Ya casi nos hemos acostumbrado a comer y cenar viendo en los telediarios los vídeos que difunde el ISIS para demostrar no sé muy bien el qué. Normalmente, son vídeos en los que hacen manifestaciones o declaraciones de guerra santa, o bien en los que matan sin piedad a algún rehén.

Pero hoy ha caído en mis manos esta especie de reportaje a una pareja del ISIS. Ella, británica conversa (captada diría yo). Y él guerrillero del Estado Islámico en Siria. Ella se pasa el vídeo justificando su vida, su decisión de dejar el Reino Unido para ir a Siria a luchar. Como no se le ve el rostro, es prácticamente imposible detectar ningún signo de emoción en ella.

Así que vamos a fijarnos en él. Mirad el vídeo desde el min. 1’40 hasta el min. 1’50.

Exactamente dice: ” Fue una gran victoria, gracias a Dios. Tuvimos muchos mártires pero fue una gran victoria, gracias a Dios”. En estos diez segundos podemos ver la incongruencia entre el discurso aprendido, que recita el terrorista y que seguramente le han repetido sus mentores hasta la saciedad, y su pensamiento verdadero. Y lo vemos en varios gestos que nos llevan a la misma conclusión.

En el min. 1’43 vemos un micropicor que va del tabique a la punta de nariz. Busca comprender. No entiende y está interesado en entender.

Al mismo tiempo, fijaos en que han aparecido unas arrugas horizontales en su frente, a la vez que se han levantado sus cejas. Fijaos en la diferencia entre la imagen de arriba, y otra tomada unos segundos antes:

Y esa expresión de tristeza unida al micropicor en la nariz viene justo cuando dice “tuvimos muchos mártires”. Es posible que esté recordando a algún compañero, amigo o familiar muerto “por la causa”.

De hecho, cuando acaba de hablar, lleva su mano desde la nariz a la barbilla (la barbilla puede implicar duda), y de ahí enseguida a la tapar la boca.

Nuestra mano tapa la boca cuando no queremos decir todo lo que sabemos o todo lo que pensamos. Este gesto coincide con un cuadrante ocular izquierdo abajo. Es decir, mira hacia la izquierda porque está recordando, seguramente, a algún mártir de los que acaba de hablar, y hacia abajo, porque es un recuerdo emocional. Fijaos que sigue la expresión de tristeza.

A partir de ahí, su labio inferior empuja al superior hacia arriba. Implica duda.

Fijaos cuántos gestos inconscientes podemos encontrar en diez segundos. Los gestos que hemos visto aparecen cuando hay una incongruencia, cuando no se dice todo lo que se piensa o cuando no se entiende algo.

Si alguien me pregunta mi opinión sobre lo que ha pasado en estos diez segundos, diría: este joven de veintipocos, reclutado por el ISIS, dice el discurso que le han metido en la cabeza, pero en realidad no entiende por qué hay que decir que es una gran victoria cuando han muerto tantos de los suyos. Y, además, le duele la muerte de alguno o algunos de esos “mártires”.