Donald Trump vuelve a hacer de las suyas. En visita de estado al Reino Unido, ha vuelto a meter la pata, como ya nos tiene acostumbrados. Los británicos organizaron una cena de gala en honor del Presidente estadounidense y su familia (que, por cierto, se llevó a media familia). Y muchos medios de comunicación han comentado cómo se saltó el protocolo al tocar a la Reina Isabel II en la espalda tras el brindis que hicieron ambos durante esta cena.

Efectivamente, el protocolo británico es muy rígido en este sentido, y está prohibido hacer ese gesto de tocar a la Reina de Inglaterra en la espalda. Pero la cosa es que en su día Michelle Obama también hizo el mismo gesto... Pero no. No fue igual. Y esta diferencia me va a permitir explicar hoy una regla dentro del análisis de comportamiento no verbal que se salta casi todo el mundo, analistas de conducta incluidos. Y es la regla del conjunto.

Michelle se inclina hacia la reina, hace contacto visual con ella y le sonríe cálidamente, como cualquier persona amable haría con una anciana, si esa anciana no fuera la reina de Inglaterra. Por cierto, que la reina, le devolvió el gesto, y se fueron las dos caminando abrazadas por la espalda.

Donald, sin embargo, que se encuentra al lado de la reina, le toca la espalda sin mirarla, sin girar su cuerpo hacia ella y con cara de pocos amigos.

Y esto explica que, siendo que ambos gestos son parecidos, siendo que los dos se saltan las estrictas normas de protocolo inglesas y siendo incluso que Trump es presidente de los Estados Unidos y Michelle Obama era sólo la consorte del presidente, estos gestos no tienen nada que ver.

Uno de ellos está marcando la calidez, algo que caracteriza al matrimonio Obama y hace que sean tan apreciados. Y el otro está marcando torpemente, como siempre, la dominancia a la que nos tiene acostumbrados Donald Trump.

Pues bien, la regla del conjunto consiste en ser conscientes de que no podemos sacar conclusiones por un solo gesto. Debemos analizar el conjunto de la persona y de la escena para poder ser precisos en el análisis. Si miramos de forma aislada el gesto, diríamos que es lo mismo. Pero debemos fijarnos en otros canales expresivos como, en este caso, la oculésica (hacia donde miran), la expresión facial (si sonríen o tienen cara de que les deben dinero) o la postura y la orientación del cuerpo (si hay o no una inclinación hacia la otra persona o si el cuerpo está o no orientado hacia la otra persona).

Esta regla nos permite concluir que, si bien ambos se han saltado el protocolo, una lo hizo por calidez y el otro porque le gusta estar por encima de los demás.