FINISTERRE. Una puesta de sol en el “fin de la tierra conocida”

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Los romanos se sentían muy atraídos por el lugar, por sus puestas de sol, el gran astro desaparecía todas las noches en el fin de la tierra conocida. En la Edad Media, los peregrinos que llegaban a Santiago, continuaban su viaje hasta Finisterre con el objeto de recoger una concha de vieira, como prueba de su peregrinación; más tarde la concha de vieira se comercializó en la ciudad. Hoy en día, los peregrinos acuden para desprenderse de su vida antigua, representada en alguna de las prendas que lleva, quemándola en el cabo de Finisterre, aunque esta acción no es muy ecológica, por la contaminación y el peligro que conlleva.

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Para llegar con nuestro vehículo, desde Santiago tomaremos la ruta de la costa, dirección Noya por la AG-56/AC-543, luego la AC-550 bordeando la ría de Muros y Noya, no pasando por alto el paisaje de Louro, con su monte y laguna costera. Continuando dirección Cee, bordeando la ría de Corcubión y, por último, por la AC-445, llegando al pueblo de Finisterre, donde encontramos la playa de Langosteira y el Castillo de San Carlos, que alberga un museo sobre la pesca en Galicia.

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Desde la villa parte una carretera que nos conduce al faro, donde acababa la tierra para los romanos, teniendo como visión el océano Atlántico y la esperada puesta de sol en Finisterre.

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Cómo llegar: el Aeropuerto de Santiago recibe vuelos de Alicante, Barcelona, Bilbao, Fuerteventura, Gran Canaria, Ibiza, Lanzarote, Madrid, Málaga, Palma de Mallorca, Sevilla, Tenerife y Valencia. Ver enlace con destinos http://www.aena.es/es/aeropuerto-santiago/destinos-aeropuerto.html

Fotografías de J.Cintas:

1- Puesta de sol 1.

2- Carretera del faro.

3- Cabo de Finisterre.

4- Puesta de sol 2.