Cuando voy a visitar a mis padres, una de las cosas que más recuerdo es como se ha transformado el barrio donde viven. Antiguamente estaba lleno de establecimientos para comprar, un mercado de abastos con bastantes puestos de alimentación, incluso contaba con las típicas bodegas para adquirir aquellos productos que se nos había olvidado durante la semana.

Pero ahora mismo no hay noticias de aquellos negocios tradicionales, en su lugar dieron paso a una numerosa cantidad de inmobiliarias que después de la crisis apenas quedan unas pocas. Muchos de esos locales se encuentran con la persiana bajada, otros abren un pequeño puesto de frutas, un bar o una panadería que en muchas ocasiones tan solo permanecen abiertas por unos meses.

Durante la década de los años 80 y 90 empezarón a surgir la figura del centro comercial que tanto éxito estaba teniendo en otros países como Estados Unidos o Francia. Las familias aprovechaban el sábado para ir a comprar al hipermercado para abastecer sus hogares con alimentos y productos para el hogar, encima podían pasar toda la tarde entrando en las disitintas tiendas para comprar su ropa favorita. Incluso después podían aprovechar para merendar, cenar o incluso ver alguna película en las salas multicines que poseían.

Con la apertura de estos grandes establecimientos se decía que las tiendas tradicionales iban a desaparecer, pero aún así muchas tiendas de barrio consiguieron mantenerse abiertas porque ofrecían un excelente trato a sus clientes, y no había tanta facilidad para acercarse a los centros comerciales con lo que seguíamos prefiriendo el trato humano que siempre nos había proporcionado la tienda de la calle. Encima la calidad de los productos de las tiendas de barrio, sobretodo relacionado con alimentación, seguía siendo mucho mejor en los pequeños locales o en el mercado.

En el siglo XXI con la irrupción de Internet y su mayor velocidad de conexión en España, empezaría a dar un vuelco en el mercado del retail minorista. Los inicios del llamado comercio electrónico en nuestro país fueron muy lentos durante esta primera década, ya que no habían aplicaciones muy desarrolladas para la realización de transacciones online, los bancos no apostaban muy fuerte por la seguridad de sus TPVs virtuales, no habían plataformas asequibles a las Pymes o autónomos, siendo básicamente los integrantes del comercio online algunas grandes firmas, o las pocas empresas innovadoras que decidieron apostar por este medio, y las compañías Americanas expertas en este campor como Amazon o Ebay.

La penetración en España del uso de Internet no fue tan rápido, con lo que provocaba mucha desconfianza en los consumidores y apenas alteró al comercio minorista tradicional que además se encontraba demasiado cómodo debido a que ya se habían acostumbrado a mantener su posición frente a la masificación de los centros comerciales.

Pero en los últimos años varios factores han dado un vuelco al comercio online en España, las altas velocidades de conexión, el uso de las redes sociales para interactuar con nuestros amigos, el gran avance de nuevas tecnología para aumentar la seguridad en la red y poner al alcance de todos cualquier tipo de plataforma, unido al mayor conocimiento y experiencia por parte del consumidor.

Ahora mismo podemos conectarnos a Internet con total comodidad desde el smartphone mientras estamos en el autobús, podemos ver el inmenso catálogo de cualquier tienda sin tener que esperar más de dos segundos a que se carguen las imágenes, ya no hace falta introducir nuestros datos bancarios para realizar nuestras compras por Internet. Todo esto en estos tres últimos años ha provocado el acelerón del comercio electrónico en nuestro país con tasas de crecimiento cercanas al 20% anual mientras el país se encontraba estancado.

Antes compraba los pantalones en la tienda de moda del barrio y todos los fines de semana bajaba al mercado de abastos a llenar la nevera, pero ahora desde la táblet sentado en el sofá de mi casa puedo comprar cualquier producto, desde ropa de marca hasta comprar jamon iberico online.

Ahora Internet sí que está siendo la verdadera amenaza para el comerciante, ya que tienen el mismo producto de calidad que la tienda de abajo, la atención al cliente online es igual de buena que la tradicional y encima puedes comprar cuando quieras que te lo traen a casa.

Es el momento de que las pequeñas tiendas implementen las nuevas tecnologías en su negocio sino desea que los ecommerces se hagan con sus clientes de toda la vida.