Este lunes, Albert Rivera anunciaba en Catalunya Radio su preferencia por Pablo Casado respecto a Mariano Rajoy para liderar la candidatura del Partido Popular en las próximas elecciones generales. De cómo gestionaría uno u otro, no puedo hablar, o de si uno es mejor o peor profesional de la política. Para eso están los analistas políticos. Pero sí puedo dar algunas claves para comparar a estos dos políticos, muy diferentes entre ellos, en cuanto a su comunicación no verbal.

1- Expresión de la emoción

Si bien Rajoy nos deja grandes momentos por sus lapsus linguae o sus gestos de nerviosismo, lo cierto es que cuesta mucho verle expresar emociones reales. A las pruebas me remito. Ha publicado hace unos días un vídeo pre-electoral que poco dice de su emoción. Es un vídeo sin pasión, sin fuerza emocional de ningún tipo.

Pablo Casado, sin embargo, da rienda suelta a la expresión de sus emociones, tanto positivas como negativas. Basta con ver este vídeo de unos segundos para comprobar que su expresión facial cambia contínuamente, acorde a las palabras que está pronunciando en cada momento.

Y ¿qué implica eso? Cuando alguien expresa fluidamente sus emociones, las personas que lo ven lo perciben más sincero. Y ésta es una cualidad que supuestamente deberían tener todos los líderes políticos.

2- Gestualidad

La gestualidad, y más concretamente, los movimientos de manos, ayudan tanto a la persona que está hablando para articular mejor sus ideas, como a las personas que la ven a entender bien su discurso. Ya he comentado en numerosos artículos de este blog la gestualidad de Mariano Rajoy. El último, hace unos días (puedes leerlo pinchando aquí). Sus movimientos de manos, revelan nerviosismo y la artificialidad de los movimientos de manos que exhibe en ocasiones poco ayuda a transmitir su mensaje. Por cierto, si en el vídeo de la precampaña han sacado del plano las manos adrede, tampoco es la mejor estrategia para corregir ese problema. Más bien, se corregiría cambiando el motivo de porqué realiza esos movimientos de nerviosismo. Cortar las manos y que no salgan no es la solución.

Pablo Casado, sin embargo, realiza movimientos contínuos de manos, que le ayudan a reforzar su mensaje, a darle contundencia o a ilustrar aquello que está diciendo para que se entienda mejor. Es una gestualidad expansiva, los movimientos son abiertos y redondos, en oposición a los de Mariano Rajoy, que suelen ser cortos y rectilíneos.

Podéis verlo perfectamente en este vídeo:

La gestualidad coherente con el discurso y expansiva es fundamental para los políticos, ya que les ayuda a mantener el interés del espectador y a que éste comprenda perfectamente el mensaje que le están transmitiendo.

3- La voz

La paralingüistica se refiere a todo lo relativo a la voz, excepto las propias palabras. Si os fijáis en los vídeos de uno y otro, los cambios de volumen, tono y la velocidad no tienen nada que ver en uno y otro. Mientras Rajoy suele tener un discurso plano, sin variaciones, Pablo Casado utiliza la paralingüística a su favor, haciendo variaciones en su voz para ayudar a transmitir su mensaje. Como véis, el dominio de la paralingüística es fundamental para personas que se dedican a hablar en público.

4- El contacto visual

La oculésica se refiere a la dirección de la mirada. Fijaos en este vídeo (con los primeros 30 segundos es suficiente):

En este vídeo, podemos ver cómo desvía contínuamente la mirada de su interlocutora, mucho más de lo normal. Esto podría deberse a un carácter reservado o tímido o bien a que necesita más tiempo del habitual para estructurar el mensaje en su cabeza.

Sin embargo, si nos fijamos en el vídeo de Pablo Casado debatiendo con Carolina Bescansa, podemos apreciar que el contacto visual con su interlocutora es mucho mayor.

Un contacto visual insuficiente se puede percibir como una falta de autoridad o de dominio. Por eso, es muy importante este aspecto para un político de primer nivel.

5- La apariencia

Me dejo lo más obvio para el final. Con una forma de vestir similar, ambos dirigentes políticos tienen una apariencia muy diferente, que viene marcada por el físico. Si bien, Rajoy es más alto que Pablo Casado (estas cosas cuentan en la percepción de la dominancia de un político), hay un detalle importantísimo que marca la diferencia entre uno y otro: la mirada viva y la belleza física de Pablo Casado respecto al aspecto más cansado y mirada sin brillo de Rajoy, sitúan a éste último en clara desventaja. Ojo, sólo con esta característica, la belleza y el buen aspecto de una persona, no se ganan elecciones. Si no, tendríamos modelos como representantes institucionales. Evidentemente, tiene que haber mucho más. Pero, en igualdad de condiciones, un físico agradable y sobre todo enérgico, ayudan mucho.

Éstas son las cinco claves por las que (ojo, estrictamente desde un punto de vista no verbal) Albert Rivera tenía razón en su preferencia por Pablo Casado frente a Mariano Rajoy como candidato a la Presidencia por el Partido Popular.