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CORONAVIRUS

Benidorm mantiene sus Fiestas para noviembre pese al coronavirus aunque sin mayorales, damas ni reinas

El Gobierno local acuerda con las entidades festeras no suspender los días grandes a pesar del covid-19

El Ayuntamiento de Benidorm tiene previsto mantener la celebración de sus Fiestas Mayores Patronales el próximo mes de noviembre a pesar de que la gran mayoría de municipios, no sólo de la provincia sino también del conjunto de España, ha decidido por cancelarlos debido a la pandemia de coronavirus. Así al menos lo acordó ayer el Gobierno local con las principales entidades festeras de la ciudad, como la Comisión de Fiestas, la Associació de Penyes, la Asociación Cultural y Recreativa La Barqueta y los colectivos de Camareres y Mariners de la Mare de Déu y Costalers de Sant Jaume.

Conscientes del tirón económico que pueden aportar las Fiestas a la ciudad por su atractivo turístico, será el propio Ayuntamiento el que organice, planifique y asuma el gasto de los actos que puedan realizarse, dado que los mayorales de la Comisión de Fiestas de este año, que es sobre quien siempre recae la responsabilidad de organizar los festejos, han decidido renunciar temporalmente a su cargo y retomarlo a partir de 2021. Lo mismo ocurrirá con las damas y las reinas de 2020, Paula Pérez y Sofía Fuster, que también repetirán el próximo año como máximas representantes festeras.

El edil de Fiestas, Jesús Carrobles, indicó que los actos a desarrollar del 6 al 11 de noviembre se irán decidiendo en función de cómo evolucione la crisis sanitaria por el covid-19: «No sabemos qué puede pasar de aquí a unos meses. Si llegado el momento se pueden hacer dos mascletás, las procesiones, la ofrenda, las misas o los conciertos, se harán. Si no, se celebrará lo que en ese momento sea posible».

Ahora bien, el concejal reconoció que las de 2020 serán unas fiestas «atípicas» y «muy diferentes» a las de años anteriores y no quiso aventurar qué pasará con las peñas y si se podrá o no autorizar la apertura de locales como sedes festeras, en el caso de que no haya rebrotes y finalmente pueda haber fiestas. Sobre todo, por la dificultad de mantener las normas de distancia social, etc., en las zonas de mayor concentración de peñas, donde se congregan cientos de personas en pocos metros cuadrados.

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