MÚNICH. En búsqueda de la huella del Diablo

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En Theresienwiese se celebra la Oktoberfest, un lugar que reconoceremos por la estatua de Bavaria y donde los muniqueses celebraron el enlace de Luis I de Baviera con la princesa Teresa en 1810, dando origen a la fiesta de la cerveza.

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Si nuestra visita a Múnich no coincide con la Oktoberfest, en la Hofbeäuhaus no encontraremos la huella del Diablo, pero si una muestra de la fiesta de la cerveza. En esta cervecería podremos compartir banco con algún local vestido con su traje regional, tomar varios tipos de cerveza, entre ellas la bávara weissbier y comer las salchichas blancas muniquesas llamadas weisswurst, a las que no debemos olvidar quitarles la piel, todo eso amenizado con música regional en directo. También podremos comprar nuestro corazón de galleta de recuerdo.

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En la calle Platzl está la Hofbeäuhaus, muy cerca de Marienplatz, centro neurálgico de Múnich y donde en diciembre podemos encontrar puestos de vino caliente en su mercado navideño. Esta plaza está presidida por el edificio del Nuevo Ayuntamiento, sobresaliendo su torre de ochenta y cinco metros de altura con su carrillón. Una torre a la que podemos subir, al igual que a la torre de la cercana Iglesia de Sankt Peter.

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Desde lo alto de la torre de Sankt Peter tendremos una visión en altura de la ciudad. En primer lugar veremos la cercana Marienplatz con su impresionante Nuevo Ayuntamiento, Columna de María y el Viejo Ayuntamiento. También podremos ver la cercana Iglesia de Heiliggeist y Viktualienmarkt, un mercado al aire libre.

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Alzando la vista hacia el este veremos el Maximilianeum, edificio del Parlamento de Baviera a orillas del río Isar y que delimita la Maximilanstrasse, una avenida con tiendas con precios de tres cifras o más. Hacia el nordeste veremos el Monopteros del Jardín Inglés, un gran parque en el que encontraremos surferos y una pagoda china. La Olympiaturm, al norte, nos señala el Olympiapark, construido para las olimpiadas de 1972 y tocadas por la mano del Diablo, ya que son conocidas por el trágico atentado terrorista sufrido por atletas israelitas.

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Por último veremos las dos torres y el tejado de la Catedral de Nuestra Señora, destino de nuestra búsqueda. Una vez bajado de las alturas, desde Marienplatz nos dirigiremos por la comercial y peatonalizada Neuhauser Strasse hacia la huella del Diablo, no sin antes visitar la cercana Odeonsplatz, una plaza con los monumentales edificios de Theatinerkirche, Feldherrnhalle y Residenz.

Ya en la Catedral de Nuestra Señora debemos buscar un lugar desde el que no se puedan ver los ventanales, en ese punto están ocultos por las columnas, sólo hoy en día veremos el del altar, que al parecer durante su construcción estaba tapado. Cuentan que el Diablo dejó su huella ahí, después de comprobar que se había respetado su pacto con el constructor, que la iglesia no tendría ventanas.

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Múnich siempre la recordaremos por la cerveza, por la marca BMW y por el Bayern, con su flamante estadio del Allianz Arena que se ilumina de rojo cuando juega, pero también debemos recordarla como un lugar en que españoles hablaron de democracia para España en un tiempo oscuro, en el llamado Contubernio de Múnich de 1962.

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Cómo llegar: Norweian Air comunica el aeropuerto alicantino con Múnich. Las líneas S1 y S8 del S-Bahn, tren de cercanías alemán, nos llevan desde el aeropuerto, en la confluencia de las dos terminales, hasta la Estación Central de Ferrocarril de Múnich.

Fotografías de J.Cintas:

1- Catedral de Nuestra Señora.

2- Estatua de Bavaria en el recinto de la Oktoberfest.

3- Músicos en la Hofbeäuhaus.

4- Hofbeäuhaus.

5- Salchichas weisswurst.

6- Mercado navideño en Marienplatz.

7- Nuevo Ayuntamiento y catedral.

8- Viejo Ayuntamiento, Iglesia de Heiliggeist y Viktualienmarkt.

9- “La huella del Diablo”.

10- Puerta de Carlos en Neuhauser Strasse.