Los muros muestran las más variadas escenas de sexo, desde felaciones, sexo oral y posturas inverosímiles hasta orgías e incluso bestialismo. Son los templos hinduistas de Khajuraho, para muchos, una de las expresiones más destacadas del arte en todo el mundo, para otros, por el contrario, simple y llanamente obscenidades....

Orgía tallada en los muros de un templo de Khajuraho

Se les conoce, fundamentalmente, como los templos eróticos de Khajuraho, aunque tras contemplar las escenas de sexo explicitas reproducidas en sus fachadas es obvio que son mucho más que eróticas e invaden el terreno de lo considerado en Occidente como procaz y obsceno.

El sexo se reproduce sin cortapisas en los templos

Diciembre de 2017. En una más de mis visitas a la inmensa y variopinta India, la octava a uno de mis países favoritos, incluyo en mi itinerario a Khajuraho, una pequeña localidad del Norte del país, famosa por la veintena de templos declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y cuya mayor singularidad estriba en las abundantes reproducciones de escenas sexuales explícitas. No son las únicas de La India, ya que también las hay en templos de otras ciudades, pero sí son las más numerosas, variadas y mejor conservadas.

Hay distintas teorías sobre el sentido de estas imágenes sexuales

Llegar a Khajuraho no es muy fácil ya que se encuentra un tanto aislada y aunque tiene un pequeño aeropuerto, los vuelos son escasos y desde muy pocos lugares. Al final opto por llegar en taxi desde Orcha, otra ciudad de visita obligada y situada a 125 kilómetros. Puede parecer una barbaridad un recorrido en taxi tan largo pero en La India los taxis son muy baratos. Hay una empresa de taxis, llamada Ola, que la puedes contratar por teléfono y que cobra alrededor de 20 euros por cada 100 kilómetros, aunque todavía no opera en todas las ciudades. También puedes concertar el recorrido directamente con el taxista por un precio similar. Solo tienes que añadir los peajes, que son insignificantes.

Algunas esculturas se encuentran muy deterioradas

Para salir de Khajuraho lo arreglo con un taxista de la ciudad que me lleva hasta Benarés, distante a 425 kilómetros, por 80 euros. Eso sí, tienes que localizar un taxi, cosa que no es sencilla ya que en muchas ciudades indias no tienen ningún distintivo y son escasos, ya que la inmensa mayoría de los servicios de transporte urbano lo prestan los ricksaw, unos motocarros más conocidos como tuck-tuck. Si tienes dificultades para localizar un taxi, puedes encontrarlos en las estaciones de tren o preguntar a cualquier conductor de tuck-tuck.

Las imágenes se remontan a los siglos X al XII

Khajuharo era una pequeña aldea que ha crecido rápidamente al socaire de los templos y del turismo que su visita genera. En el Norte de La India anochece en invierno muy pronto, sobre las 5 de la tarde, pero a cambio tiene una temperatura ideal, alrededor de los 20 grados, muy inferior a la de los tórridos calores del verano y, también, sin riesgo de trombas de agua tan frecuentes en la época estival por los monzones.

Algunas esculturas son muy elaboradas y otras rudimentarias

Me reservo todo un día para visitar los templos. En total hay alrededor de una veintena distribuidos en tres grupos. Los más destacados y los únicos en los que tienes que pagar entrada están en el grupo del Oeste, donde se encuentran también los que tienen más imágenes eróticas. El precio de la entrada son 500 rupias, casi siete euros, y están abiertos desde que amanece hasta el anochecer.

Vista de dos templos del grupo del Oeste, el más relevante

En el grupo del Oeste hay una decena de templos, cinco de ellos imponentes, tanto por su tamaño como por su buen estado de conservación. El más cercano a la entrada es posiblemente el que tiene la mayor concentración de imágenes de sexo y también las más explícitas, aunque no las de mayor calidad escultórica. Es el templo Lakshmana. La mayor profusión de imágenes eróticas no se encuentra en el propio templo sino en el muro de la plataforma sobre la que está construido.

