Sí, podrás ver lo más destacado de Madrid, desde el Museo del Prado, con las obras más destacadas de Goya, Velázquez o El Greco, hasta el Palacio Real, con sus suntuarios salones, pasando por el Centro de Arte Reina Sofía, con el Guernica de Picasso, o el Museo Thyssen con su destacada colección de impresionistas. Sólo en estas cuatro visitas te puedes ahorrar 45 euros. La única condición es que la estancia en Madrid tiene que incluir un lunes.

La Plaza Mayor, el corazón del Madrid histórico

Una escapada a Madrid, que no se puede ser menor de tres días si queremos ver lo más destacado de la capital del país, se puede hacer en cualquier momento y con un presupuesto modesto si se controla bien los gastos. Para empezar el desplazamiento desde Alicante se puede conseguir con el cómodo ave, en poco más de dos horas, por entre 70 y 100 euros, ida y vuelta, en función de los horarios. Por lo general los trenes más baratos son los de mediodía o última hora, y salvo días muy señalados hay salidas y regresos ferroviarios con precios de oferta casi todos los días.

El Palacio Real, también llamado Palacio de Oriente

El hotel es sin duda el asunto más delicado y caro del viaje. Los hoteles céntricos son más caros, pero hay que valorar el ahorro de tiempo y de transporte, ya que el 90 por ciento de las visitas destacadas de Madrid están en la zona centro, dentro de un perímetro que te permite desplazarte prácticamente a pie si eres algo andarín. Un hotel entre aceptable y bueno en el centro viene a costar entre 70 y 90 euros por noche durante los fines de semana.

La fachada de la catedral de la Almudena desde el Palacio Real

Y llegamos a las visitas. Si Madrid tiene un hito turístico que la identifique en el mercado turístico ese es el Museo del Prado. En tan amplia galería pictórica se encuentran las obras más destacadas de Velázquez, El Greco o Goya, por citar sólo unos pocos. Y si nos guiamos por la expectación que crean, entre los cuadros con mayor afluencia de visitantes se encuentran las Meninas, de Velázquez, el Jardín de las Delicias, de El Bosco, y las majas desnuda y vestida, de Goya. Alrededor de los tres cuadros es frecuente que se formen hasta aglomeraciones, especialmente en las horas punta.

Son frecuentes las aglomeraciones frente a las Meninas

El precio de la entrada del Museo del Prado es de 14 euros, una cantidad exageradamente cara. Afortunadamente, existe la alternativa de la visita gratuita de lunes a sábado, de 18 a 20 horas, y los domingos, de 17 a 19 horas. Son sólo dos horas al día, por lo que es aconsejable un par de días de visita para poder ver lo más destacado del museo. No hay que asustarse por las largas colas que se forman a diario al comienzo del horario del acceso gratuito, ya que el ingreso se efectúa con gran celeridad pues los únicos trámites son recoger la entrada gratuita y pasar por el arco de seguridad.

La Maja Desnuda, de Goya, es otro cuadro estrella del Prado

Lamentablemente, el Prado es uno de los pocos museos importantes del mundo que no sólo prohíbe las fotografías con flash, lo que me parece muy bien, sino también las efectuadas sin flash, que en nada perjudican a las obras expuestas, lo que sólo se explica por el afán de un mayor negocio con la venta de las postales con reproducciones de los cuadros en la tienda del museo.

Desfile de la guardia en el castillo Real

Otra de las grandes atracciones de Madrid es el Palacio Real, cuyas dependencias nada tienen que envidiar los fastos y lujos de las estancias reales o aristocráticas de Francia o de otros países europeos. En la puerta del Príncipe, los miércoles y sábados, de 11 a 14 horas, hay un pequeño relevo de guardia cada media hora, y los primeros miércoles de mes un fastuoso relevo en toda regla.

Escalinata de acceso a los salones del Palacio Real

La entrada al Palacio Real asciende a 11 euros, pero todos los días, de 18 a 20 horas, se puede visitar gratis. Al igual que en el Prado, sobre las 18 horas la cola puede prolongarse más de cien metros, pero el acceso es muy rápido, al contrario que en las horas de pago, por la lentitud del paso por taquilla.

