Alberto Garzón, candidato a la presidencia del gobierno por Izquierda Unida – Unidad Popular, es uno de los desaventajados de las encuestas. Esa desventaja, junto a la de UPYD, le pasa factura en forma de horas de televisión. No le invitan a los debates, le hacen menos entrevistas, etc. Pero desde este blog, le damos la importancia que merece un candidato a la presidencia del gobierno. Así que he analizado su primer mítin de campaña.

Lo primero que me llama la atención de este mítin es la voz de Garzón. Os voy a pedir que pongáis el vídeo pero cerréis los ojos.

Está leyendo. Y está actuando. Echo de menos frescura en la voz, no es espontánea. Pero lo más interesante del corte de vídeo viene en el minuto 1’37. Garzón acaba de decir “un proyecto político que merece la pena para transformar nuestra sociedad”. Y su lengua sale por la izquierda y se desplaza hasta el centro.

En Comunicación No Verbal Científica, este movimiento (ojo, tenemos catalogados 10 movimientos diferentes de lengua), está unido al deseo. Muy congruente: Alberto Garzón desearía que la sociedad se transformara a través de su proyecto, y se deleita en ello.

Pero luego viene un micropicor en la nariz que se rasca desplazando el dedo de un lado a otro (min. 1’39).

Según Philippe Turchet, fundador del Instituto Europeo de Sinergología, éste es un micropicor de duda o de mentira. Según Turchet, “los micropicores de la base de la nariz son las señales que expresan con mayor agudeza el desplazamiento entre nuestros deseos y su expresión”. No estoy seguro o convencido de lo que digo y me pica la nariz.

Quizás, a pesar de que lo desea, Alberto Garzón no tiene claro que el cambio en España vaya a venir desde Izquierda Unida. Aún así, todas las opciones políticas son necesarias, porque todas cumplen la función básica en democracia de representar las distintas sensibilidades de los ciudadanos.