El templo Lakshmana es el de más imágenes eróticas

En el templo Lakshmana se localizan actos sexuales con posturas a prueba de gimnastas, felaciones y hasta una imagen insólita de bestialismo. Al contemplar estas imágenes uno se pregunta cómo es posible que hayan podido sobrevivir hasta el presente, teniendo en cuenta que se remontan a los siglos X al XII y esta parte de La India fue dominada por civilizaciones obsesivas contra todo lo que significa sexo, incluida la musulmana. Solo se explica la supervivencia por la aislada que ha permanecido Khajuraho y porque los templos fueron abandonados y cubiertos por una densa floresta hasta su redescubrimiento en el siglo XIX por el inglés Burt, un ingeniero del ejército durante la etapa colonial británica.

Entre las distintas variedades de sexo se encuentra en bestialismo

Al fondo del amplio parque ajardinado se encuentran alineados tres destacados templos. El primero de ellos es el más grande, con una altura de 30 metros, y el más famoso de todos los templos de Khajuraho, y se denomina Kandariya Mahadev. Tiene una gran profusión de bajorrelieves que cubren sus muros, con figuras de todo tipo, incluyendo algunas eróticas de gran calidad.

El templo Kandariya Mahadev es el mayor y el más famoso

A la vista de tantas esculturas y representaciones eróticas en los templos, algo muy poco frecuente en otras civilizaciones, donde el sexo casi siempre se ha considerado pecaminoso o tabú, los expertos se han preguntado la razón de su exaltación en estos templos. A día hoy se han barajado distintas teorías entre ellas las de que son representaciones del kamasutra, cosa que la representación de orgías parece desmentir, o que la reproducción de escenas sexuales se hacía en la creencia de que el sexo aumenta la fertilidad y ahuyenta a las fuerzas del mal, o incluso de que son un homenaje al matrimonio entre los dioses Shiva y Parvati.

Llama la atención las caras impasibles de los amantes

Ninguna de las teorías sobre las escenas sexuales de los templos de Khajuraho han convencido plenamente a los estudiosos, que insisten en que no dan una respuesta totalmente convincente. Por mi parte, considero todo un regalo para el arte y la cultura que estos templos hayan sobrevivido hasta la actualidad, por mucho que algunos se empeñen en catalogarlos de obscenos.

Parte del muro de un templo con las esculturas eróticas

Pese a que algunas imágenes y esculturas están muy deterioradas y han sido mutiladas y dañadas por el vandalismo, hay que agradecer que otras hayan podido llegar hasta nuestros días en bastante buenas condiciones. Es el caso de estas figuras bellamente esculpidas practicando el sexo en llamativas posturas en el templo Visvanatha.

Esta imagen de una orgía está mutilada y deteriorada

La visita de los templos del Oeste me ocupó toda la mañana por lo que ante la duda de que se me echara la noche encima sin poder contemplar los restantes decidí comer simplemente unos plátanos enanos, muy dulces y típicos en casi todo el territorio indio, y con un tuck-tuck me dirigí hasta el grupo de templos del Este, situados a un par de kilómetros, muy cerca del Khajuraho antiguo.

Algunas de las figuras son muy esquemáticas

En el grupo del Este se pueden contemplar un total de seis templos pero solo tres de ellos, los de granito, son de la etapa hinduista, mientras que el resto, cubiertos con una pintura ocre pálida, son jainistas y de un periodo muy posterior. La mayoría de ellos están profusamente decorados con figuras de gran calidad, incluyendo sinuosas mujeres, pero carecen de imágenes eróticas y reproducen escenas cotidianas o bélicas.

Escena sexual con posturas inverosímiles

Los templos hinduistas son los más atractivos del grupo del Este pero la relevancia del más grande se ve algo mermada por la exigua distancia a la que se levantaron los templos jainistas, prácticamente encima.

