Ya que este año tampoco voy a poder estar en estas fiestas que me encantan y me emocionan, sirva este artículo para homenajear, desde mis humildes posibilidades, a las Fallas, que este año estrenan su pertenencia al Patrimonio de la Humanidad. Y para empezar, os pongo estas dos fotos. Una es del acto de comienzo de las Fallas, la Crida del día 26 de febrero y la otra es del momento en que Emma Stone ganó el Oscar a la mejor actriz. ¿Qué tienen en común la Fallera Mayor, Raquel Alario, y la actriz Emma Stone?

Como véis, en un momento de extrema felicidad, las dos se ponen a llorar. ¿Nunca os habéis preguntado por qué las personas que están en un momento extremadamente feliz se ponen a llorar? Supuestamente, tendríamos que llorar cuando nos sentimos mal, no cuando nos sentimos muy felices.

La ciencia tiene su explicación para este fenómeno, aparentemente contradictorio. Cuando algo me hace muy muy feliz, mis sistemas psicológicos se "desequilibran". Para que el cuerpo vuelva a ese equilibrio, la homeostasis, necesitamos poner en marcha un mecanismo de autorregulación, que lo que hace es exteriorizar la emoción supuestamente contraria. Estoy muy muy feliz, y me pongo a llorar. O bien, por ejemplo, tengo mucho miedo o mucha tristeza y me pongo a reir compulsivamente.

Se trata por tanto de un mecanismo de autorregulación que permite recuperar el equilibrio cuanto antes. De hecho, las personas que no inhiben esa exteriorización del sentimiento contrario (por ejemplo, se ponen a llorar cuando están muy felices), son capaces de recuperar mucho antes el control de la situación, ya que vuelven antes a su estado de equilibrio. Moraleja: si estáis muy felices y os entran ganas de llorar, haced como la Fallera Mayor de Valencia: llorad a gusto. Otra cosa será que estéis en una situación de duelo, por ejemplo, un funeral, y la inmensa tristeza os produzca un ataque de risa nerviosa. Ahí está más complicado que podáis exteriorizar abiertamente. Para eso, la ciencia aún no tiene el remedio...

¡FELICES FALLAS A TODOS LOS VALENCIANOS Y VALENCIANAS!