Preciosos palacios y mansiones, imponentes castillos y fortalezas, grandiosos templos y edificios religiosos, en un conjunto armónico de históricas viviendas de un vistoso cromatismo. Así son las bellísimas ciudades coloniales mejor preservadas de Latinoamérica, entre las que se destacan a continuación, en una difícil selección, las diez más relevantes.

Pelourinho, el casco antiguo colonial de Salvador de Bahía

1. CARTAGENA DE INDIAS. El color de sus casas y el ritmo caribeño de sus gentes se funden en un todo lleno de vida y encanto. Hay que precisar que el intenso colorido de sus viviendas no es el original, como ocurre en casi todas las ciudades coloniales, ya que color predominante era el blanco, pero es una innovación con bellos efectos visuales. En la actualidad no hay casi ninguna ciudad colonial que se precie que no barnice las fachadas con vívidos colores.

Panorámica parcial de la ciudad antigua de Cartagena

Declarado Patrimonio de la Humanidad, el casco antiguo de Cartagena es un conjunto monumental que hay que recorrerse a pie o, para los más perezosos, en calesa, para poder disfrutarlo con todo detalle. Eso sí, con el único inconveniente del intenso calor húmedo que prácticamente se abate sobre la ciudad todo el año, aunque algo más soportable en la época seca, entre diciembre y abril.

Fachada con llamativos colores de una casa colonial

Las casonas y palacetes más relevantes de la Cartagena Colonial se han restaurado y habilitado como comercios, bares, hoteles, museos y otros negocios turísticos, no en balde es con mucho la ciudad con más visitantes de Colombia. La zona colonial es, además, una zona tranquila, pese a la inseguridad que se achaca al país, por la numerosa presencia policial. En las cercanías del núcleo urbano colonial no hay que perderse el castillo, el mayor y uno de los mejor conservados de Hispanoamérica.

Dos palenqueras venden frutas por las calles de Cartagena

2. SAN MIGUEL DE ALLENDE. En México hay alrededor de una docena de ciudades coloniales imponentes y de obligada visita, por lo que resulta muy complicado escoger a la más relevante de ellas. Sin embargo, hay un conjunto destacado de voces que apuestan por San Miguel de Allende, de ahí su selección.

Vista de la ciudad mexicana de San Miguel de Allende

San Miguel de Allende no sólo es una ciudad colonial magníficamente conservada y restaurada. Además, goza de un clima ideal debido a estar situada a 1.900 metros de altura, es de reducido tamaño ya que ronda los 70.000 habitantes y, frente a otros municipios mexicanos, goza de gran tranquilidad. El resultado es que ha sido elegida en distintos foros internacionales como una de las ciudades con mayor calidad de vida del mundo.

Plaza de San Miguel de Allende

El cerro que domina la ciudad de San Miguel de Allende es de visita obligada para contemplar una panorámica que muestra la armonía de su núcleo urbano. La subida es algo cansada pero se puede llegar hasta la cumbre en menos de 30 minutos sin demasiado esfuerzo. Otro lugar al que hay que ir es la plaza Allende o parque principal, donde se encuentra el Ayuntamiento. A partir del atardecer, y hasta bien entrada la noche, grupos de mariachis pululan por la plaza y entonan sus boleros y rancheras a los turistas por una módica propina.

Mariachis en el Parque Central de San Miguel de Allende

3. ANTIGUA. Ciudad encantadora y clima primaveral por sus 1.500 metros de altitud, Antigua fue la primera capital de Guatemala hasta que los terremotos del siglo XVIII obligaron a abandonarla. Todavía hoy hay importantes edificios, especialmente religiosos, en ruinas, pero, en contra de lo que pueda pensarse, son elementos que dan más sabor y encanto a Antigua. Resulta impresionante contemplar los enormes pilares y fragmentos derruidos de algunos de sus templos.

Calle colonial de Antigua a los pies del volcán

Rodeada por hasta tres volcanes y secularmente amenazada por movimientos telúricos, Antigua es una ciudad no sólo hermosa sino también impactante. Yo la he visitado en tres ocasiones, la he pateado de arriba a abajo y no me canso. Las calles adoquinadas trazadas en perfecta cuadrícula, con sus coloreadas casas perfectamente alineadas y revestidas de bellas fachadas son un regalo para la vista y para la fotografía.

