Parece ser que es ley de vida valorar las cosas cuando uno las pierde. Valoras la salud cuando comienza a dolerte la muela y te sientes inválido e incapaz. Valoras a tu pareja cuando te da el ultimátum y te visualizas solo y abandonado. Valoras tu trabajo cuando te despiden o a tu familia cuando te vas a vivir fuera.

¿Y si reflexionaras de vez en cuando y agradecieras de corazón todo lo que tienes? Deja de lado idílicos spots publicitarios y exuberantes catálogos digitales y valora realmente lo que hay de importante en tu vida. Tus amigos, tu trabajo, tu pareja, tu familia, tu salud, tu tierra, tu tiempo…

Es un ejercicio de aproximación hacia la felicidad valorar lo que tienes en estos momentos y valorar significa, más allá de ser consciente de su importancia, velar por ello.

Evasión o victoria

El trasiego, el ritmo, el centrifugado vital, hace que en ocasiones me vaya lejos durante una temporada, me pierda de mi propia historia y vuele a otro plano, como ausente, desaparezco del mapa y si me descuido cuando despierto del trance todo está a punto de desmoronarse. ¿Soy raro o también te ha pasado alguna vez?

En demasiadas ocasiones me descubro elucubrando sobre un futuro bucólico, un futuro distinto, rompedor, radicalmente diferente al que hoy vivo. Pero al despertar me doy cuenta de que, mientras imagino un futuro aparentemente mejor, me estoy perdiendo un presente real en el que tengo todos los ingredientes para cocinar una vida sabrosa, templada, rica.

Image by Joe Webb

Carteles de alerta

A veces necesitaría una colección de carteles bien grandes en mi despacho para recordar, para reaccionar, en los que pusiera: Cuida de tu pareja, cuida de tu familia, cuida de tu trabajo, cuida de tus compañeros, de tus amigos, cuida de ti y de lo tuyo, valora y cuida, cuida y valora.

Soñar con cambios no es el problema, pero sí lo es que tu deseo de otras cosas que no tienes perturbe el cultivo de tu huerto personal.

Que tu necesidad de cambio no perjudique los cimientos que en este momento estás edificando, pues un día soñando un futuro mejor despertarás al presente y te darás cuenta de que todo está quemado, que tu alrededor se ha cansado de esperar a que valoraras esa vida junto a ellos y que siempre estuvieras escapándote desde el pensamiento o la acción hacia otros paisajes imaginarios y por tanto inexistentes.

El valor de los valores

No se puede hablar de valorar sin hablar de valores. A aquello a lo que le das valor en tu vida es lo que te va a hacer dibujar tu escala de valores. Una escala que, cuanto mejor definida, más coherencia aportará a tu biografía.

Si tuvieras verdadera conciencia de la fugacidad de la vida te esforzarías más en acariciarla mientras se escurre a través de tus dedos.

Tu casa, tu familia, tus cosas sencillas, tu cuerpo, tu espíritu. Valora lo que tienes porque el día que debas de abandonarlo todo, y llega sin avisar, podrás decir que mientras estuvo en tu vida lo disfrutaste y lo hiciste crecer.

Culo veo

Mientras envidias como crecen las enredaderas de tu vecino te olvidas de regar las tuyas y así la vida va pasando y el anhelo por aquello que no tienes te hace enfocarte en lo que te falta en vez de permitirte disfrutar de lo que ya tienes.

Tener siempre va precedido de ser, pero existe una tendencia a permutar el pódium entre estos dos verbos.

Si valoras lo que tienes estás enviando un mensaje inequívoco al universo, a la Fuente, de que vas a cuidar de todo aquello que te brinda para transitar esta vida. Es una buena manera de asegurarte que recibirás más y mejor de ello.

La vida te da regalos todos los días, no te los pierdas por estar a otra cosa. Sabes que no puedes estar a todo a la vez, si algo venimos a aprender es que elegir nos hace humanos. Si fueras un gato no tendrías elección, pero va a ser que naciste humano.

Suena obvio pero lo único que hay ahora mismo en tu vida es lo único que hay ahora mismo en tu vida. Manera 92: Valora lo que tienes.

www.arnaubenlloch.com