Se calcula que los hombres dicen más de 200 mentiras al día. Malas noticias, ¿verdad?

Los hombres no son simples, como algunas piensan. No lo son, y menos, para los asuntos del corazón. Ahí se vuelven complejos y alambicados. Créanme si les digo que los he visto hacer pie en el abismo y nadar como cometas a través del cielo con tal de llegar hasta el alma de una mujer, con tal de desvelar su misterio. Porque eso es lo único que quieren, amigas: desvelar el misterio.

Cada vez que mi madre me ve lloriquear porque un hombre me engaña, me cuenta este extraño cuento:

-Señor, ¿qué has hecho con la mujer? -dijo el Diablo a Jehová-. Mira su cuerpo. Has creado un ser desvalido. Sin embargo al hombre lo has dotado de fuerza, altura, músculos, potencia...

-Tranquilo, Lucifer. A la mujer le he regalado un cerebro extraordinario.

La cultura árabe es así. Mamá nunca te da un consejo. Tan sólo te cuenta un cuento en el que tú has de encontrar la solución a tu problema. Sin embargo, he tardado muchos años en descifrar este diálogo entre Dios y Lucifer que ahora les explico:

Al ser el hombre físicamente 'superior' a la mujer, el cerebro femenino está mejor estructurado que el masculino para interpretar el lenguaje corporal, las señales de peligro. Para sobrevivir, a la mujer le fue necesario desarrollar esta capacidad de decodificar las señales de agresión (posibles asaltos, violaciones), la mentira y falsa cordialidad. Son siglos de evolución, amigas. Y, aún hoy, podemos utilizar perfectamente esta extraodinaria cualidad. Por eso nosotras sabemos de manera instintiva cómo funciona la naturaleza. Un hombre sabe que su hijo tiene fiebre sólo cuando le toma la temperatura de su cuerpo; la mujer, a metros de distancia.

200 mentiras al día no son tantan mentiras. No es fácil estar con un hombre sobre el que piensas que no es honesto contigo. Y más dificil si no lo puedes demostrar. Puede que nunca encuentres pruebas contundentes de que tu hombre miente, pero si sabes lo que buscas, puede ser que descubras toda la verdad. Y es más sencillo de lo que parece. Hay que aprender a leer en los subtítulos del discurso del hombre que te habla activando tu voz en off, que según la psiquiatría es la poderosa voz del instinto. Y las mujeres aquí no tenemos rival.

Según el profesor Edward Geiselman, el lenguaje es uno de los indicadores cruciales. El mentiroso usa fragmentos de oraciones cuando son confrontados. Generalmente comienzan a contestar, se vuelven atrás y no completan la oración. También busca una velocidad errática e inconsistente del habla, porque piensa que hablar más lentamente levantará sospechas, así que sólo hablan despacio cuando crean la historia y una vez que le han dado forma, comienzan a aumental la velocidad de sus palabras al hablar.

Si aún no has comenzado la relación y estás ante un hombre que trata de seducirte y en mitad de una copa le da un giro a la conversación para pasar a disertar sobre el amor, ¡cuidado!, sube la guardia. El hombre comienza a mentir. Dicen los estudios que mienten descaradamente al estar frente a una mujer que desean conquistar. Sin pudor ni contemplación.

Empezamos. ¡Se rueda, acción! Cuando te susurre que es diferente al resto de los hombres (¡oh, Señor!), que quiere lo mismo que tú de una relación (¡pero qué suerte tengo!), que vuestro amor será tan especial que el cielo se confundirá con el océano y su fondos brillarán en la noche limpia como lo hacen en las profundidades del firmamento (¡miente, miente, miente!). Créanme que miente. Estás ante un gran embustero. Si aún no has comenzado la relación y sabes correr, demuéstralo.

Analicemos a su aspecto. Es importante. ¿Ves al demonio vestido de negro, empeñado en darte miedo blandiendo su tridente y oscura sotana? ¡Bah! Es inofensivo. Envidiado por ser el ángel dotado de conocimiento que se rebeló contra la tiranía divina, un día incierto fue violentamente expulsado del cielo. Con su aspecto de chico malo, podría representar al perfecto canalla, pero es el hombre que muestra su verdadera identidad, q no trata de dar una imagen de inmaculada integridad ni enmascara cuidadosamente su intención o maldad. Es, en definitiva, el hombre que no miente. Sí. Eso he dicho. El hombre canalla no miente. Su peligro es otro: que te rompa el corazón en mil pedazos. Casi nada.

A un encuentro con el diablo vas armada hasta los dientes, sabiendo exactamente a qué clase de cita vas. Por eso mi consejo es que te cuides del ángel, con esa imagen intachable que nada bueno trata de ocultar.

El cielo es un lenguaje escénico en el que cada cosa tiene su significado preciso, casi siempre formal y decepcionante. Tan pronto te abren las puertas del paraíso como te expulsan de él con la misma violencia que expulsaron al demonio, como se expulsa una montaña de un planeta remoto. El cielo es el 'Go West' de Village People en plena guerra fría, un tema que cantaba las maravillas que de Occidente se estaban perdiendo los rusos: el sol, el azul, el amor, la libertad. La guerras se ganan mintiendo al enemigo, amigas. Y los militares le pusieron nombre a estas tácticas (psyops). Basta leer las noticias con las que nos desayunamos cada día. Mentiras y más mentiras. Medios de comunicación en pleno mintiendo al dictado de algún interés.

Los hombres nos llevan ventaja en esto de la mentira. Sólo mirando la prensa, 200 mentiras al día son pocas mentiras.

-¿De dónde vienes?-, preguntó Jehová a Lucifer

-De rodear la tierra y andar por ella (Job1: 6-7)

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