Upyd no ha conseguido representación en el Congreso. Y ello a pesar de haber promovido causas importantísimas como el caso Bankia, las preferentes, el caso Pujol, las tarjetas black de Caja Madrid, etc. De hecho, tienen una pestaña en su web que las enumera (http://www.upyd.es/Acciones-judiciales-de-UPyD).

Y, sin embargo, los ciudadanos no les hemos agradecido en forma de votos esa implicación práctica (y no meramente dialéctica).

En la rueda de prensa de ayer, Andrés Herzog, líder de la formación magenta, anunciaba que retiraban todas las causas abiertas contra la corrupción, por no sentirse respaldados por los ciudadanos. Vamos a analizar cómo lo dice (a partir del min. 8’38):

Si os fijáis en el min. 8’49, Herzog baja la cabeza, como si fuera a leer algo, justo antes de decir que no cuenta con el respaldo de los españoles. Sin embargo, está respondiendo a una pregunta de un periodista, no hay nada que leer. Lo más probable es que esté bajando el mentón por una cuestión más bien emocional. Esta idea viene apoyada también por los dos parpadeos que le siguen.

El el min. 8’51, vemos un parpadeo emocional. Además de para hidratar los ojos, hay varios motivos por los cuales parpadeamos (para buscar información en nuestra memoria, para “pasar página”, en situaciones de seducción, etc.). En este caso, Herzog parpadea al sentir una emoción, que en este caso, podría ser de tristeza. El parpadeo emocional se distingue de todos los demás por su duración. Es más largo que los demás parpadeos.

El parpadeo emocional lo hace justamente cuando alarga la palabra “no”. “Creo básicamente que noooo”, y ahí parpadea. Le duele.

El siguiente parpadeo, un parpadeo neuromotor esta vez, viene dos segundos después (min. 8’53), justo cuando dice la palabra “españoles”. El parpadeo neuromotor un parpadeo rápido, y, como en este caso, es habitual que haya varios parpadeos muy rápidos seguidos, aunque podría ser también un solo parpadeo. El parpadeo neuromotor sirve a para “pasar página”. Estoy diciendo algo que no me gusta y querría no tener que estar diciéndolo.

Como véis, a pesar de su aparente carácter hermético, frío podríamos incluso decir, Andrés Herzog nos muestra su lado más sensible al no sentir que se haya valorado por parte de los votantes todo su esfuerzo en los tribunales.