Fachada de una casona restaurada en Antigua

Pese a que las ciudades coloniales cuentan en general con numerosas iglesias y locales religiosos, Antigua llama la atención por desbordar todos los límites, ya que se cuentan más de 30 en el reducido núcleo central, incluyendo iglesias, capillas, ermitas, conventos y edificios de distintas órdenes religiosas. Entre las iglesias más conocidas y visitadas se encuentra la de La Merced.

La iglesia de la Merced de la ciudad guatemalteca de Antigua

4. SALVADOR DE BAHÍA. El barrio de El Pelourinho, popularmente conocido como El Pelo, era una zona degradada y marginal a mediados del pasado siglo con sus históricas casas abandonadas y en muy mal estado. Hoy en día, sin embargo, gracias a una profunda y concienzuda renovación, se ha convertido en un lugar emblemático de Brasil y de Latinoamérica, declarado Patrimonio de la Humanidad.

El barrio colonial El Pelourinho de Salvador de Bahía

El Pelo de Salvador es un barrio lleno de vida, con sus destacadas viviendas que se remontan al origen de la ciudad en el siglo XVI, bellamente restauradas y coloreadas, y habilitadas como pensiones, comercios, bares y galerías de arte. Sus calles adoquinadas en pendiente no son ningún obstáculo para pasear por ellas y tropezarte con bahíanas vestidas a la antigua usanza, con las que puedes fotografiarte a cambio de una propina.

Calle con casas señoriales restauradas en Salvador de Bahía

Pese a que la inseguridad es uno de los mayores reparos de casi todas las grandes ciudades brasileñas, incluyendo Salvador, por El Pelourinho se puede pasear tranquilamente por la gran concentración policial en todo su ámbito, dada la elevada presencia de turistas. En sus calles destacan los edificios, incluyendo varias iglesias, de estilo barroco portugués.

Mujeres de Salvador vestidas a la vieja usanza

5. GRANADA. La mayoría de expertos en ciudades coloniales la destacan como la más destacada ciudad colonial de Nicaragua y una de las más hermosas de América pese a que no está declarada Patrimonio de la Humanidad, al contrario de lo que sucede con la también nicaragüense y monumental León. En cualquier caso ambas, que rivalizan entre sí, son de obligada visita.

Calle de la Granada nicaragüense con la catedral al fondo

Granada se encuentra a orillas del lago Cocibolca, también conocido como Lago de Nicaragua, el mayor de agua dulce de toda Centroamérica. La ciudad se puede visitar en una excursión de un día desde la capital, Managua, de la que le separan únicamente 41 kilómetros y con la posibilidad de una parada en ruta para contemplar el grandioso espectáculo del volcán Masaya, que se mantiene activo con sus fumarolas de un intenso y mareante olor a azufre que te obliga, como me sucedió a mí, a salir por piernas si el viento las empuja hacia el mirador de los visitantes, situado al borde del cráter y hasta el que se puede llegar en vehículo.

Casa colonial de Granada

La Granada de Nicaragua tiene algo más de 100.000 habitantes y su núcleo urbano gira en torno a la plaza de Colón o Parque Central, donde se encuentra la inmensa catedral y de la que parten las calles principales y un amplio paseo, flanqueado por casas señoriales, que llega hasta el mismo malecón del puerto. Allí se pueden contratar yates para visitarlas numerosas islas que salpican el lago. Como toda ciudad colonial que se precie Granada destaca por sus bellas y coloreadas casas con amplios ventanales, sus patios de estilo andaluz y sus iglesias, algunas con fachadas muy austeras.

Granada se puede recorrer en carruajes tradicionales

6. QUITO. El casco antiguo de Quito es uno de los de mayor superficie y mejor conservación de toda América Latina y tiene el honor de haber sido el primero del mundo, junto con el de la ciudad polaca de Cracovia, en ser declarado Patrimonio de las Humanidad, en el año 1978. Nada menos que 4.200 inmuebles han sido declarados edificios patrimoniales, de los que 130 son catalogados de monumentales.

