¿A quién quieres más, a papá o a mamá?, ¿qué te gusta más, Fargo o True Detective? Hay cosas que jamás se le deberían preguntar a una persona. Las dos series suelen estar colocadas en cualquier lista que se precie sobre las mejores del año. La última edición de los Globos de Oro ha puesto de nuevo sobre la mesa esa competición en la que algunos se empeñan para que una de las dos demuestre claramente cuál supera a la otra, obligando a los espectadores a tener que elegir bando. Las dos son policiacas y parece que ambas van a adoptar el esquema de contar una historia diferente y con protagonistas distintos en cada temporada. Por lo demás, poco más tienen en común y podemos decir que son obras totalmente diferentes.

A la hora de valorar el factor premios, Fargo está saliendo ligeramente triunfadora frente a su competidora. Es más, True Detective está siendo literalmente ninguneada. Y es que cuando el American Film Institute elaboró la lista de los mejores de 2014 y se olvidó de esta joya de la corona de la HBO, lo que muchos pensamos es que quizá alguien la tiene manía. En los Emmy entregados este verano, Fargo logró la estatuilla a la mejor miniserie. Un premio al que True Detective había renunciado al optar directamente al de mejor serie, pero se topó entre sus rivales con la última temporada de "Breaking Bad". Palabras mayores. En los Globos de Oro entregados la semana pasada, las dos partían en igualdad de armas pero, una vez más, la serie ambientada en el universo del cine de los hermanos Coen volvía a llevarse el gato al agua.

Algo que sí las diferencia es que True Detective puso a muchos los dientes largos desde antes de su estreno y en todos lados fue encumbrada como la mejor serie cuando aún no se había terminado su primera temporada. En cambio, la llegada de Fargo fue acogida más bien con indiferencia y sin que nadie esperara gran cosa de ella, por lo que el boca a boca cuando se empezó a comprobar que era buena hizo el resto provocando que muchos se subieran al tren sobre la marcha.

Una de las cosas que ha definido la primera temporada de True Detective han sido los diálogos entre los detectives Rust Cohle (Matthew McConaughey) y Marty Hart (Woody Harrelson) mientras van en el coche recorriendo los pantanos de Louisiana a la busca de un asesino en serie aficionado a dar mensajes religiosos en cada uno de sus crímenes. Cohle es un personaje atormentado y pesimista que habla constantemente a su compañero de su ateísmo y su desencanto por la existencia. Mientras, Marty es juerguista, de mentalidad conservadora y, pese a todo, adicto al sexo. "Si lo único que hace que una persona se comporte con decencia es la esperanza de una recompensa divina, entonces esa persona es un trozo de mierda" o "No existe el perdón, lo que pasa es lo que la gente tiene poca memoria", son algunas de las perlas que Rusty va soltando, mientras su compañero no puede evitar pensar que le ha tocado a alguien muy rarito y en lo bien que se lo pasó en la juerga de anoche. Choque de personalidades que, para intentar dar caza a su misterioso asesino, se introducen en el mundo de los fanáticos religiosos, sectas y grupos de moteros que son verdaderas células de crimen organizado. True Detective pone el foco en lo peor del ser humano ("El mundo necesita hombres malos, somos nosotros quienes ponemos a raya a los otros hombres malos", dice Rusty) y nos enseña una realidad aterradora, en la que lo más inquietante es el saber que ese tipo de gente existe realmente en las cloacas de la sociedad.

Fargo también nos enseña también lo peor del ser humano, pero de otra manera. Buena parte del reparto de esta serie está formado por un hatajo de perderores, que podría competir perfectamente por el puesto del más inútil. El nihilismo de True Detective se convierte en Fargo en buenas dosis de humor negro. De todos los personajes brilla con luz propia el que interpreta Billy Bob Thorton, un asesino a sueldo tan implacable como lo era el de Javier Bardem de "No es país para viejos". Nunca llegamos a saber cuál es su verdadero nombre porque tiene varias identidades y muestra distintas caras en función de las circunstancias. Puede ser un tipo afable y encantandor, como alguien aterrador que con sólo una mirada es capaz de decirte "éste no es el mejor momento para que me toques las narices". El destino le cruza un día en el camino de Lester Nygaard, un vendedor de seguros al que nadie respeta y todo el mundo pisotea. Los compañeros del colegio que le acosaban en la infancia, su esposa... Puede parecer que el asesino quiere echar una mano a alguien que vive una patética existencia, pero en el fondo lo que busca es introducir la semilla de la corrupción en su interior, tranformándolo en otro Walter White que descubre el placer de disfrutar siendo malo. En cuanto al personaje de la sheriff, el trabajo de Allison Tollman es bueno, pero no llega a la altura del de Frances McDormand en la película. No tiene nada que ver con la película, pero recupera muchas cosas del cine de los Coen y parece obra de ellos, a pesar de que éstos se limitan a ejercer de productores. En uno de los episodios de la serie de FX vemos cuál fue el destino del maletín lleno de dinero que el personaje de Steve Buscemi enterró en la nieve en la película de Fargo.

Las dos series son totalmente diferentes en tono y en estilo. Pero una cosa está clara: ganen los premios que ganen, todos esperamos la llegada de la segunda temporada de cada una de ellas y que sus nuevos protagonistas sepan mantener el nivel de la primera.