Cada vez estoy más convencida de los efectos perversos del mal uso que hacemos del whatsapp. No es que la herramienta en sí sea mala, ni mucho menos. Pero la tendencia que estamos siguiendo de sustituir una conversación en persona o telefónica por la conversación escrita puede generar (y genera) muchos malentendidos. Y esto tiene que ver con los canales de transmisión de la emoción.

¿Cómo expresamos las emociones? Lo hacemos a través de la expresión facial (las caras que ponemos), los gestos y las posturas, y la prosodia emocional (elementos en el habla como la entonación, el ritmo, la velocidad,... que le dan un contenido emocional al mensaje), y también a través del propio lenguaje verbal.

Pues bien, en una conversación cara a cara, disponemos de todos esos canales de comunicación para ir valorando cómo está nuestro interlocutor. Además del contenido verbal del mensaje, podemos ir viendo qué cara nos pone, qué gestos hace, qué postura adopta, y con qué voz nos los dice.

En una conversación telefónica, se pierden los canales visuales y nos quedamos sólo con el contenido verbal y con la prosodia emocional.

Pero fijaos que en una conversación escrita, el único canal que nos queda es el verbal.

Esto que os acabo de explicar más o menos todos lo podemos tener claro. Pero, ¿y si os digo que cuando estamos hablando con alguien, lo primero que procesa nuestro cerebro es la prosodia emocional, antes que el significado de las palabras? Primero, entendemos la emoción y después entendemos el significado. Por cierto, está demostrado científicamente que las mujeres procesamos e interpretamos el significado emocional de la voz un poco mejor que los hombres ("Prosodia emocional", Dr. Rafael López Pérez).

Esto podría tener como consecuencia el que, cuando leemos algo escrito, en nuestra cabeza se procesa la prosodia emocional del mensaje. Con la particularidad de que esa prosodia emocional se la estamos poniendo nosotros al mensaje que estamos leyendo, no la persona que lo ha escrito. Y, en numerosas ocasiones, el mismo mensaje verbal, dicho con diferente prosodia emocional, cambia totalmente el significado. Probad a deciros en vuestra cabeza "qué tonto eres" riendoos y luego con voz de enfado, y veréis cómo el tono con que lo decís cambia totalmente el significado.

Moraleja: el whatsapp está muy bien para cuestiones logísticas como quedar con alguien o acordar algo concreto. Pero cuando en la conversación se están tocando temas más profundos y sobre todo que implican emoción, lo mejor es el cara a cara o, como mínimo el teléfono.