El centro histórico de Quito es el mayor de Latinoamérica

Es sorprendente el cambio a mejor que se ha producido en su parte antigua en los últimos años, con sus más destacadas construcciones restauradas, los edificios de viviendas adecentados, abundante proliferación de comercios, junto a una amplia presencia policial y una intensa actividad cívica, que le han dado vida y lo han convertido en un lugar especialmente grato, tal como pude comprobar hace apenas unos meses, muy distinto del inseguro, deteriorado y casi marginal lugar que visité por primera vez hace 25 años.

La Ronda, una de las calles más famosas del Quito colonial

También con un clima excelente gracias a sus 2.800 metros de altura, el casco antiguo de Quito se asienta a los pies del cerro conocido como El Panecillo, en cuya cumbre se levanta un monumento a la Virgen de Quito. El casco viejo de Quito hay que patearlo para poder contemplar sus bellos edificios y porque algunas de sus calles son peatonales. El centro neurálgico es la plaza de la Independencia, conocida como plaza Grande, donde se encuentra el Ayuntamiento y la Catedral. En su entorno destacan la iglesia de la Compañía de Jesús y el convento de San Francisco, repletos de grandes y ostentosos tesoros religiosos.

La Plaza Grande, el corazón del casco antiguo de Quito

7. CUZCO. La que fuera capital del imperio inca es incluida casi por unanimidad entre la flor y nata de las ciudades coloniales de América. Situada a 3.400 metros de altitud, goza de un buen clima pero puede provocar el mal de altura si no se toman ciertas precauciones, como limitar el ejercicio físico y la comida el primer día. El té de la hoja de coca ayuda a evitar problemas.

Panorámica de la ciudad peruana de Cuzco

En Cuzco se pueden contemplar edificaciones de origen precolombino, algunas de los cuales, como uno templo inca con sus imponentes sillares de piedra, es el basamento del convento de Santo Domingo. La plaza de armas es el corazón de una ciudad con dos grandes iglesias, zonas ajardinadas donde se celebran importantes eventos festivos y una arcada con soportales con los comercios más caros de la ciudad. El encalado de las fachadas de las casas predomina sobre el cromatismo de otras ciudades coloniales, así como la artística carpintería de madera de los balcones abiertos de muchas viviendas.

Arcadas en la Plaza de Armas de Cuzco

En el entorno del núcleo urbano hay destacadas construcciones de origen inca y tampoco hay que olvidar que Cuzco es escala obligada para todos los que quieren visitan el sanctasanctórum del imperio inca, la ciudad perdida de Machu Picchu.

Casas coloniales de Cuzco con sus típicos balcones

8. OURO PRETO. Esta ciudad brasileña, cuya traducción significa “Oro Negro”, se encuentra en el Estado brasileño de Minas Gerais y es el compendio más completo de una ciudad colonial de origen portugués, lo que ha deparado que sean muchos los que la incluyen entre la flor y nata colonial de Latinoamérica. Hoy es una localidad relativamente pequeña, con unos 70.000 habitantes, pero cuando se localizó el oro, en el siglo XVII, fue una de las urbes más florecientes de Brasil y de toda Sudamérica.

La ciudad brasileña de Ouro Preto

Ouro Preto se encuentra esparcida por distintas colinas provocando que gran parte de sus calles se encuentren en inclinadas y duras pendientes. Este complicado entorno no ha sido obstáculo para que la metrópoli portuguesa construyera, aprovechando las grandes riquezas que se extraían de sus minas, grandes y destacados edificios oficiales, destacados inmuebles religiosos y atractivas viviendas.

Muchas calles de Ouro Preto tienen fuertes pendientes

Muy cerca de Ouro Preto, tanto que más parece uno de sus barrios, se encuentra Mariana, otra ciudad nacida al socaire de la fiebre del oro y al igual que Ouro Preto declarada Patrimonio de la Humanidad. Es una localidad encantadora, con sus casas y edificios de la época colonial perfectamente conservadas, y sus bellas iglesias, algunas de inconfundible estilo manuelino.

