Misma cadena de TV. Mismo escenario. Misma periodista. Mismos colores en la decoración. Mismos trajes de los candidatos. Misma distancia y altura en las sillas. Pero qué diferencia en la percepción no verbal que nos transmiten uno y otro. En menos de una semana, hemos asistido a la entrevista que Ana Blanco hizo a Mariano Rajoy el pasado jueves 26 de octubre y posteriormente a la que le ha hecho a Pedro Sánchez ayer mismo.

Esto tiene que ver en gran parte con el sagital (mentón hacia arriba o hacia abajo), y con el tiempo que cada uno dedica a mirar a su interlocutora.

Mira el primer par de minutos de cada entrevista, por ejemplo.

http://www.rtve.es/alacarta/videos/especiales-informativos/especial-informativo-entrevista-pedro-sanchez-tve/3344751/

http://www.rtve.es/alacarta/videos/especiales-informativos/especial-informativo-entrevista-mariano-rajoy-tve/3335581/

Desde el saludo inicial, el “buenas noches”, ya se aprecia la diferencia en cuanto al tiempo que dedica cada uno a mirar fijamente a su interlocutora. Lo normal es mirar aproximadamente un 60% del tiempo directamente a nuestro interlocutor cuando hablamos y un 80% cuando escuchamos, y el resto del tiempo mirar a otro lado. Si mirásemos fijamente sin apartar la vista a nuestro interlocutor, lo incomodaríamos. Pero Rajoy está muy por debajo de Sánchez en cuanto al tiempo que mira fijamente a la periodista, tanto cuando habla como cuando escucha.

Esto puede deberse a un carácter más retraído o a una necesidad de apartar la mirada para poder pensar la respuesta. Pero lo cierto es que, en general, cuando una persona no nos mira lo suficiente a los ojos, pierde capacidad de transmitir confianza.

Por otro lado, tenemos el sagital. Si te fijas en el mentón de uno y otro, verás la diferencia. Pedro Sánchez suele tener el mentón en una posición neutra; es decir, ni hacia arriba ni hacia abajo. Sin embargo, Rajoy lo baja por completo con mucha frecuencia (min. 0’44, 1’20, , produciéndose un sagital inferior. Un sagital inferior nos puede transmitir vergüenza, falta de confianza en sí mismo, sumisión, timidez… En cualquier caso, no es un gesto positivo, y debería quizás trabajar para corregirlo.

Por cierto, momento precioso cuando Ana Blanco le pregunta si no han hablado dentro de su partido de con quién prefieren pactar (min. 1’35). Mientras dice “no” con bastante rodundidad, se inclina un poco hacia atrás y acto seguido mueve el pie izquierdo. ¿Seguro que no lo han hablado aún? ¡Feliz martes!