Antes de empezar este artículo aviso: no tengo ni idea de fútbol, no me gusta ni soy de ningún equipo. Aunque lo cierto es que si tuviera que ser de alguno, sería del Valencia, que para eso mi marido es ché y yo soy valenciana. De hecho, sólo he ido una vez en mi vida a ver un partido de fútbol, hace unos diez años, del Valencia contra el Deportivo. En la primera mitad alguien le tiró una moneda al árbitro, y todos para casa. Esa es mi experiencia con el fútbol. Pero como la comunicación no verbal no distingue entre entrenadores de fútbol o políticos de todos los colores, y como además mi marido, el ché, lleva todo el día insistiéndome para que vea la rueda de prensa, pues aquí va el análisis de Neville.

El primer gesto que nos pone sobre la pista del estado de ánimo en el que se encuentra este entrenador que ha visto al equipo que dirige perder por 7-0 nada menos es un parpadeo neuromotor (min. 0'37). Hay varios tipos de parpadeos, y éste en concreto sirve para esconderse por un momento de la situación. No me gusta lo que veo u oigo y cierro los ojos, para poder salir un momento de allí. Esto sucede justo después de que le pregunten si no cree que el Valencia le viene grande.

Ese mismo tipo de parpadeo se repite a las preguntas incisivas y quizás hirientes que le hace otro periodista (min. 1'58 y 2'02). En ese mismo momento se une un balance del cuerpo, gesto de incomodidad (min. 2'08) y por último un micropicor en la ceja derecha mientras tiene otro parpadeo neuromotor (min. 2'11). El micropicor en la ceja refleja la necesidad de una búsqueda de información.

Después vienen preguntas algo más técnicas, que le permiten rebajar la intensidad de la emoción, y por eso, los gestos de incomodidad se atenúan. Hasta que un periodista le pregunta por el supuesto ridículo que hizo uno de sus jugadores (min. 5'22). El entrenador contesta al periodista con bastante moderación, pero, al final de su explicación, vemos cómo se rasca la nariz hacia fuera (min. 6'24). Es un micropicor de desprecio.

Y un momento muy interesante viene instantes después, cuando, por segunda vez consecutiva, un periodista le pregunta si entendería que le destituyeran, vistos los resultados (min. 6'55). La primera que se lo han preguntado no ha querido responder. Y en esta segunda ocasión, aparece un micropicor en la zona del bigote (min. 7'16).

Nos pica esa zona de la cara cuando sentimos que nuestra autoridad está siendo cuestionada. Y, por segunda vez, se niega a contestar. Aparecen entonces los labios en ostra (min. 7'33), es decir, los labios se meten hacia dentro.

Es habitual que aparezcan los labios en ostra cuando nos guardamos información, cuando reprimimos lo que querríamos decir o lo que sabemos.

Después de algunas preguntas un poco más neutras, que dan algo de tregua a su emoción, le piden que diga qué hubiera hecho si él hubiera sido el comentarista de ese partido. Y ahí hace un gesto que no os comentado nunca. Hace un microdesplazamiento a la derecha. Es decir, coge un objeto de la mesa y lo desplaza hacia la derecha (min. min. 9'54). Es la forma que tiene su subconsciente de decir "no me gusta, y por eso lo voy a poner a mi derecha".

Aunque hay más gestos, no puedo valorarlos, porque no sé exactamente qué está diciendo Neville en el momento en que los hace. Las palabras nos sirven en comunicación no verbal para contextualizar el gesto y entender por qué se ha producido. Aún así, como véis, Neville estaba seguramente dolido por este fracaso profesional, y, por supuesto, incómodo ante las preguntas incisivas de los periodistas. Esperemos que el Valencia remonte. ¡Amunt València!