Todos la incluyen entre las 10 ciudades coloniales más hermosas de América, con un espectacular centro histórico, uno de los más bellos y mejor conservados. Está repleta de vida y color, y fue declarada Patrimonio de la Humanidad. Es Cartagena de Indias, la joya colonial de la Corona.

Vendedoras de frutas en Cartagena de Indias

Septiembre de 2016. Llegó a la ciudad colombiana de Cartagena de Indias y nada más aterrizar y pasar el control de aduanas un policía me aborda para que le responda a unas preguntas. La primera, ¿Cuál es el motivo de mi visita? Le respondo que voy de turista y se lo refrendo mostrándole el pasaporte repleto de sellos y visados de todo el mundo. Al mismo tiempo un perro me olisquea el equipaje, sin detectar, obviamente, nada prohibido ni peligroso. No me sorprende este control e incluso me parece bien en un país como Colombia.

Cartagena está llena de vida y color

Como en todos los aeropuertos el cambio de moneda es malísimo por lo que lo mejor es hacerlo en la ciudad colonial, donde abundan las casas de cambio, aunque hay que preguntar antes, sobre todo si cambias muchos euros, ya que las oscilaciones son a veces grandes. Enseguida me percato de lo fácil que es ser millonario en Colombia: basta con cambiar 330 euros para que te den más de un millón de pesos colombianos, y es que por cada euro te entregan 3.200 pesos.

Casa colonial habilitada como restaurante

Me alojo en el “Centro Hotel”, un alojamiento ideal situado, como indica su nombre, en pleno centro de la ciudad colonial, junto a la catedral y al lado de la plaza de los Coches, el corazón de Cartagena. Es una casa colonial con un frondoso patio, amplias habitaciones y un precio asequible, muy recomendable.

La ciudad se puede recorrer día y noche en calesa

Dos son las cosas que primero notas en cuanto sales a pasear por el centro de Cartagena: la belleza y colorido de sus calles coloniales, y el calor húmedo, que te empapa de sudor con gran facilidad. Además, las temperaturas apenas oscilan a lo largo de todo el año, aunque los meses de diciembre y enero son los más cotizados porque es la temporada seca y el calor es menos agresivo.

Panorámica del centro de Cartagena y La torre del Reloj

Conecto el móvil en Cartagena y me llegan, como casi siempre que voy al extranjero, mensajes de Movistar indicando las tarifas de roaming, y promocionando un iphone. Ante mi perplejidad y asombro, cuando ya estoy de regreso en casa y me llega la factura de Movistar constato que ¡me cargan más de un euro por cada mensaje! Unos mensajes que me han enviado por su cuenta sin yo solicitarlos. He hecho la oportuna reclamación y estoy a la espera de una respuesta porque me resulta inconcebible que te envíen por su cuenta, y encima te cobren, los mensajes publicitarios. Una de las preciosas calles de la Cartagena colonial

Lo mejor en el centro colonial de Cartagena es caminar por sus calles y descubrir su hermosa arquitectura, salpicada del color, elegancia y encanto de las casas, palacios, templos y monumentos. Mientras la visito constato que no es extraño que esta ciudad se incluya, prácticamente por unanimidad, entre las diez ciudades coloniales más bellas de América en todas las guías turísticas.

Mi visita coincide con una procesión con banda de música

Si no se tiene demasiado tiempo, las visitas imprescindibles son las plazas de los Coches, la contigua de la Aduana y su monumento a Colón, y la de Santo Domingo con el convento del mismo nombre y la oronda escultura de Botero “La Gorda Gertrudis”. También la catedral, aunque en la actualidad se encuentra cerrada por obras, y la iglesia de San Pedro Claver, con una atractiva plaza repleta de esculturas de acero envejecido en las que el escultor colombiano Edgardo Cardona recuerda los oficios tradicionales cartageneros.

La Gorda Gertrudis, escultura de Botero

No te puedes ir de Cartagena sin probar el lote de frutas exóticas que venden las fruteras de la ciudad luciendo sus llamativos trajes tradicionales. Son todas ellas de ascendencia africana y se les llama "palanqueras" por proceder de San Basilio de Palenque, un reducto de población de origen africano no muy lejos de Cartagena. La foto de la vendedora va incluido en el precio del lote de frutas que venden, principalmente piña, papaya, plátanos y sandía.

