Ayer me preguntaba mi hija por San Valentín. Me decía ¿y los que no tenemos pareja, ¿qué hacemos?, ¿no lo celebramos? Lo primero, menos mal que no tiene pareja, porque tiene once años sólo. Y lo segundo, pues no pasa nada, le expliqué que el amor tiene muchas formas, y no tiene porqué celebrarse únicamente el amor romántico. De hecho, os lanzo un mensaje a quienes tenéis costumbre de preguntarle a los solteros que cuándo se van a echar novio o novia: el amor romántico no es imprescindible para tener una vida plena y feliz. Sí lo son las relaciones profundas, las relaciones con personas en las que podemos confiar plenamente, pero esas relaciones las podemos tener con familiares o con amigos. El amor romántico no es un ingrediente imprescindible para la felicidad duradera. Así que, si estás solo o sola y estás bien, si tú te sientes bien, pues perfecto. No sientas ninguna ansiedad por encontrar pareja, no es imprescindible.

Pero si te apetece buscar pareja, esporádica o estable, voy a darte los cinco indicadores científicos imprescindibles en una situación de seducción y que te ayudarán a descifrar cuándo una persona está atraída por ti. Obviamente, hay bastantes más indicadores, pero estos son los que sí o sí deben estar presentes en una persona seducida.

Moore demostró en 1997 que las personas que saben leer el lenguaje no verbal de los demás tienen más éxito en el terreno de la seducción. Esto es muy lógico, puesto que casi todo lo que tiene que ver con seducción se mueve a nivel no verbal. Así que cuanto más hábiles seamos decodificando lo no verbal, más probabilidades de éxito tendremos.

Veamos cómo se comporta una persona seducida, según la ciencia.

1- SINCRONIZACIÓN

Las personas seducidas sincronizan sus movimientos en una especie de baile no verbal. El zoólogo Ray Birdwhistell, unos de los primeros investigadores que se interesaron por el estudio del comportamiento no verbal, comparó en 1971 las conductas de los adolescentes americanos con las de los pavos salvajes y los pavos reales. Y acuñó la expresión de “danza del cortejo” (“courtship dance”). Las personas seducidas tenderán a imitar los movimientos de la persona deseada. Así que te doy un truco, llamado “el limpiaparabrisas”. En una situación amable, relajada, te sitúas enfrente de la persona en la que tienes interés e inclinas tu cabeza hacia un hombro. Poco a poco, de forma muy lenta y sutil, vas cambiando el lado de inclinación de tu cabeza hasta llegar al otro hombro. Si la otra persona te sigue con su cabeza haciendo de espejo de tu movimiento, esa persona está sincronizada contigo. Es una muy buena señal. Importante: no le digas nada del estilo “te voy a hacer el limpiaparabrisas” o algo así, que la espantas. Estas comprobaciones hay que hacerlas siempre con sutileza y discreción.

2- SONRISAS

Las personas seducidas sonríen más. Los han demostrado numerosas investigaciones a lo largo de los años. Cuando sonreímos, expresamos la emoción básica de la alegría, cuya función adaptativa es la afiliación, es decir, la unión. Así que cuando sonreímos no sólo le estamos diciendo a la otra persona que estamos alegres por estar con ella o por conocerla, sino que también le estamos comunicando nuestra voluntad de unión, nuestra accesibilidad. Resumiendo, le estamos dando información de disponibilidad. OJO: una simple sonrisa no debe llevarte a equivocación. Tiene que haber más indicadores. Una persona que simplemente te sonríe cuando pasas a su lado quizá sólo está siendo amable, no te confundas.

Como curiosidad, Eibl-Eibesfeldt estudiaron en 1971 a personas de culturas muy diversas y se dieron cuenta que una conducta muy habitual en las personas seducidas y presente en todas las culturas era una sonrisa unida elevaciones rápidas de las cejas.

3- CONTACTO VISUAL

El contacto visual es fundamental en todo tipo de relaciones. Pero es especialmente relevante en los contextos de seducción. Cuando alguien nos atrae, deseamos observar a esa persona, porque nos gusta, y también porque necesitamos analizar su reacción para comprobar nuestras posibilidades de éxito.

Givens definió en 1978 las cinco fases del cortejo. La primera es la atención. Se produce cuando nos fijamos en una persona que nos llama la atención. En esa fase, las miradas serán tímidas, fugaces. La segunda fase, la de reconocimiento, es aquella en la que la otra persona responde con señales de disponibilidad. En esa segunda fase, entre otras cosas, habrá numerosos cruces de miradas: nos estamos observando para analizar tanto el atractivo como las señales de receptividad de la otra persona. La tercera fase es la de interacción. Hay un contacto verbal (que suele ser iniciado por el hombre), y el contacto visual es uno de los elementos que deben estar presentes en esta fase para que podamos estar seguros de ir por buen camino. En las siguientes fases, la de excitación sexual y la resolución, el contacto visual cede el protagonismo al tacto como canal no verbal dominante.

