En los Estados Unidos, al sur de San Francisco, se sitúa Half Moon Bay, un destino que no tenía apuntado en mi cuaderno de viaje y que visité por la cancelación de mi vuelo de Norwegian, Oakland/San Francisco-Barcelona.

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El pasado diecisiete de octubre era mi último día en Estados Unidos, a las 20:05 horas salía mi vuelo con destino a España y concluía mi escapada californiana.

El día empezó con un mensaje de Norwegian comunicándome el retraso de una hora en la salida de mi vuelo, pensé, qué considerados por avisar. No le di mayor importancia y dediqué la mañana a visitar Alcatraz y recorrer las empinadas calles de San Francisco en tranvía.

A las cuatro de la tarde, después de pasar por el hotel a recoger mi equipaje de mano, me dirigí en metro al Aeropuerto de Oakland-San Francisco. Cuarenta y cinco minutos de trayecto, en parte por un túnel debajo del agua de la bahía de San Francisco y con transbordo en la estación Coliseum, a un tren aéreo sin conductor, que me dejó en la entrada de la terminal uno, desde donde partiría mi vuelo de Norwegian.

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Me dirigí a los mostradores de la compañía, no necesitaba facturar equipaje, sólo llevaba el de mano, pero sí conseguir mi tarjeta de embarque, que te facilitan sin cargo en el mostrador. Con ella en mano, pasé el control de acceso a las puertas de embarque, me quedaban unas horas para que saliera el vuelo, tiempo que aproveché para recorrer la terminal, que no es muy grande, observando el trasiego de pasajeros en los vuelos locales, su diversidad de razas y el atuendo de algunos de ellos que delataba su procedencia de un clima cálido, venían de Orlando.

Una vez asignada la puerta de embarque me acerqué a ella a esperar, por los cristales vi cómo llegaba el avión, supuse que venía de Barcelona, no salió pasaje alguno por la puerta tres y entra un grupo de policías. Durante un buen rato hay trasiego de personal del aeropuerto y sale el comandante para comunicar que el vuelo se retrasa por una avería del avión. Más tarde vuelve para decirnos que en quince minutos empezaremos a embarcar, pero me da la impresión que el vuelo no va a salir y, en su última comparecencia, nos confirma que ha sido cancelado.

Después de la cancelación vinieron momentos de incertidumbre, era la primera vez que me pasaba algo así, pero pensé que una compañía escandinava lo tendría todo organizado. No nos informaban de nada y no facilitaron ningún vale de comida, el pasaje era muy heterogéneo, había niños pequeños. Llegada la hora de cerrar la zona de embarque fuimos convidados a abandonarla, toda una “deferencia” del Aeropuerto de Oakland y nos dirigieron a la entrada, ya que al parecer nos iban asignar un hotel para pasar la noche.

La orden no debía llegar al personal de tierra porque se hizo de madrugada, A las tres llegó el autobús para llevarnos al hotel, un trayecto de hora y media, hasta el Oceano Hotel & Spa de Half Moon Bay Harbor. Nos habían reservado sólo el alojamiento, el desayuno corría de nuestra cuenta y a las once debíamos dejar la habitación.

La mañana del jueves, dieciocho de octubre, recibo un mensaje de texto en mi teléfono de Norwegian, comunicándome que nos asignan un nuevo vuelo, el DY7976 (el anterior era el DY7076) con salida a las 16:00 horas y que pasarían a recogernos a las 13:00 horas.

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Parece que esta todo organizado y, en general, casi todos, relajamos la tensión acumulada. El desayuno lo aproveché para intercambiar impresiones con pasajeros con los que me unía la misma lengua, el español. Uno de ellos me cuenta que ya había vivido otra cancelación de Norwegian, con un asturiano hablo del cachopo y con dos habitantes de la imaginaria Tabarnia, sobre su hartazgo de los plásticos amarillos.

El hotel está situado en Princenton, enfrente del puerto pesquero y deportivo de Pillar Point, al norte de Half Moon Bay. Después del desayuno paseo por su muelle, me encuentro con pescadores de caña, pelícanos oportunistas y un lobo marino en las aguas de la dársena. Observo que hay varios locales dedicados a la venta de artículos de surf, más tarde, desde el autobús, pude comprobar que es un deporte muy practicado en las aguas de las playas de Half Moon Bay, eso sí, con traje de neopreno, ya que el agua del Pacífico por estas costas está fría.

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Así dieron las 13:00 horas, pero el autobús prometido no llegaba. Norwegian no da ningún tipo de razón telefónicamente, el vuelo estaba programado para las 16:00 horas, así que tenemos la sensación de que se han olvidado de nosotros. El autobús llega a las 17:00 horas y nos dicen que el vuelo se ha retrasado.

Una vez en el aeropuerto me dan mi tarjeta de embarque, con la hora de salida a las 16:00 horas y, por segunda vez, paso el control de seguridad. A las 20:05 horas está programado el vuelo diario con Barcelona, pero no consigo cambiar mi pasaje, al parecer está lleno. Esperan que despegue el vuelo y nos convocan a los pasajeros del DY7976 para comunicarnos que el vuelo se cancela por avería del avión y en pocas palabras, que no busquemos la vida para regresar a España. Tenemos que solicitar cambiar nuestro pasaje para el vuelo programado del día siguiente, desde la aplicación de Norwegian consigo cambiar al vuelo del viernes, y otra noche extra en California.

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Nos ofrecen el alojamiento para esa noche o el reembolso de la noche de hotel, hasta trescientos dólares. Después de la experiencia en Half Moon Bay, decido alojarme por mi cuenta, cercal del aeropuerto.

Llega el viernes por la mañana y de nuevo recibo un mensaje comunicando un retraso en el vuelo de hoy. Pero con la nueva hora de salida no puedo enlazar con el último vuelo programado para el sábado, teniendo que pernoctar en Barcelona y hacer un tercer cambio, después de dos cambios en mi vuelo de enlace Barcelona-Alicante, con su correspondiente desembolso económico, para el vuelo del domingo.

Tras dos cancelaciones y un nuevo retraso, valoro otras opciones, ya que con la chapuza realizada por la compañía escandinava, no confío en volar el viernes. Intento conseguir un pasaje con la compañía Level, para el vuelo de hoy, que por cierto no figura dentro de la página web de Aena, en la relación de compañías que vuelan a Oakland/San Francisco desde Barcelona, pero está todo vendido.

Al final decido cambiar mi pasaje por el del vuelo Oakland/San Francisco-Londres Gatwick, de Norwegian, pagando la diferencia y compro un pasaje en Easyjet, para su último vuelo del sábado con destino a Alicante, desde Gatwick.

Mi escapada californiana se alargó dos noches más por las dos cancelaciones (vuelos DY7076 y DY7976), dos días en los que disfruté unas horas de Half Moon Bay y el Pacífico, el resto fueron horas de espera e incertidumbre. Como es el tiempo que ha transcurrido desde mi vuelta, estoy a la espera de que me reintegren los gastos ocasionados y me indemnicen, como recoge el Reglamento (CE) 261/2004 (clicar aquí para leer el Reglamento), después de haber presentado mi solicitud en el sitio web: https://www.norwegian.com/rights .

Fotografías y vídeo de J. Cintas:

  1. Pillar Point.
  2. Isla de Alcatraz desde Lombard Street, San Francisco.
  3. Mensaje de cancelación vuelo DY7076.
  4. Oceano Hotel & Spa de Half Moon Bay Harbor.
  5. Mensaje cancelación vuelo DY79765.