Cuadro de la familia real, colgado en el Palacio, de Antonio López

Para los amantes del lujo y de lo suntuario, el Palacio Real les resultará una gozada, con salones, cámaras, gabinetes, cuartos y capilla rebosantes de una apabullante decoración y todos ellos luciendo un selecto mobiliario. El Palacio Real se sigue usando para grandes fastos, días en los que se eliminan las visitas. En todo el interior del Palacio hay una absoluta prohibición de fotografías, e incluso una auténtica obsesión de los vigilantes por impedirlas.

Cuadro impresionista de Degás en el museo Thyssen

La pintura moderna y contemporánea, ausente en el Prado, tiene en Madrid sus santuarios en los museos Reina Sofía y Thyssen. Para acceder al primero de ellos hay que abonar 8 euros, aunque es gratis para los mayores de 65 años. Además, todos los visitantes pueden acceder sin ningún desembolso los lunes, miércoles y viernes de 19 a 21 horas y los domingos de 13,30 a 19 horas. En sus paredes cuelgan obras de grandes pintores contemporáneos entre los que se encuentran los españoles Miró, Dalí y Picasso. De todas las pinturas expuestas la estrella, sin duda, es el Guernica, la genial obra del artista malagueño, lo que se traduce en una casi permanente presencia masiva de público frente a la misma. Es la sala con mayor control de seguridad y en la que se prohíbe estrictamente las fotografías.

El museo Thyssen cuenta con destacadas obras contemporáneas

El trío de grandes museos de Madrid se completa con el Thyssen-Bornemisza, con obras que abarcan un amplio periodo de tiempo, pero especialmente las que arrancan con el impresionismo y llegan hasta la actualidad. No están las obras más significativas del impresionismo pero sí hay muestras prácticamente de todos sus más destacados representantes, al igual que de los pintores y tendencias más relevantes del siglo XX. El precio de la entrada es de 12 euros y la única opción para ahorrártelos es acudir los lunes de 12 a 16 horas. Esta es la razón de la necesidad de incluir un lunes en cualquier tour por Madrid para contemplar los tres grandes museos sin coste alguno. Eso sí, conviene no concentrar en un mismo día todas las visitas de museos y evitar sufrir un gran empacho, por muy amante que seas del arte. En el museo Thyssen hay numerosas obras desatacadas, pero entre las que más visitantes atrae se incluye una obra onírica de Dalí.

Esta obra honírica de Dalí es de las más populares del Thyssen

Pese a su capitalidad, Madrid no cuenta con una catedral de la relevancia de otras destacadas del territorio español, situación que se ha intentado paliar con la Almudena, concluida a finales del pasado siglo. No es la quinta maravilla, ni mucho menos, e incluso su imagen exterior es muy discutible, pero no está de más visitarla, a lo que ayuda su ubicación, junto al Palacio Real.

La catedral de la Almudena desde uno de sus laterales

Frente a la gratuidad de la entrada en las grandes catedrales francesas y en otros países, en las que sólo se paga por ascender a alguna torre o contemplar las joyas del tesoro, en España es obligado el pago en casi todos los lugares religiosos destacados, y la Almudena no es una excepción. Aunque en las grandes catedrales españolas los precios para verlas no son nada módicos, en este caso el coste es de sólo un euro, cantidad que te puedes ahorrar simplemente no depositándolo en la urna que hay a la entrada.

Interior de la catedral de la Almudena

De todos los interiores de las iglesias madrileñas el más destacado, a mi entender, es el de la basílica de San Francisco el Grande, en el que destaca su grandiosa cúpula, bellamente decorada. De momento aún no cobran por entrar, pero no conviene decirlo muy alto, por si acaso. Su exterior, por el contrario, es más bien discreto. A mi entender, el exterior más destacado de todas las iglesias madrileñas es el de los Jerónimos, oficialmente Iglesia de San Jerónimo el Real, a espaldas del Museo del Prado. En cambio, su interior es decepcionante.

La iglesia de los Jerónimos, detrás del Museo del Prado

El patrimonio religioso más destacado de Madrid se completa con los monasterios de las Reales Descalzas y la Encarnación, con un precio de seis euros por visita cada uno, aunque se pueden ver gratis los miércoles y jueves por la tarde. No son de visita imprescindible y sólo la recomendaría en las dos tardes de visita sin cargo.

