Ya lo dijo Darwin en 1872: la expresión de las emociones es universal en cada especie animal. Después, lo han corroborado otros investigadores, con el catedrático de psicología de la Universidad de California, Paul Ekman como referente mundial. Esta afirmación, que puede parecer poco trascendente, a los que nos dedicamos a la comunicación no verbal nos vuelve locos, por todo lo que implica. Quiere decir que cuando yo siento alegría o tristeza, por ejemplo, las expreso facialmente igual que un caníbal de la tribu de los Fore en Papúa Nueva Guinea (primer grupo étnico que estudió Paul Ekman en los años 60) o un campesino de Guangzhou, o un estudiante de Oslo. Aunque podemos registrar numerosas emociones, y dentro de cada una de ellas, diversos niveles de intensidad, hay siete expresiones faciales básicas universales: la ira, el asco, el desprecio, el miedo, la tristeza, la sorpresa y la alegría. Como véis, hay cinco negativas, una neutra (la sorpresa) y sólo una positiva. Así es la vida… De hecho, en Comunicación No Verbal Científica, sostemos que no sólo las expresiones faciales son universales, sino también muchos de los gestos que hacemos inconscientemente, y en cada artículo os voy dando pruebas de ello.

Bien, pues os quiero mostrar unas microexpresiones (expresiones faciales inconscientes que hacemos sin darnos cuenta y que duran muy poquito, normalmente un cuarto de segundo) de tristeza en la cara de una modelo china. Se trata en concreto de la modelo Heidi Yeh. Esta modelo protagonizó una foto publicitaria que se convirtió en un memé viral. En una entrevista el sábado en la BBC explicaba lo que había pasado con la foto, y cómo le había arruinado la vida. Intenta mantener la compostura durante la entrevista, hasta que empieza a explicar todo el daño que le ha hecho la foto. Fijaos en el min. 1’19 al 1’29.

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Podéis ver que en esos 10 segundos las cejas se mueven mucho. Si os fijáis, veréis que la parte interna de las cejas se levantan. Ese es un movimiento típico y único que caracteriza la tristeza. Muchas veces, en las microexpresiones, no se ve la expresión facial completa. En este caso, faltaría el movimiento de boca (comisuras hacia abajo). Eso es por la duración y porque lo que se intenta es reprimir la expresión. La microexpresión suele aparecer cuando intentamos ocultar una emoción. En este caso, supongo que la joven no quiere llorar, pero está contando un hecho muy doloroso en su vida, que le ha supuesto muchos problemas de todo tipo. Su cuerpo lucha por sacar la emoción fuera, y su consciente lo reprime. Por eso, aparecen las microexpresiones. De hecho, a partir del min. 1’30 comienza a llorar. Ya no reprime la emoción. Y las microexpresiones desaparecen.

Todos hacemos microexpresiones, es inevitable; pero, si sabemos leerlas en los demás, podremos saber en qué estado de ánimo real se encuentran. En este caso era bastante evidente, porque se trataba de reprimir una emoción pero sin intentar taparla con otra. Sin embargo, en muchas ocasiones, lo que hacemos es tapar una emoción poniendo otra encima (por ejemplo, intentamos aparentar alegría cuando en realidad sentimos ira). Y ahí es cuando el trabajo del analista se hace tan difícil como apasionante.