4- ORIENTACIÓN DEL CUERPO Y POSTURA

Foto de la izquierda: el chico no muestra interés (está "abierto" a otras personas). Foto de la derecha: el chico está enfocado a la chica, reflejando su interés hacia ella.

La postura es muy importante en seducción. Las personas seducidas tienden a adoptar posturas de acercamiento, es decir, con el tronco inclinado o ligeramente inclinado hacia la persona que les interesa. Además, guardarán menos distancia, se aproximarán más. Pero hay algo muy importante y revelador a la hora de reconocer a una persona seducida: la orientación de su cuerpo. En un estudio llevado a cabo en discotecas, Perper demostró en 1985 que lo primero que orientamos cuando vemos a alguien que nos gusta es la cabeza, después el tronco y los hombros y por último orientamos el resto del cuerpo. Si le interesas, acabará orientando su cuerpo hacia ti.

En 2015, Vacharkullksemsuk demostró que las personas que adoptan posturas expansivas (ocupando más espacio) resultan más atractivas, en contraposición a las que adoptan posturas contraídas, tanto hombres como mujeres. Esto se debe a que las posturas expansivas no sólo transmiten dominancia (que a algunas personas les puede resultar poco atractivo), sino que también implican apertura; es decir, tendemos a sentirnos atraídos por personas que dan señales no verbales de disponibilidad, de accesibilidad. De hecho, Perper (el de la investigación en las discotecas), también concluyó que los hombres prefieren en primer lugar mujeres muy atractivas que lanzan muchas señales. Pero en segundo lugar, prefieren antes a una mujer menos atractiva que lance muchas señales a una mujer muy atractiva que lance pocas señales. Si tenemos en cuenta que las posturas expansivas son posturas “receptivas”, tiene su lógica.

5- EL TACTO

Si le gustas, pasará poco tiempo hasta que intente tocarte. Al principio, el tacto se limita a roces casuales, como “sin querer”, rápidos y espaciados en el tiempo. Esos contactos irán en aumento y serán cada vez más prolongados. Por supuesto, volviendo a las fases del cortejo que detallaba en el punto tres, el tacto es imprescindible en la cuarta y quinta fase (excitación sexual y resolución). Pero si observas que la otra persona te hace breves toques en la tercera fase, la de la interacción, es una muy buena señal.

El tacto es muy importante en estas situaciones de seducción. De hecho, hay un dicho francés que refleja hasta qué punto lo es: “la relación sexual es la armonía de dos almas y el contacto de dos epidermis”.

Por último, te dejo con un dato curioso, que te tiene que hacer replantearte los momentos que eliges para flirtear. El rostro de una persona es en lo primero en que nos fijamos y a partir de ahí, en 39 ms., evaluamos cómo de atractiva nos parece esa persona (recogido en una investigación de Bar de 2006). Pues bien, la simetría bilateral facial es uno de los factores determinantes para que consideremos atractiva o no a una persona (Thornhill y Gangestad, 1993). Es decir, cuanto más simétricos son los dos lados de la cara, más atractiva nos parecerá esa persona. Pues bien, resulta que, en 2010, Halsey demostró que al beber alcohol se pierde la noción de simetría facial. Y por eso, después de unas cervezas, todo el mundo nos parece más sexy. O sea, que bajamos el listón. Así que, si estás buscando pareja, ten en cuenta este dato, y mejor búscala con la mente despejada.

Bibliografía:

Bar, M., Neta, M., & Linz, H. (2006). Very first impressions. Emotion, 6(2), 269.

Birdwhistell, R. L. (2010). Kinesics and context: Essays on body motion communication. University of Pennsylvania press.

Eibl-Eibesfeldt, I. (1971). Love and Hate: On the Natural History of Basic Behaviour Patterns. Transl. from the German by Geoffrey Strachan. Methuen.

Givens, D. B. (1978). The nonverbal basis of attraction: Flirtation, courtship, and seduction. Psychiatry, 41(4), 346-359.

Halsey, L. G., Huber, J. W., Bufton, R. D. J., & Little, A. C. (2010). An explanation for enhanced perceptions of attractiveness after alcohol consumption. Alcohol, 44(4), 307-313.

Moore, M. (1997). Nonverbal courtship signaling: Flunking flirting 101. In joint annual meeting of the Society for the Scientific Study of Sexuality and the American Association of Sex Educators, Counselors, and Therapists, Arlington, VA.

Perper, T. (1985). Sex signals: The biology of love. Isi Press.

Thornhill, R., & Gangestad, S. W. (1993). Human facial beauty. Human nature, 4(3), 237-269.

Vacharkulksemsuk, T., Reit, E., Khambatta, P., Eastwick, P. W., Finkel, E. J., & Carney, D. R. (2016). Dominant, open nonverbal displays are attractive at zero-acquaintance. Proceedings of the National Academy of Sciences, 201508932.