La esperada reapertura de las playas de Benidorm y el estricto plan trazado por el Ayuntamiento para garantizar la seguridad y el cumplimiento de medidas para evitar contagios de coronavirus ha dividido a los primeros bañistas que han vuelto a pisar los arenales tres meses después de la declaración del estado de alarma. El alcalde de la ciudad, el popular Toni Pérez, salió ayer al paso de las críticas por el amplio espacio reservado para las hamacas de pago asegurando que la empresa concesionaria, RA Benidorm, ha perdido casi mil hamacas con respecto al número que explotaba en la etapa previa al covid-19.
El primer edil visitó ayer la zona de Poniente acompañado por el presidente de la Diputación Provincial de Alicante, Carlos Mazón, quien aprovechó un viaje a la ciudad por un acto de campaña en su carrera a la presidencia provincial del PP para respaldar las acciones llevadas a cabo por el Consistorio benidormense para paliar los efectos de la crisis provocada por el covid-19. Y allí mismo, a escasos metros de la arena, los dos dirigentes recibieron una pequeña reprimenda por parte de tres mujeres que se quejaban de esta nueva distribución costera, a las que tanto Mazón como Pérez explicaron amablemente los motivos de la misma.
A peguntas de este diario, Pérez fue tajante: «Hay cerca de mil hamacas menos que el año pasado». En concreto, y según los datos aportados por el Ayuntamiento, con la nueva parcelación de los arenales, la empresa concesionaria habría instalado 5.578 tumbonas, lo que según datos municipales serían 875 menos de las contempladas en una situación ordinaria.
A pesar de ello, el amplio espacio ocupado por este mobiliario de pago en algunos arenales, como la playa de Levante y especialmente la del Mal Pas, una de las más frecuentadas por los vecinos de Benidorm y a la que no es posible acceder si no se ocupa una de estas hamacas, sigue causando malestar entre muchos usuarios. De hecho, la tarde del mismo lunes algunas personas criticaron que no se les dejara entrar en esta pequeña playa, donde las hamacas de las primeras filas son de pago y las de la parte más alejada del mar son gratuitas, porque estas últimas estaban todas ocupadas, a pesar de que afirmaban que sólo querían entrar para darse un baño y salir, sin ocupar espacio en la arena.
El primer edil reconoció que ha habido quejas, pero afirmó que el lunes también hubo «muchos comentarios de gente de Benidorm que había podido disfrutar de un espacio en la playa de Levante como nunca antes, que había podido bajar a la playa con sus hijos teniendo un espacio reservado y seguro, y que además los lavapiés funcionaban, cuando en la mayoría de playas han sido eliminados».
Según los cálculos del Consistorio, la primera jornada de playa en la ciudad se saldó con unos 5.000 bañistas, una cifra que se incrementará en los próximos días. Aunque todavía no funciona la aplicación para reservar espacio que va a implantar el Ayuntamiento, y que según distintas fuentes tendrá un coste cercano a los 700.000 euros, el gobierno local prevé un refuerzo del personal en el control de accesos de cara al fin de semana, cuando se espera que la afluencia de público podría dispararse.
