Cada vez que te sientes perdido te has desconectado de lo que es, de lo que eres. Cada vez que te asustas por lo que está por venir es que estás creando ficción en tu mente a velocidades inabarcables, seriales que te absorben la energía y no te dejan aprovechar el momento. Te vas, te evades, el miedo te hace huir y te encamina a diseñar un futuro borroso.

Tu mente está intentando tomar el control de tu vida y es posible que ya lo haya conseguido. Si logras frenar los pensamientos que embarullan tu día a día, si alcanzas a bajar de revoluciones tu rodillo mental que todo lo aplasta, encontrarás mayor paz, conseguirás despertar del sueño y dejar que la vida tal y como es, te sea.

En esencia, esa corriente energética que te atraviesa, que te da luz interna y que te produce la chispa de vida, esa vibración que fue antes que tu cuerpo y que será después, es mera armonía, energía amorosa y cálida, es una energía que se mantiene tranquila porque es indestructible e inmutable, no teme, porque forma parte de esa Fuente de inteligencia universal de la que todo nace en todo momento.

Y para reconocer esa melodía silenciosa interna que no peligra porque es inalterable, primero es necesario bajar el volumen de tus 40 principales, esos pensamientos repetitivos que en forma circular parasitan tu mente, esos miedos que rondan día sí y día también, esas fantasías que te hacen estar allá y entonces, en vez de aquí y ahora.

Presencia

En la pura presencia nada preocupa y todo ocupa, en este preciso instante, justo ahora, en este segundo, no te hace falta nada más que lo que hay. Pero en una mente llena de fluctuaciones, llena de pensamientos sinfín y agitada, estarás siempre viviendo una realidad virtual, inventada, lejos del sentir y totalmente desconectado de ese ser auténtico que solo necesita calma, silencio, quietud, presencia, para dejarse ver. Una sola respiración consciente y vuelves inmediatamente al presente.

Me siento desconectado cuando los miedos, las preocupaciones y los pensamientos repetitivos comienzan a escrachear en mi cabeza, cuando mi microcosmos se reduce a mi masa encefálica, donde juego a casas de muñecas, haciendo de la vida un drama.

Una mente en modo centrifugado es una mente que no está aquí y si no está aquí no está en ninguna parte real, por lo tanto no es la mente de una persona real, es la mente de un personaje inventado.

Image by Sophie Moates

Miles de pensamientos, a la velocidad en que hoy todo se procesa, entran en emulsión y hacen de tu mente una mayonesa densa, que no te permite más que vivir una vida turbia, espesa, en la que te cuesta evolucionar porque en realidad no es tu vida.

Dicen los que saben que el 90% de tus pensamientos de cada día son recurrentes, que no tienen nada nuevo, que son pensamientos en bucle que provienen de experiencias pasadas o imaginaciones de experiencias futuras que aún no existen.

Calmar la mente hará que el fango de tu charco se sedimente y el agua vuelva a ser cristalina. Ampliar el espacio entre pensamiento y pensamiento es la manera de ver más allá de tus propias nubes. Entrénate para encontrar esos claros de luz, y reconocerás a ese ser que en esencia eres.

Práctica

Este fin de semana mis amigos Azad y Marta organizaron un retiro de yoga y en él he reconectado con la necesidad de la práctica. Para serenar tu mente has de practicar todo aquello que tenga que ver con entrenar la quietud, el silencio y la atención al momento presente.

Practicar meditación, yoga, respiración consciente, pintar, caminar, tai chi, tocar un instrumento, hacer el amor, chi kung, esculpir, modelar, danzar, coser, labrar, cantar… todo aquello que hagas conscientemente, en calma y desapegándote del resultado te ayudará a serenar ese enjambre de abejorros que habitan el pegajoso panal de tu mente.

En el nivel de lío mental en el que nos movemos en cuanto retomes la práctica recordarás que tú no eres tus pensamientos, igual que los rayos de sol no son el Sol. Comprenderás que lo que sucede en tu pantalla mental es solo una parte de ti. Lograrás desidentificarte de eso que crees ser, y te darás la oportunidad de ir aflorando ese ser que realmente eres.

Quien eres en realidad no es algo que puedas saber, es algo que puedes experimentar. A quién eres no se le pone palabra, se le pone temperatura.

Decisión

El primer paso para una buena práctica es tomar la decisión, la decisión de querer reducir el sufrimiento en tu vida y ponerte manos a la obra con pequeños pasos realistas que no te hagan salir corriendo a la primera de cambio. Más vale metas sencillas y realizables que grandes objetivos que sabes que en dos días vas a abandonar.

Caminamos hacia un futuro lleno de incertidumbres donde las fluctuaciones de tu mente, lejos de descender, están acelerándose sometido como vives al impacto de millones de bits al día.

Tu vida es ruido porque tu mente está llena de ruido, tu vida es caos porque tu mente está vestida de caos, tu vida es angustiosa, porque el miedo se esparce corrosivo por entre tu pensamiento.

Relaja, calma, serena tu mente, respira, siente, abraza, mira a los ojos, reduce el ritmo, vive y atrévete a observar tus pensamientos y mirarlos con perspectiva.

Forma parte de la propia compulsión de tu mente que se le olvide serenarse, que se te olvide serenarla. Pero tienes dos grandes aliados que no puedes olvidar en este proceso, tu parte física, el cuerpo, y aquella más etérea, tu energía.

A mayor energía vital tu mente estará más despejada, a mejor forma física tu mente estará más tonificada y despierta y al contrario, un cuerpo dejado y laxo alimenta una mente autodestructiva, y una baja energía vital produce carencias que te impedirán dirigir tu vida con claridad.

Con una mente excesivamente agitada devorarás la vida pero no la digerirás. Con una mente en calma saborearás cada instante, sentirás en su totalidad cada pisada que des sobre la tierra y dejarás una buena huella. Manera 98 de conectarse a la Fuente: Serena tu mente.

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