El Grupo Parroquial de Cáritas de Altea está atendiendo a cerca de 200 familias que tienen pocos recursos económicos para subsistir desde que se decretó el Estado de Alarma. Durante estos últimos 50 días se han duplicado el número de familias que habitualmente reciben ayuda alimentaria de la ONG de la Iglesia Católica. Los nuevos solicitantes "son familias que han visto como sus recursos económicos se reducían de una manera considerable por la pérdida de trabajo a causa del COVID-19, pues algunos padres de familia están cobrando 400 euros al mes y pagan un alquiler de vivienda de 350 euros", según señaló esta semana la directora de Cáritas de Altea, Fina Ferrer.
De media, la ONG atiende a un centenar de familias entregándoles cada mes un pack con productos alimenticios de primera necesidad como leche, carne, legumbres, pasta o fruta; y otros productos de higiene personal o limpieza del hogar. Sin embargo, "desde que se decretó el confinamiento y se cerraron las actividades en los establecimientos de hostelería, el comercio o la construcción, comenzamos a atender a 81 familias más que en su momento dejamos de ayudar por haber encontrado trabajo, y que de nuevo vuelven a pedir socorro, así como a familias que jamás habían tenido necesidad de llamar a nuestra puerta hasta duplicar el número de familias que ayudamos normalmente", afirmó Fina Ferrer.
Cáritas de Altea ha cambiado los protocolos de entrega de alimentos y otros productos higiénicos personales o del hogar durante este Estado de Alarma. Y han aumentado el número de personas que están ofreciendo ayuda, tanto con donativos como elaborando mascarillas, o aportando alimentos, o naranjas y nísperos de sus huertos, "además de comprar alimentos en los supermercados Consum y Mas y Mas que nuestros voluntarios recogen los martes y jueves de cada semana", indicó Ferrer, quien añadió que diariamente "atendemos a 15 familias, bien llevándoles la comida a sus domicilio o bien viniendo los miércoles y viernes a nuestras instalaciones de la avenida Rei Jaume I donde les atienden dos de nuestros voluntarios previa cita telefónica para no crear colas".
La directora de Cáritas Parroquial de Altea indicó, asimismo, que cuenta con la colaboración de la Asociación Hilos de Colores "formada por el grupo de mujeres de nuestra comunidad que elaboran mascarillas que luego entregamos a las familias que vienen a recoger los alimentos", de los restaurantes Zero y Maná que han estado elaborando gratuitamente 44 menús diarios para 12 familias, donde la prioridad son las que tienen niños", de una asociación formada por mujeres noruegas "que nos ayudan todo el año, pero que ahora con la pandemia, han multiplicado sus esfuerzos aportando alimentos, pañales y artículos de limpieza", de la Asociación Corazón Exprés "que ha compartido con nosotros 800 kilos de comida donada por el Banco de Alimentos de Alicante", además de "la Casa del Mar que hace comidas de mediodía además de donar alimentos, Transportes y Excavaciones Rostoll y Corazón Exprés que aportas sus vehículos para transportar la comida, y Caixaltea, la comisión del Cristo de 2016, el PP local, el Café Amics, las cofradías del Santo Sepulcro y Nuestra Señora de los Dolores, y mucha gente anónima que nos han dado alimentos o han hecho donativos para comprarlos".
Fina Ferrer añadió que "cuando vamos a las casas de las familias necesitadas a entregarles los alimentos, hay que ver sus caras de agradecimiento. Se emocionan, algunos lloran y todos nos dan mil veces las gracias por el detalle". Y añadió que "sigue subiendo el número de personas que solicitan de Cáritas ayuda en su necesidad", razón por la que señalaba que en estos momentos "toda ayuda es poca" pues "cada vez hay familias mas necesitadas".
