificio ha sufrido varias y amplias restauraciones y cambios por los daños infligidos por los distintos terremotos sufridos por Lisboa a lo largo de los siglos, que han modificado sensiblemente su imagen. La visita de la iglesia es gratuita pero no así las del claustro y el museo del tesoro, por los que hay que desembolsar cinco euros.

La Catedral de Lisboa

Cerca de la Catedral encontrarás la Casa de los Picos, una de las más conocidas de la ciudad y llamada así porque su fachada está decorada con piedras talladas en punta. Es un palacete histórico y en la actualidad sede de la Fundación Saramago.

La casa o palacete de los Picos

8. ELEVADOR DE SANTA JUSTA. Es un ascensor histórico que une la Baixa con el barrio Alto en un recorrido vertical de 45 metros. Su origen se remonta a finales del siglo XIX e inicialmente funcionaba a vapor. Se trata de una robusta columna rematada por una amplia terraza de hierro de estilo modernista. Es uno de los iconos de Lisboa y parece que si no subes en él no has visitado Lisboa, por lo que en temporada alta y en horas punta se forman largas colas para utilizarlo.

El elevador de Santa Justa, uno de los iconos de Lisboa

9. PARQUE EDUARDO VII. Es un amplio y bonito parque, sin duda la zona verde más atractiva de Lisboa, situado en una pendiente que concluye en la plaza del Marqués de Pombal, donde arranca la avenida da Liberdade. En la parte alta del mismo hay un mirador desde el que se puede contemplar una bellísima panorámica de Lisboa con el río Tajo al fondo.

El parque de Eduardo VII, de estilo francés

El parque es de estilo francés y mientras toda la parte central está adornada con artísticos setos, los laterales están cubiertos de una frondosa arboleda. Salpicando su superficie se localizan distintas y relevantes esculturas, entre ellas una del artista colombiano Botero.

Escultura de Botero en el parque Eduardo VII

10. MIRADORES DE LISBOA. Son puntos estratégicos desde los que se pueden contemplar bellas panorámicas y perspectivas de la ciudad aprovechando las distintas colinas por las que se extiende Lisboa. Uno de los miradores más famosos por los jardines en los que se encuentra es el de San Pedro de Alcántara. Desde él se puede divisar las murallas del castillo de San Jorge, la catedral y la Baixa o zona centro. El mirador se encuentra en el barrio Alto.

Lisboa desde el mirador de San Pedro de Alcántara

En la ciudad hay muchos miradores de los que media docena son de visita obligada por las panorámicas sobre distintas partes. Otros dos miradores destacados son los de Santa Lucía, situado en el barrio de Alfama, y el de la plaza do Carmo, junto a las ruinas del convento do Carmo, y con bellas perspectivas del centro y de Alfama.

Contemplando la ciudad desde el Mirador de la plaza do Carmo

Estas visitas obligadas se deben sumar a otras, si se quiere tener una imagen global de la ciudad, entre ellas, las edificaciones de la Expo de Lisboa de 1998, aunque se encuentre situada en las afueras, muy cerca del Aeropuerto. Entre los hitos de la Expo se encuentran la Estación de Oriente, diseñada por Calatrava, y un gran acuario. Tampoco hay que olvidarse de visitar la Cervecería Trindade, la más antigua de Portugal y bellamente decorada con azulejos.

Bellos azulejos decoran la cervecería Trindade

Hay también rincones y locales que merecen una visita, como la cafetería A Brasileira, una de las más antiguas y ubicada en la zona de Chiado. Es famosa por la escultura del escritor y poeta Fernando Pessoa sentado en un velador de la terraza, con la que es casi obligado hacerte una foto. En fin, podríamos seguir indefinidamente, en una ciudad realmente encantadora.

En el Café A Brasileira con el poeta Fernando Pessoa

TODAS LAS IMÁGENES DE MANUEL DOPAZO