Vendedora de frutas tropicales para turistas

La Torre del Reloj es el acceso más importante a la ciudad colonial y cuyos arcos conectan con la plaza de los Coches. Esta zona, considerada el centro neurálgico, está casi siempre atiborrada de vendedores de todo tipo de productos turísticos, frutas tropicales y puestos de comida rápida. También, cuando empieza a oscurecer el día y se enciende el alumbrado, menudean muchachas jóvenes con su llamativa y ajustada indumentaria tratando de atraer a los turistas.

La Torre del reloj al anochecer

Aunque en Colombia la delincuencia es muy alta y hay que guardar ciertas precauciones, en el centro de Cartagena no hay problemas de seguridad por la elevada presencia policial por todas partes, por lo que se puede pasear con toda tranquilidad. En los tres días que estuve pateándome toda la ciudad no presencié el más mínimo incidente al respecto.

Calle colonial y el campanario de la catedral

Fuera del centro colonial de Cartagena hay también algunos atractivos y visitas destacadas. Así, el barrio de Getsemaní, situado en las proximidades, también participa de este patrimonio cultural con bellas casas coloniales, especialmente la calle del Espíritu Santo.

El barrio de Getsemaní también tiene mucho encanto

Y un poco más alejado, pero de visita inexcusable, está el castillo de San Felipe de Barajas, una imponente fortaleza situada sobre un cerro a un par de kilómetros del centro. Fue declarado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad en 1984, al igual que el centro colonial, por estar considerado el sistema defensivo más completo de todos los que se construyeron durante la dominación española en Latinoamérica.

El castillo de San Felipe, una imponente fortaleza

¿Y de playas qué?, se preguntarán algunos. Pues yo, como la canción, digo que Cartagena, de playas, “na”, y me explico. La ciudad tiene una larga y amplia playa en la zona de Bocagrande, donde se concentran las nuevas edificaciones y los grandes hoteles. Pero se trata de una playa nada especial, con arenas grises, escaso arbolado y aguas casi siempre agitadas que para nada se asemejan a nuestra imagen de playa caribeña.

La zona moderna de Cartagena en Boca Grande

No obstante, es posible poder disfrutar de unas playas auténticamente caribeñas. Para ello hay que acercarse a la vecina isla de Tierrabomba, donde hay alguna playa que no está mal, o lo que es mucho mejor, desplazarse hasta el archipiélago del Rosario, un arrecife de coral surcado por una veintena de islas, la mayoría de ellas privadas y con playas realmente bellas. Se puede llegar hasta ellas en lancha, en apenas una hora, desde el puerto cercano a la Torre del Reloj, y pasar el día en una de sus encantadoras playas. La salida es entre las 9 y las 10 de la mañana y el regreso a las 4 de la tarde. El precio depende de la isla que se elija pero ronda entre los 30 y los 60 euros.

Vendedora ambulante en la playa de Boca Grande

Visito Cartagena en plena campaña del plebiscito sobre el acuerdo de paz entre el Gobierno y las FARC. Entro en el bello edificio de la Universidad y en el claustro hay un gigantesco cartel en el que se rubrica el decidido respaldo de los estudiantes al acuerdo. Hablo con varios estudiantes y me dicen que en toda Colombia la mayoría de universitarios están a favor del acuerdo con la guerrilla. Les digo que el plebiscito parece ganado por los partidarios del sí pero me advierten que no está muy claro “porque hay muchos partidarios del no y precisamente en las zonas más alejadas de las acciones de las FARC, y por tanto, con menos damnificados”. En cualquier caso, como casi todo el mundo, me sorprendió conocer días más tarde, ya en España, la victoria del no.

Casa colonial

Colombia es un país relativamente barato con alguna excepción y una de ellas es, precisamente Cartagena, la ciudad más cara del país como consecuencia de ser la más turística. Hoteles, restaurantes y servicios para turistas elevan sus precios para sacar el máximo rendimiento de los visitantes. Con los precios de Cartagena es imposible que pueda sobrevivir un colombiano ya que el salario mínimo apenas supera los 200 euros al mes.

Puesta de sol sobre Cartagena de Indias

TODAS LAS IMÁGENES DE MANUEL DOPAZO