Interior de la iglesia de San Francisco el Grande

En la amplia oferta de arquitectura civil madrileña, destacan, especialmente, la Plaza Mayor con su homogéneo conjunto edificatorio en el que destaca la antigua Casa de la Panadería y su decorada fachada, así como la cercana Plaza de la Villa, con sus inmuebles monumentales que incluyen el histórico Ayuntamiento.

La plaza de la Villa, entre las más destacadas de Madrid

Muy cerca de la plaza de España se encuentra el templo de Debod, situado en una atalaya desde la cual se contempla una bella panorámica del Palacio Real y de la Almudena. En cuanto al templo en sí, es muy recomendable para quienes no han podido visitar los grandes templos de Egipto, ya que se trata de una edificación original con destacados grabados en su interior.

El templo egipcio de Debod, cerca de la plaza de España

A lo largo del centro y alrededores hay destacados puntos turísticos. Así, entre las plazas no se pueden obviar las de Cibeles, Neptuno y el Sol; y entre las puertas, las de Toledo y especialmente la de Alcalá, que “ahí está, viendo pasar el tiempo”.

Ahí está, la Puerta de Alcalá

Por cierto que choca contemplar una gran pancarta colgada en el palacio de Correos, en la plaza de la Cibeles, con una bienvenida a los refugiados, especialmente porque en lo que va de año sólo 18 han sido acogidos por el Gobierno español, frente a los 16.000 a los que se comprometió.

Pancarta de bienvenida a los exiguos refugiados acogidos

De las zonas verdes, la más destacada, sin duda, es la del parque del Retiro, con su agradable estanque, ideal para un paseo en barca, su bello pabellón de cristal y el relevante palacio de Velázquez.

El estanque del Retiro, una visita obligada

Es imprescindible un paseo por las calles de Alcalá y Gran Vía, así como aconsejable un recorrido por los barrios de las Letras, Chueca y Lavapiés entre otros. No hay que olvidar los grandes “templos” de la política nacional, el Congreso y el Senado, aunque sólo se puedan contemplar desde fuera.

El Congreso, en la Carrera de San Jerónimo

Edificios destacados hay numerosos, especialmente en las calles Mayor, Alcalá y Gran Vía, entre ellos el de Telefónica o el Metrópolis, actualmente cubierto de lonas por estar siendo restaurado. De la etapa modernista, los ejemplos son escasos, por ello es muy aconsejable ver el que es la sede de la Sociedad General de Autores Españoles o la fachada del cine Doré.

El palacio modernista sede de la SGAE

Y en cuanto a obras contemporáneas, una de las más relevantes es la pasarela de Arganzuela, diseñada sobre el río Manzanares por el francés Perrault, que contrasta con los destacados y clásicos puentes de Segovia y Toledo.

La pasarela de Argenzuela sobre el río Manzanares

En el campo de los mercados, pese a su fama el de San Miguel, junto a la plaza Mayor, me parece una “turistada” con precios desorbitados, aunque se encuentre a rebosar muy a menudo. Menos tumultuario aunque igualmente caro es el de San Antón, en pleno barrio de Chueca y cuidadosamente restaurado, pero también dirigido al turismo.

Taberna típica cerca de la plaza de Santa Ana

Una visita que se considera obligada los domingos es la del famoso rastro madrileño, situado en la calle Ribera de Curtidores y entorno. La gran afluencia de público ha provocado tanto su masificación como su adulteración, hasta el punto de que casi el 90 por ciento se ha convertido en un mero mercadillo de ropa barata y cada vez son menos los vendedores de antigüedades y objetos de segunda mano.

Aglomeración de público en el rastro en un domingo lluvioso

Termino con las comidas. Madrid es una ciudad de contrastes, con buenos y malos restaurantes, por lo que recomiendo que aunque los precios sean tentadores, no entrar a ciegas en cualquier parte. Uno de los lugares más significados para el típico cocido es La Bola, que lo hacen bien, aunque a un precio desorbitado. No es de recibo pagar 21 euros por un plato de sopa de fideos y otro con garbanzos y carne con un poco de repollo. En cualquier caso, puedes encontrar menús entre 10 y 12 euros en restaurantes muy agradables y con platos caseros muy dignos.

La taberna de La Bola, especializada en cocido madrileño

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