¿Qué tiene que ver «Mad Men» con «2001. Una Odisea del Espacio»? Pues en principio nada, pero la última temporada de la serie de los publicistas ha tenido homenajes y referencias nada veladas al clásico de la ciencia ficción de Stanley Kubrick. Además con un final de temporada en el que se recrea lo que fue la llegada del hombre a la Luna. No sé si en una serie como ésta pueda hablarse de spoiilers, porque la trama no juega con revelaciones sorpresa, ni giros imprevistos de guión, pero, por si acaso, aviso que a continuación se van a dar algunas claves sobre lo que ha ocurrido en estos nuevos episodios.

Las referencias más claras a 2001 están en el cuarto episodio, que lleva el sugerente título de «El Monolito». Los que hayan visto la obra de Kubrick sabrán que el monolito aparece en momentos claves de la humanidad, haciendo evolucionar la especie humana. Es mítica la escena de los simios que, influenciados por la presencia de la misteriosa roca negra, aprenden a usar los huesos como armas y se imponen sobre las demás especies. Es el inicio del reinado del ser humano sobre la tierra y la metáfora de cómo el hombre adquiere la capacidad de pensar, aunque sea para ser más bestia.

El capítulo de Mad Men en cuestión cuenta el momento en el que Donald Draper regresa a la agencia de publicidad. Tras su aparatosa salida de la empresa al final de la temporada anterior, sus jefes acceden a que recupere el trabajo pero bajo unas escrictas condiciones y marcado muy de cerca por sus compañeros. El momento coincide con la llegada a la empresa de un ordenador, una herramienta que va a cambiar los modos de trabajo y que es mirado con muchos recelos por parte del personal que temen que vayan a ser reemplazados por la máquina. La computadora en cuestión es IBM (¿cómo no?), toda una referencia ya que el ordenador de la nave de 2001 era HAL 9000. El nombre es resultado de decir la letra inmediatamente anterior del alfabeto de las siglas IBM. Tendré que revisar el capítulo a ver si se habla en algún momento de manzanas.

Desde el principio de la serie hemos asistido a profundos cambios en la sociedad norteamerciana. Del conservadurismo de los 50, a los revolucionarios 60. Se aproxima una nueva década, los 70, y es tiempo de evolucionar. Llega el monolito y hay que amoldarse a los nuevos tiempos o estancarse en el pasado. Al principio del episodio, Donald Draper sube por el ascensor para enfrentarse a su primer día de trabajo y vemos el plano de una puerta negra junto a una pared blanca, que recuerda a la forma del monolito. Don tendrá que adaptarse a una nueva forma de trabajar. No sólo a al inicio de la era informática, sino que deberá ponerse a las órdenes de Peggy, que hasta hace poco había sido su alumna y empleada más aventajada, y plegarse a nuevos jefes que tienen una mecánica laboral muy distinta a la suya.

En una reunión entre los jefazos de la agencia, Roger Sterling defiende la necesidad de empezar a dar faena a Don. "Lleva tres semanas encerrado en la cueva (en alusión al despacho) y todavía no ha aporreado a ningún simio", asegura. Otra referencia a la escena de los simios de 2001. El propio Roger Sterling se ve enfrentado también a esa necesidad de evolucionar con los tiempos cuando va a buscar a su hija, que se ha unido a una comuna hippy. La misma hija que se casó el día del asesinato de JFK en uno de los mejores episodios de la serie y quizá de la historia de la televisión.

Es pronto para saber si las referencias a 2001 van a seguir en el tramo final de la temporada que se emitirá el año que viene. Pero en este episodio en concreto, Donald evoluciona, a pesar de sus reticencias iniciales, y se adapta a los nuevos retos que se le plantean. Mientras que Roger, que parecía que se identificaba con su hija y hasta se solidarizaba con su situación, le sale la vena cromagnón y trata de llevarse a su hija por la fuerza, acabando literalmente arrastrándose por el barro.

Las referencias a 2001 han seguido en capítulos posteriores, ya que hay otra escena en la que Michael Gringsberg, otro de los empleados de la agencia y el que más recelo muestra a la llegada del ordenador, cree ser testigo de una conversación entre sus jefes, en la que en la sala de la computadora traman oscuros planes para el futuro del personal. Una charla que sigue de manera furtiva leyéndoles los labios. En la película de Kubrick, HAL 9000 conoce los planes que los humanos tienen contra él al conseguir leerles los labios, a pesar de que los astronautas se encierran en una sala donde iban a estar a salvo de los oídos de la máquina. No sabemos si la charla que espía Gringsberg es real, porque no tardamos mucho en descubrir que éste ha perdido la cabeza (y ya puestos, también el pezón. Quienes hayan visto el capítulo, lo entenderán). Esta última temporada transcurre en 1969 y la obra de Kubrick se estrenó justo el año antes. Como ya anticipé antes, la temporada culmina con la llegada del hombre a la Luna. No nos consta que los astronautas se encontraran con un monolito que les mandara a la órbita de Jupiter. El año que viene, AMC emitirá los últimos siete capítulos y pondrá punto y final a la historia.