Calle de Mariana, casi un barrio de Ouro Preto

9. TRINIDAD. Casi perdida en el interior de la isla de Cuba medró una ciudad al amparo de la industria Azucarera, con destacadas haciendas y bellos edificios coloniales. Trinidad fue perdiendo protagonismo industrial y paulatinamente fue cayendo en el olvido. Sin embargo, su núcleo urbano permaneció intacto a lo largo de los siglos y hoy permanece casi idéntico que en la época de su máximo esplendor.

Plaza principal de la ciudad cubana de Trinidad

Trinidad es una de las ciudades más turísticas de Cuba, con el mayor número proporcional de hospedajes y de paladares de iniciativa privada de toda la isla. Su núcleo histórico, que es prácticamente toda la ciudad, está fielmente rehabilitado y todos los vecinos han contribuido a ensalzar la ciudad adecentando las fachadas de sus casas, pintándolas con llamativos colores.

Casas coloniales y campanario en Trinidad

Sus calles empedradas son un auténtico remanso de paz donde junto a los bellos edificios coloniales puedes encontrarte con un grupo de viejos troveros cantando la música guajira tradicional. En sus grandes edificaciones civiles y religiosas predomina el color amarillo, mientras que las viviendas lucen una amplia diversidad cromática. Patrimonio de la Humanidad desde 1988, su inclusión en la lista de las grandes ciudades coloniales no la discute casi nadie.

Grupo musical veterano en las calles de Trinidad

10. POTOSÍ. Si ciudades como Ouro Preto medraron gracias a la fiebre del oro, la ciudad boliviana de Potosí lo hizo al descubrirse que el cerro a cuyos pies se ubica estaba saturado de otro metal precioso: la plata. La expresión “vale un potosí”, para algo de mucho valor, procede precisamente de esta ciudad que en pleno esplendor de la explotación de las minas de plata llegó a convertirse en una de las ciudades más ricas y prósperas de América.

Potosí y el Cerro Rico del que se extrae la plata

Situada a más de 4.000 metros de altura, con un clima seco y frío, Potosí llegó a albergar la fábrica de acuñación de monedas de plata de la España imperial de la época. Desde mediados del siglo XVI el Cerro Rico, que domina la ciudad, fue sometido a una intensa explotación minera que generó la extracción de toneladas de plata. A lo largo de casi un siglo se construyeron grandes mansiones y se edificaron una veintena de iglesias y numerosos conventos.

Casas coloniales e iglesia en la ciudad boliviana de Potosí

Sin embargo desde mediados del siglo XVII la plata se fue agotando y la ciudad fue cayendo paulatinamente en el ocaso. Aunque todavía hoy existen minas en servicio, su actividad se ha reducido drásticamente y son muchas las instalaciones cerradas y abandonadas que se pueden contemplar en el Cerro Rico y que deparan una imagen deprimente de Potosí. No obstante, su legado arquitectónico se ha conservado perfectamente y sus edificios civiles y religiosos mantienen parte de su antiguo esplendor deparando un conjunto monumental declarado Patrimonio de la Humanidad y una de las ciudades coloniales más relevantes.

Patio de la Casa de la Moneda en Potosí

10 bis. SAN JUAN DE PUIERTO RICO. No quiero acabar esta relación de las diez ciudades coloniales más destacadas sin mencionar a otra que, para mi gusto, merece estar con todos los honores en la lista, aunque sea como número 10 bis. Se trata del Viejo San Juan, el barrio antiguo de San Juan de Puerto Rico.

Casas en el Viejo San Juan de Puerto Rico

El Viejo San Juan es un conjunto urbano colonial que ha sido exquisitamente restaurado y que conforma un conjunto armónico y homogéneo. Sus dos imponentes castillos, sus murallas, sus edificaciones religiosas y civiles, y el encanto de numerosas viviendas, casi todas ellas con sus fachadas pintadas en tonos pastel, son motivos más que sobrados para no olvidarse del Viejo San Juan cuando se cita lo mejor de la arquitectura colonial en América.

El castillo de San Felipe del Morro en el Viejo San Juan

TODAS LAS IMÁGENES DE MANUEL DOPAZO