Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

CORONAVIRUS

Los camping dan por perdido el verano por el coronavirus y confían en las reservas para otoño

El sector en Benidorm apuesta por la «última hora» y el mercado nacional para intentar salvar julio y agosto

Turistas en un camping de Benidorm durante el confinamiento. d. revenga

El sector del camping casi da el verano por perdido en cuanto a reservas y afluencia de clientes. La razón no es otra que la incertidumbre que aún tiene el mercado y que, a estas fechas, aún no está claro cuando se normalizará la situación. Así que los empresarios ya miran un poco más adelante y confían en que la ocupación de larga estancia que llega en otoño salve la temporada.

Así lo explicó a este diario el presidente de la Asociación de Camping de Benidorm y Comarca, Francisco Delgado quien apuntó que «sí está habiendo mucha consulta de precios y disponibilidad pero reservas muy pocas para este verano». Aunque sí destaca que en los últimos siete días, sí que ha habido alguna petición para julio, pero la mayoría son de las que «se pueden anular tres días antes y sin coste» por lo que aún no se pueden tirar cohetes ni darlas por seguras.

El responsable del sector explicó que «no tenemos ninguna certeza» de lo que pasará porque «la situación va cambiando según avanza la desescalada» pero lo que descartan es que lleguen clientes extranjeros a este tipo de alojamientos: «el verano es nacional. A estas alturas, el mercado internacional ya está de vacaciones en sus países». Por ello, el sector se pone la meta en el otoño para no perder del todo la temporada. Así, los meses de septiembre y octubre serán clave para «recibir a los que vengan en invierno»; es decir, los clientes de larga estancia que en Benidorm son residentes extranjeros, sobre todo británicos, que pasan medio año en la ciudad. De hecho, desde que se decretó el estado de alarma, muchos de ellos han estado confinados en los propios campings.

Mercado nacional

Pero la situación del mercado nacional también es complicada. Con miles de personas que aún no han cobrado sus ERTEs y con la incertidumbre sobre qué ocurrirá tras la crisis sanitaria con el mercado laboral, «no todo el mundo va a poder planear unas vacaciones» y si lo hacen, «no será de una semana o más como se hacía antes». Así, el cliente que se podría repetir este verano es el que decide viajar solo el fin de semana, una estancia corta en la que tampoco habrá mucho consumo: «probablemente reserven para llegar el viernes e irse el domingo y vengan con todo». Así que Delgado apuntó que «el verano lo doy por perdido».

A ello se une las estrictas medidas sanitarias impuestas a los alojamientos: «Cuando se van los clientes, el bungalow tiene que estar 24 o 48 horas sin ocuparse» por lo que «no se pueden enlazar las reservas» lo que complica la organización de la ocupación. Además se une la gestión de las zonas comunes como el aforo que tenga que tener la piscina o la limpieza de otras áreas. «Yo tengo previsto abrir en julio, pero todavía no sé al 100% si lo haré», afirmó Delgado que esperará a que termine la desescalada para ver cómo se comporta el sector.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats