Las playas de Benidorm ofrecieron este domingo una imagen parecida a la de otros años en estas mismas fechas, con una gran afluencia de bañistas ávidos de sacudirse el calor de la jornada estival. Eso sí, teniendo en cuenta las excecpionales circunstancias de este 2020 debido a la pandemia de coronavirus, que limita el aforo de los arenales para cumplir con las medidas de 1,5 metros de distancia de seguridad entre cada las personas.

Las tres zonas de baño existentes en Benidorm se encuentran parceladas, de manera que cada usuario debe ocupar su propio espacio en la arena, y en el caso de las hamacas también se asigna una a cada persona. En total, las playas tienen capacidad para 27.852 bañistas, a las que hay que sumar otras 5.624 plazas en hamacas. En la jornada de ayer los arenales se aproximaron a ese aforo máximo que permite la nueva normalidad; fuentes municipales estiman que se superó la afluencia del sábado, en que 29.195 personas acudieron a las playas de Benidorm, 17.679 a la de Poniente, 11.516 a la de Levante y 343 a la del Mal Pas, según las cifras recogidas por el Ayuntamiento.

Las imágenes muestran algunos espacios libres en una playa de Levante bastante concurrida, aunque con los visitantes cumpliendo de manera escrupulosa la obligación de permanecer en su parcela de arena. También se pudieron ver muchas personas con mascarilla en la propia playa o en los accesos. La asistencia de bañistas a las playas de Benidorm se ha incrementado de manera muy significativa en la última semana, una vez iniciado ya el mes de julio y el periodo vacacional para muchas personas.

El domingo ofreció así una estampa de cierto optimismo en esta nueva normalidad, después del parón obligado a causa de la crisis sanitaria. El sector confía en que el verano permita remontar un poco esta situación, sobre todo gracias a la llegada de visitantes nacionales. En estos momentos hay abiertas unas 23.000 plazas hoteleras, que suponen aproximadamente la mitad de la capacidad con que cuenta la capital turística de la Costa Blanca.