Esta semana, se han producido los primeros encuentros después de elecciones de Pedro Sánchez con Pablo Casado, Albert Rivera y Pablo Iglesias. No hay nada especialmente relevante que comentar a nivel no verbal. Yo creo que he analizado tantas veces a los cuatro que ya queda poco por decir de ellos. Por supuesto, estoy hablando de su comunicación no verbal.

Pero hay un pequeño detalle que he observado en Pablo Iglesias durante el saludo a Pedro Sánchez al llegar a la Moncloa, que nos puede ayudar a aprender un poquito más de comunicación no verbal.

Muchos lectores ya sabrán que, en política, el lado en el que cada uno se pone en la foto para dar la mano al interlocutor es importante. Los políticos suelen preferir ponerse a la izquierda, según se mira la foto, para que su mano, al dársela al interlocutor, sea la que quede en primer plano. Es un detalle aparentemente poco importante. Sin embargo, queda grabado en nuestra retina, de forma inconsciente, y asignamos más dominancia, mayor liderazgo a la persona a la que se le ve la parte externa de la mano al saludar. O sea, en la foto, al que se pone en la izquierda.

En el caso que comento, el del saludo de Pedro Sánchez en las reuniones que ha mantenido estos días con los líderes del PP, Ciudadanos y Unidas Podemos, era el dirigente socialista el que en todos los casos se ubicaba a la izquierda de la foto. Es decir, el lado dominante. No es el único. Rajoy, Zapatero y Aznar también lo hacían y supongo que son los propios asesores de protocolo los que colocan a cada uno donde le toca.

Pero lo interesante de todo esto es el pequeño truco que ha utilizado Pablo Iglesias para contrarrestar en cierto modo esa dominancia o sumisión que marca el lado en el que se coloca cada uno.

El pulgar derecho de Pablo Iglesias sobresale nítidamente sobre la mano de Pedro Sánchez. Cosa que no ocurre con los otros dos líderes de Ciudadanos y PP, cuyas manos derechas quedan ocultan dentro de la de Sánchez. El efecto que se produce es que parece que la mano de Iglesias es la que domina a la de Sánchez (parece como si la estuviera sosteniendo) y no al revés. Para hacerlo, Iglesias simplemente ha retirado un poco su mano de la presa que le hacía Sánchez.

Saludo entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias

Saludo entre Pedro Sánchez y Pablo Casado

Saludo entre Pedro Sánchez y Albert Rivera

Ésta es una forma sutil de contrarrestar en cierto modo la dominancia que marca Pedro Sánchez al situarse a la izquierda de la foto.

Algún lector puede pensar que me voy fijando en detalles demasiado leves, poco apreciables. Pero lo cierto es que la comunicación no verbal es eso: son pequeños detalles sutiles que van marcando pequeñas diferencias. De hecho, cuanto más sutiles, mejor ejecutados están. Pensemos en Donald Trump y lo burdo de su comunicación no verbal. Nos resulta hasta cómica de tan evidente que es, ¿no? Pues lo ideal es que estos detalles no verbales sean apenas perceptibles, porque entonces cumplen su función de influirnos de forma inconsciente. A no ser que nos detengamos a analizarlos y, de esta forma, seamos menos influenciables.

Como dijo el fotógrafo Robert Frank, “lo importante es ver aquello que resulta invisible para los demás.”