En la isla de la Libertad se encuentra uno de los monumentos más visitados del mundo. Desde 1886 “Lady Liberty” ha sido testigo de los numerosos barcos con emigrantes que llegaban a la cercana isla de Ellis, donde hoy podemos visitar el Museo de la Inmigración.

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Desde Battery Park, al sur de Manhattan, parten los barcos con destino a las islas de la Libertad y Ellis. En el Castillo de Clinton están las taquillas para adquirir el tique, que también se puede comprar en la web oficial. Las entradas llevan incluidas el pasaje en barco de ida y vuelta y el acceso a las islas de la Libertad y Ellis. Tres tipos de tique podemos comprar: solo para visitar la isla, para subir al pedestal y para visitar la corona, para acceder a la corona es necesario hacer reserva previa. Si hacemos la compra en la web tendremos asignada la hora de acceso al control de seguridad, en una cola diferente al resto de los tiques.

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Para maximizar mi tiempo en Nueva York compré el tique a través de la web, por un cargo en mi tarjeta de crédito de algo más de dieciocho dólares, adquirí el de la visita a la isla y subida al pedestal, el tique de solo visita a la isla tenía el mismo precio. Con el día y la hora asignada para el control de entrada me arriesgaba a que saliera un día lluvioso, tuve suerte, y a partir del mediodía, se despejó y lució un sol espléndido. A la 1:00 pm tenía asigna mi hora, accedí al control por la cola de reserva y calculo que adelanté unos cuarenta minutos respecto a la otra cola. (Clicar aquí para reservar en la web oficial)

El control para acceder al embarcadero es parecido al de un aeropuerto, una vez pasado ya podemos tomar el barco con destino a la isla de la Libertad, que tiene una frecuencia de veinte minutos. Me situé en cubierta, en la zona de popa, creo que es un buen sitio para hacer fotografías de Manhattan y de la Estatua de la Libertad. El barco, antes de llegar al embarcadero de la isla, pasa por delante de “Lady Liberty”.

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Cuando desembarqué en la isla de la Libertad tuve la sensación, como en otros lugares de Nueva York, de visitar algo que ya conocía, qué “daño” han hecho las películas y series de televisión ambientadas en Nueva York. Para los que vamos peinando canas seguro que recordamos “El planeta de los simios”, una película protagoniza por Charlton Heston, en la que la Estatua de la Libertad le confirma a su protagonista que está en el planeta Tierra.

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La estatua llegó a Nueva York desmontada por piezas desde Francia, fue un regalo del pueblo francés al americano, para conmemorar el centenario de la independencia de Estados Unidos. Los neoyorkinos no pudieron visitarla el 4 de julio de 1876, tuvieron que esperar hasta 1886 para admirar los casi noventa y tres metros de altura de “Lady Liberty”, repartidos a la mitad entre pedestal y estatua.

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Para acceder al pedestal tendremos que pasar un nuevo control de seguridad y dejar la mochila en una taquilla. Subir a lo alto del pedestal, bien en ascensor o por la escalera, y salir al mirador exterior, nos acercará a “Lady Liberty” y tendremos unas bonitas vistas de Nueva Jersey y de Manhattan.

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Ya de vuelta a Battery Park desde la isla de la Libertad, el barco tiene parada en la isla de Ellis. En esta pequeña isla se encuentra el Museo de la Inmigración, un museo de entrada gratuita, ubicado en las instalaciones donde se recepcionaba a los emigrantes y dedicado a todos aquellos que pasaron por ellas durante los siglos XIX y XX.

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Leeremos o nos comentarán que cogiendo el transbordador gratuito que va a Staten Island, veremos la Estatua de la Libertad porque pasa cerca de ella. Yo no lo hice, considero que la visita a la “Lady Liberty” debe ser un imprescindible de nuestra primera visita a Nueva York.

Fotografías y vídeo de J. Cintas:

1. Isla de la Libertad.

2. Acceso al embarcadero desde Battery Park.

3. Estatua de la Libertad.

4. Estatua/maqueta dentro del pedestal/escalera para subir a la corona.

5. Vistas desde el pedestal.

6. Isla de Ellis.

7. Museo de la Emigración.

8. Manhattan desde la isla de Ellis.

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