Empieza a ser una frase muy manida ésa de que hay series que parecen películas de diez horas. También es cierto que diez horas son quizá demasiadas horas. Las plataformas on line están ajustando tiempos y duraciones para que cada uno las vea a su gusto. Cuándo y cómo uno quiera. Pero cuántos más capítulos seguidos se vean, mejor para ellas. Uno de los formatos que se está convirtiendo en garantía de éxito lo componen esas comedias de entre seis y ocho capítulos que, al ser de media hora cada episodio, se pueden finiquitar en una sola tarde y que te dejan con una sonrisa en la boca. Duran un poco más que una película convencional, pero se pasan en un suspiro. El ejemplo más signifiticativo es el de Arde Madrid, una de las mejores series españolas del año pasado. Pero no es éste un formato exclusivo de para la comedia, ya que en Amazon han empezado a experimentar con él en el terreno dramático y donde tuvo un más que notable resultado fue en Homecoming.

1) After Life (Netflix): El creador de The Office, Rick Gervais, vuelve a la carga con una nueva serie en la que interpreta al borde y sarcástico redactor de un periódico local que acaba de enviudar, interpretado por el propio Gervais. La duda que uno tiene es si toda es mala baba le viene por el dolor o es que realmente siempre ha sido así de cretino. Al final tenemos una comedia agridulce que trata sobre la pérdida y el dolor. Algo así como lo que intentaba Sorry for your loss, el título con el que Facebook se lanzó a las series, aunque desde una perspectiva más dramática. Todos sus compañeros le dejan hacer y dar rienda suelta a su bordería, porque sienten un poco de lástima por su situación. Pero en algún momento alguien tiene que pararle los pies. A lo largo de cada episodio, le vemos en su día a día cotidiano y las personas con las que interactúa. Gervais despliega su particular sentido del humor, en el que al final nos están contando una de esas historias sobre cómo ser mejor persona.

2) El método Kominsky (Netflix): La gran sorpresa que nos dio Chuck Lorre (The Big Bang Theory, Dos hombres y medio) a finales del año pasado. Protagonizada por Michael Douglas y Alan Arkin, en el papel de dos viejos amigos en plena madurez. Uno profesor de interpretación y actor malogrado y el otro es el que fue su representante artístico y amigo del alma. También en esta serie se nos plantea el tema del dolor ante la pérdida de un ser querido, pero sobre todo la historia que se nos cuenta es el cómo envejecer con dignidad. Ha sido un acierto poner al frente del reparto a Michael Douglas, protagonista a finales de los 80 y principios de los 90 de thrillers eróticos que arrasaron en taquilla como Atracción Fatal o Instinto Básico. Douglas ahora interpreta un papel muy alejado del que encarnaba en sus días de gloria y ahora tiene que preocuparse por su próstata (atención al personaje de Danny de Vito), y de que a al cascarrabias de su amigo viudo no se le vaya la cabeza. El alto nivel del reparto consigue unos personajes con los que inevitable no encariñarse. Para la segunda temporada, se anuncia el fichaje de quien fue pareja de Douglas en numerosos taquillazos de los 80, Kathleen Turner.

3) Camping (HBO): El retorno de Lena Dunham a HBO tras el final de Girls causó cierta decepción. Si en Girls quiso hacer el retrato de su generación, en Camping lo ha intentado con aquellos que ahora superan la cuarentena. Un grupo de peterpanes urbanitas que se reúne para pasar unas vacaciones en la naturaleza de acampada, alejados de sus rutinas diarias. En el reparto vemos algunas caras conocidas como Jennifer Garner (Alias), David Tennant (Broadchurch, Jessica Jones) y el intento para recuperar a otras de las estrellas de los 90 cuya carrera está en declive Juliette Lewis. A diferencia de Winona Ryder, aquí no ha encontraso su Stranger Things. Puede que los personajes de Camping sean insoportables, pero en cierto modo las de Girls también lo eran. Al fin y al cabo, son sus imperfecciones y manías las que los hacen humanos.

4) Forever (Amazon): Esta es una de esas series en las que cuanto uno menos sepa mejor, porque en los tres primeros episodios toma unos giros que dejan al espectador descolocado y sin capacidad de saber con qué le van a sorprender ahora. Lo que empieza siendo una comedia romántica sobre crisis de pareja en la mediana edad va evolucionando hacia otra cosa, más cercana a The Good Place que al cine de Woody Allen. Desde el principio engancha, sobre todo con la primera secuencia del episodio piloto, en la que durante unos pocos minutos nos resumen lo que ha sido la relación de diez años de Oscar y June (Fred Armisen y Maya Rudolph). El título parece una referencia a ese ideal de amor que se supone que debe de ser eterno y un día de repente desaparece, mientras que la pareja sigue con su vida normal haciendo que todavía existe. Incluso más allá de la frase que "Hasta que la muerte nos separe".

5) Muñeca rusa (Netflix): Más de una vez hemos repasado en este blog aquellas series que para algunos de sus episodios se han inspirado o tienen similitudes con la comedia dirigida en 1993 por Harold Ramis Atrapado en el Tiempo. Un Día de la Marmota que se repite sin fin y que deja a su protagonista atrapado en un bucle en el que pretende salir. Natasha Lyonne, una de las protagonistas de Orange is the new black, protagoniza esta serie en la que su protagonista revive una y otra vez el día de su cumpleaños, al que vuelve una otra y otra vez porque da igual lo que haga para evitarlo, acaba encontrando la muerte en algún momento de la jornada. La protagonista reconoce haberse inspirado en sus problemas con las drogas para preparar el papel, por lo que todo se convierte en una gran metáfora sobre ese momento de la vida en el que uno debe de madurar y dejar atrás tiempos más alocados. Lyonne es una de las creadoras de la serie junto con Amy Pochler y Leslye Headland.

6)Vota a Juan (TNT): ¿Es esta serie la versión española de la norteamericana Veep? Javier Cámara interpreta a Juan Carrasco, un ministro de Agricultura que representa lo peor de la política. Oportunista, falto de ideas, incompetente...lo tiene todo para llegar lejos y hacer carrera. La trama arranca cuando Carrasco descubre que el presidente del Gobierno no se va a presentar a la reelección y ve una oportunidad para trepar a lo más alto. Su personaje cada vez me parece más a cualquiera de los que interpreta Javier Gutiérrez. Sobre todo al de Vergüenza. Porque cada vez que este ministro abre la boca, uno está deseando que la cierre antes de que la siga pifiando aún más. La serie promete pero da la sensación de que le falta algo más de mala baba. El principal problema que tiene es el poder competir con la realidad. Y ésta cada vez deja a la política en peor lugar.