Templo del grupo del Este con otro templo jainista muy próximo

Dos de los templos del Este se encuentran dispersos por la zona rural que rodea Khajuraho, aunque protegidos por un murete. Se llega a ellos en apenas unos minutos en un corto paseo desde la villa de Khajuraho y si hay alguna duda basta con preguntar a alguno de los numerosos niños que suelen acercarse a los turistas pidiendo un bolígrafo o algún dulce.

Este templo del grupo del Este se encuentra en pleno campo

El recorrido por estos templos del Este lo concluyo con un recorrido por la antigua villa de Khajuraho, todavía habitada por sus vecinos de toda la vida, que han embellecido muchas de sus casas deparando bellos rincones. Son callejuelas estrechas que hay que recorrer caminando para poder acceder a ellas y contemplarlas. Seguro que al doblar cualquier esquina te tropiezas con alguna labor campesina o casera ya desaparecida en Occidente y que te remonta a otras épocas.

Un rincón de la antigua villa de Khajuraho

Para completar mi recorrido por los templos solo me queda el grupo del Sur, integrado por varios templos pero únicamente dos relevantes y dignos de ser visitados. Eso sí, tienes que recurrir al tuck-tuck ya que se encuentran a varios kilómetros y muy distanciados el uno del otro.

Uno de los templos del grupo del Sur

Localizar un tuck-tuck es muy fácil y el coste es muy barato, aunque no te olvides nunca de pactarlo de antemano pues de lo contrario te pueden pedir al final cualquier cosa. Si lo contratas para un solo recorrido normal el coste ronda los 2 euros. Si decides hacerlo por tiempo, pagar entre 2 y 3 euros por hora es un precio que suelen aceptar de muy buena gana los conductores.

Campesinas de Khajuraho en una tarea cotidiana

Comienza a oscurecer cuando completo la visita de los dos templos del Sur, ambos de gran relevancia aunque las esculturas eróticas sean mínimas, y enfilo el regreso al centro urbano de Khajuraho. Aún me da tiempo para sacar unas imágenes de la puesta de sol sobre los templos del Oeste, situados junto a la zona más comercial de la ciudad. Khajuraho ha crecido enormemente gracias al turismo y lo que en el siglo pasado era una aldea de pocos miles de vecinos se ha convertido hoy en una urbe de 40.000 habitantes.

Puesta de sol sobre un templo de Khajuraho

Al acabar la jornada comparo la visita efectuada por mi cuenta con la que hice también a Khajuraho hace ya 32 años, cuando no existía internet ni los grandes recursos actuales para programar viajes, por lo que estabas casi obligado a viajar en grupo. La conclusión es que no hay color. En mi primer viaje tuve que ver Khajuraho en apenas tres horas, deprisa y corriendo, al ritmo marcado por el guía, y obviando el grupo de templos del Sur. Eso sí, nos llevaron a un almacén comercial, con la excusa de que era un taller de artesanías, donde no había ninguna prisa y donde perdimos un tiempo precioso en perjuicio de los templos. Ahora he podido recorrerlos a mi aire, sin presiones ni advertencias y creo que puedo decir, con toda propiedad, que por fin he podido contemplar los templos de Khajuraho.

Turistas ante un templo del grupo del Oeste

Entrada la noche, regreso al hotel que, como la mayoría de los destinados a los turistas, se encuentra en las afueras, y es allí donde me quedo a cenar. Apenas son las 19,30 horas pero en La India, como en casi todos los países asiáticos, tienes que amoldarte a la forma de vida oriental, que se ajusta al horario solar, por lo que a las 6,30 de la mañana siguiente ya estoy en pie para comenzar una nueva jornada. Mi próximo destino es Benarés, la ciudad sagrada bañada por el río Ganges, pero eso ya es otra historia.

Figuras muy deterioradas de una felación

TODAS LAS IMÁGENES: MANUEL DOPAZO