Con vistas a la Maestranza y a La Torre del Oro, en la margen derecha del Guadalquivir, se encuentra el barrio sevillano de Triana.

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Por el Puente de Isabel II, un puente de 1852 reinaugurado en 1977 y conocido como el de Triana, cruzamos el río Guadalquivir y, después de pasar por la Capilla del Carmen, llegamos a la plaza del Altozano.

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Antes de continuar por la animada calle de San Jacinto, tomaremos dirección a la derecha para conocer la cerámica trianera, presente en fachadas de talleres y tiendas, como en la de Santa Ana, donde en su fachada veremos a Santa Justa y Santa Rufina, patronas de Sevilla y de los alfareros.

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Triana es un barrio en el que la historia y la tradición están muy presentes. El torero Juan Belmonte es recordado en la plaza del Altozano, El Cachorro y la Esperanza de Triana tienen su casa, Rodrigo, el primer marinero que avistó el Nuevo Mundo, es un trianero que da nombre a una calle del barrio y los corrales de vecinos nos recuerdan la forma en que vivían las gentes sencillas. En la calle Pagés de Corro se encuentra el Corral Herrera, desde su verja podemos ver un corral de vecinos rehabilitado, que data de 1909 y que albergó a más de cien vecinos.

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Triana es para oír el español con ese acento especial, para comer las tapas de sus tabernas, para pasear por sus calles, sobre todo, por la calle Betis, flanqueada por las fachadas de sus pequeños edificios y el río Guadalquivir.

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Cómo llegar: con el tren de alta velocidad podemos llegar desde Barcelona, Madrid y Valencia, sin transbordos. Por avión, entre otros aeropuertos, desde Alicante, Barcelona y Madrid. (Clicar aquí para ver destinos)

Fotografías de J. Cintas:

1. Triana (calle Betis) desde el Puente de Isabel II.

2. Calle San Jacinto.

3. Fachadas con cerámica trianera.

4. Cuatro imágenes de Triana.

5. Plaza del Altozano.