Sobre un volcán extinguido se levanta el Castillo de Edimburgo, emblema de la ciudad. En su explanada comienza una calle, antigua lengua de lava, que en sus diferentes tramos recibe varios nombres y es conocida como Royal Mile, en alusión a la distancia que separa el Castillo del Palacio de Holyroodhouse, residencia oficial de la reina británica.

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Una antigua fortaleza dio origen a la ciudad, convirtiéndose posteriormente en castillo y extendiéndose la ciudad alrededor de él, la que hoy conocemos como Old Town.

En nuestra visita al Castillo, previo pago de entrada, veremos entre otras cosas, las joyas de la corona escocesa, así como la llamada Piedra del Destino, utilizada por los reyes escoceses en su coronación. De origen desconocido, llegó a Escocia de manos de los escotos y con la dominación inglesa la piedra fue llevada a Londres, entronizándose sobre ella los reyes ingleses. Después de un compromiso electoral de los tory, en 1996 la Piedra del Destino volvió a Escocia.

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Desde la explanada del Castillo, utilizada para festivales como el Military Tattoo, iniciamos nuestro recorrido de una milla. George IV Bridge es una calle que delimita la Royal Mile, a partir de su confluencia recibe el nombre de High Street y es una calle, la Geroge IV Bridge, que nos lleva a conocer el Old Town. Victoria Street, calle que da un toque de color a la sombría ciudad medieval, nos lleva desde George IV Bridge a Grassmarket, la plaza del último trago.

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En la plaza Grassmarket acontecía una distracción muy macabra para el populacho, el ahorcamiento de aquel que infringía las leyes vigentes. Al reo se le concedía una última voluntad y siempre pedía un último trago, esto nos lo recuerda el bar The Last Drop, así como el Maggie Dickson´s Pub, la historia de Maggie, la medio colgada, que condenada a la horca por ocultar un embarazo, milagrosamente no murió y como la ley no permitía un nuevo ahorcamiento, salvo la vida y quedó libre. En su nueva etapa regento una posada en el actual pub. En Grassmarket no todo son historias con cadalsos y tragos, Armstrongs en el número 83 de la plaza, es una tienda de las llamadas retro, en su interior encontraremos ropa y complementos británicos de algunas décadas pasadas.

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Si en Grassmarket Maggie salvo la vida, muy cerca de ahí, podemos visitar el cementerio donde seguro hubiese sido enterrada, el de Greyfriars. Para los seguidores de Harry Potter este cementerio depara alguna sorpresa. Los ventanales de la cafetería The Elephant House se asoman al cementerio y en ese local J.R. Rowling escribió “Harry Potter y la piedra filosofal”. En lápidas del cementerio encontró el nombre de varios personajes de sus novelas, como el de la profesora Mcgonagall y el colegio que linda con él le sirvió como inspiración para el de Hogwarst. Para los amantes de los perros el cementerio nos proporciona la historia de Bobby y para los de la parapsicología, la de George Mackenzie.

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La vuelta a nuestro paseo de una milla, desde Victoria Street, podemos hacerlo por un close, que son pequeños callejones que comunican la Royal Mile con las calles aledañas, tomando el Fisher’s Close retomaremos nuestra dirección hacia el Palacio de Holyroodhouse.

En la Royal Mile oiremos sones de gaita, seguro que no tocan acordes prohibidos con gaitas prohibidas y antes de llegar a la Catedral de St. Giles, debemos fijarnos en el corazón que hay en el pavimento, preguntando algún local para qué lo utilizan.

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Al final de nuestro paseo veremos arquitectura de los siglos XVII y XX, el Palacio de Holyroodhouse y el edificio del Parlamento de Escocia, del arquitecto español Enrique Miralles y seguro que habremos recorrido más de una milla.

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Cómo llegar: las compañías Easyet, Jet2.com y Ryanair, comunican el aeropuerto alicantino con la ciudad que se asoma al fiordo de Forth, Edimburgo.

Fotografías y vídeo de J.Cintas:

1- Castillo de Edimburgo.

2- Royal Mile.

3- Victoria Street.

4- Ventanales de la cafetería The Elephant House y Cementerio de Greyfriars.

5- Fisher’s Close.

6- Royal Mile.

7- Palacio de Holyroodhouse.