Con la voz y la cabeza bajas. Así se ha presentado Dña. Cristina de Borbón al duro trago de tener que sentarse en el banquillo de los acusados.

Hemos podido vivir algún que otro momento no verbal interesante, a pesar de que sólo ha contestado a las preguntas de su abogado, y por tanto se trataba de respuestas preparadas. De hecho, si nos atenemos a sus cuadrantes oculares, sólo se dedicaba a recordar: a recordar seguramente el discurso que tenía preparado, incluso en momentos en los que, en el caso de una declaración que no hubiera sido preparada, los cuadrantes oculares hubieran sido diferentes. Pero es muy normal que se prepare las respuestas a las preguntas de su abogado. Otra cosa es que sólo le conteste a él. Pero ése es otro tema.

A lo que vamos: ¿por qué he puesto este título al artículo? Porque, si os fijáis en el momento en que lo dice (min. 0'05), hace un movimiento vertical de hombros (justo cuando dice la palabra "inocencia"). Este gesto no implica mentira sino duda. Además, el gesto viene reforzado por la posición sentada de la Infanta: tronco hacia delante con el hombro izquierdo adelantado. Esta posición, en comunicación no verbal científica, está catalogada como posición de duda o argumento débil. Debo aclarar que cada uno de los gestos con los que trabajamos en comunicación no verbal científica tiene al menos un 85% de fiabilidad. Puedes ver el vídeo pinchando sobre esta foto:

En otras ocasiones hemos podido ver cómo metía los labios hacia dentro, que denominamos "labios en ostra" (por ejemplo, min. 1'14 de este segundo vídeo (pincha sobre la foto para verlo).

Este gesto implica que se retiene la información, que no se dice todo lo que se sabe o lo que se querría decir; la información se guarda. Además, podemos ver cómo deja las manos ocultas bajo la mesa, lo que también puede ser una señal de no querer decir todo lo que se sabe, de retener información.

Y lo que muchas personas puede que se pregunten: ¿estaba mintiendo la Infanta? Pues lo siento, yo no lo puedo asegurar. Las respuestas estaban muy preparadas. Lo que sí hemos podido ver es la duda en momentos muy concretos, así como la retención de información y determinados gestos de vergüenza e incomodidad (también visibles en Urdangarín), normal por otro lado, teniendo en cuenta la situación.