Raúl Castro, Barack Obama, Cuba, encuentro histórico, rueda de prensa conjunta, y una pregunta incómoda para Castro: qué van a hacer con los presos políticos.

Primero vemos la cara de sorpresa del periodista que está al lado del que acaba de formular la pregunta (min. 0'18).

Podemos apreciar cómo levanta las cejas y los párpados superiores. Le ha sorprendido la pregunta del compañero.

Pero lo interesante viene ahora, en la reacción de Raúl Castro. A la molestia en forma de arrogancia verbal que podemos apreciar de forma más que evidente (le dice "dame la lista de los presos políticos para soltarlos"), viene a añadirse una microexpresión facial que no tiene desperdicio (min. 0'40).

Podemos ver cómo sus párpados inferiores se levantan y se tensan. Este movimiento es característico de la ira. De esta forma, nuestros antepasados más primitivos podían enfocar mejor a su presa. Hoy en día, aunque no hay presas que enfocar, este movimiento ha quedado como parte de la expresión facial de ira. He hablado de microexpresión, lo que se refiere a una expresión facial que hacemos de forma inconsciente y que dura muy poco, menos de un segundo; normalmente un cuarto o un quinto de segundo. La hacemos sin darnos cuenta, cuando no decimos lo que pensamos o no lo decimos con la intensidad con que lo sentimos. Si Raúl Castro no expresa abiertamente la ira que siente al oir esa pregunta o no la expresa con la intensidad con que la siente, aparece la microexpresión de ira, que delata su verdadera emoción.

Digo verdadera, porque, acto seguido (min. 0'42), mientras dice "menciónala ahora", hace lo que pretende ser una sonrisa.

En efecto, sin nos fijamos en la parte inferior de su cara, en su boca, podemos ver lo que todos reconocemos como una sonrisa.

Pero sus ojos no sonríen.

Se trata de una sonrisa falsa; es decir, una sonrisa forzada de forma voluntaria, en la que sólo se mueve un músculo, el cigomático mayor, que es el que levanta las comisuras de la boca. Pero el músculo que mueve los ojos en la sonrisa verdadera, el orbicular, no se mueve. No se trata de una expresión sincera de alegría, sino de una "máscara" que oculta su verdadera emoción, la ira.

Un sagital superior (mentón levantado) viene a corroborar esa emoción de ira (min. 0'43). Levantamos el mentón en situaciones de ira, de agresividad o de prepotencia.

Así que, por mucho que sonría Raúl Castro, podemos estar seguros de que la pregunta le molestó bastante.