Habrá quien prefiera acompañar estos días de cuarentena con títulos como El Hoyo o Contagion, o sumergirse en mundos distópicos como El cuento de la criada. Otros necesitan algo que les ayude a evadirse de verdad y no vivir en universos de pesadilla. Para los que se encuentren en este segundo grupo, Marvelous Mrs. Maisel es una de las mejores propuestas de producción propia que ofrece el catálago de Amazon. Una de esas series que rebosa optimismo por los cuatros costados y que dejan un buen sabor de boca. Inspirada en la comedia de los años dorados de Hollywood y con unos diálogos tan elegantes como cualquiera de los cientos de vestidos que guarda la protagonista en su armario ropero. La tercera temporada llegó a la plataforma a finales de diciembre para los amantes de la versión original y, poco antes de que se declarara el estado de alarma, ya está disponible el doblaje en castellano.

Repasando bien el argumento, poco podría indicar que de esta historia podía salir una comedia. La historia arranca a finales de los años 50 cuando la vida "perfecta" que se había construido su protagonista como devota esposa se viene abajo al estallar su matrimonio en mil pedazos por una aventura de su marido con su secretaria. Es la hora de dejar de ser ama de casa y adentrarse en la vorágine del mundo laboral, momento en el que descubre que tiene un talento innato para los monólogos de humor. A lo largo de las dos primeras temporadas, hemos visto a Midge Maisel (Rachel Brosnahan) tratar de sacar adelante su carrera en garitos de Nueva York, mientras se ganaba la vida como dependienta en una cadena de grandes almacenes. En la tercera temporada, llega su gran momento de consolidación profesional como humorista en un hotel de Las Vegas y parece que sus padres han empezado a aceptar y respetar su trabajo en el mundo del espectáculo. Otros hubieran hecho un dramón con este material. Pero el matrimonio creador de la serie, Amy Sherman-Palladino y Daniel Palladino, la convierten en una de esas comedias que beben del espíritu del cine de Frank Capra o Howard Hawks. Midge no es una persona atormentada y angustiada, trata de salir adelante con una sonrisa y casi sin ser consciente de que está rompiendo moldes al enfrentarse al machismo de la época, que veía con recelos eso de que una mujer hiciera chistes con las cosas de su vida íntima desde los escenarios. Cuando tienes un micrófono en la mano bajo la atenta mirada de un público entusiasta, te conviertes en un poderoso enemigo para el sistema.

La tercera temporada vuelve a lo grande. Nuestra protagonista se embarca en una gira que le llevará a una vida de glamour por hoteles de Miami Beach y de Las Vegas. Los responsables de la producción se han esmerado en tratar de evocar el glamour de la época. Se acabaron los tugurios en los que podía entrar la policía en cuanto empezaran los chistes subidos de tono. Pero tampoco hay que engañarse. Midge es la telonera de un cantante de color en la norteamérica de los años 60. El final de la temporada nos recuerda que esa prosperidad se asiente sobre unos pilares un tanto frágiles y que, sin ellos, todo se puede venir abajo en cualquier momento. Pese a haber acariciado el salto a la cima, la protagonista se vuelve a enfrentar al abismo al final de la temporada. ¿Será una situación definitiva o sólo es un escollo que sirve para ponernos el cebo ante la nueva temporada?

Hay personajes reales y ficticios del mundo del espectáculo de la época, aunque algunos de ellos han sido creados para la serie inspirándose en las vidas de cómicos famosos. No hubo una Mrs Maisel real, pero el personaje simboliza a la de varias cómicas que trataron de abrirse camino en el intrincado mundo del espectáculo y concretamente de los monólogos de humor. Shy Baldwin (Leo McClain) el cantante que da la oportunidad de su vida a la señora Maisel para que le acompañe durante su gira podría estar inspirado en el solista de ascendencia jamaicana Harry Belafonte. El autor de la canción clásica que se baila en una conocida escena de Beetlejuice (1988, Tim Burton).

Lenny Bruce, ese humorista que hace de un poco de mentor de la protagonista desde los primeros episodios, existió. No sabemos cuánto de biográfico vamos a ver de él en la serie, pero hasta ahora se está cumpliendo eso de reflejarle como una persona que era incómoda para el poder, despotricando sobre temas tan sensibles como religión, política y sexo. Hasta el punto de que se convirtió en un icono de la libertad de expresión. En la serie le interpreta Luke Kirby, pero en el cine llegó a hacer de él en los años 70 el mismísimo Dustin Hoffman en una película biográfica del cómico filmada por Bob Fosse. Murió de una sobredosis en el año 1966, por lo que es posible que lleguemos a ver ese momento y que, si es así, sea unos de los momentos más dramáticos de la serie. A lo largo de estas tres temporadas ha logrado establecer una conexión especial con Midge y también, lo que al principio era impensable, con sus padres. Siempre nos hemos preguntado si lo suyo acabaría en romance. Nada como compartir una celda en el calabozo de una comisaría para acercar a las personas.

También Susie Myerson (Alex Borstein), la agente de Midge que la acompañado desde sus primeros números en el Gasligth, estaría inspirado en otro personaje real. Sue Mergen fue una de las primeras agentes dedicadas a representar a estrellas. Entre su clientela estaba Cher, Joan Collins, Candice Bergen, Michael Caine y el director Bob Fosse. Exactamente, el mismo cineasta que llevó al cine la vida de Lenny Bruce. Otro tanto ocurre con la némesis de la protagonista, Sophie Lennon, que interpreta Jane Lynch, actriz que parece abonada a los papeles de villana. Sophie parece estar inspirada en la cómica Phyllis Diller. Al menos tienen en común su gusto por los personajes exagerados. La comicidad de Sophie en el escenario consiste en reirse del personaje que ella misma interpreta. Vulgar, sin ningún atractivo físico, pobre de solemnidad y sin ninguna cultura. Un personaje que simboliza la misoginia de la época, porque el triunfo de su personaje se basa en el de ridiculizar a las mujeres. Según su modo de ver la vida, ninguna mujer puede parecer inteligente sobre un escenario. Por este motivo, Midge Maisel se convierte en su enemiga desde el minuto uno.

La serie es todo un homenaje al mundo del espectáculo de la época, que abarca desde el cine, al teatro y hasta la música.